Pablo Martínez Segura. Periodista especializado en salud y sanidad. Historiador. Doctorando en Historia de la Farmacia en la Universidad Complutense de Madrid.
RESUMEN
La
medicina y farmacología científicas son realidades muy recientes. Desde fases
iniciales de la hominización, alimento y medicamento han estado unidos desde la
base de la experiencia. También, fruto del pensamiento mágico y ligados a los
intermediarios con lo que se consideraba sobrenatural, surgieron remedios que
estuvieron reservados a la élite en el poder. La triaca magna ha sido la que ha
perdurado durante más tiempo.
En la evolución del hombre es muy difícil determinar en que momento pudo aparecer la decisión de utilizar sustancias con efectos sobre el organismo para prevenir, curar o mitigar algún tipo de problema. Posiblemente hay que recurrir a una etapa anterior a la hominización. En 2013 la revista Science publicó un artículo sobre la automedicación en animales 1, que ha abierto toda una vía de investigación en la llamada zoofarmacognosia. En el caso de los humanos, los estudiosos han establecido que en las etapas mesolíticas es cuando aparece la utilización de alucinógeonos, éxtasis chamánico, como decisión autónoma de algunos sujetos, en este caso ligado a la magia o la religión 2. Dos conceptos que pueden abrir el primer debate. Desde nuestro punto de vista, siguiendo al antropólogo Julio Caro Baroja 3, las distinciones entre magia y religión son artificiosas. Los sujetos que desean una cosa, buena o mala, suelen recurrir a un tercero que esencialmente es un mago o un sacerdote, “uno conjura, el otro normalmente ora y sacrifica. Pero a veces también el sacerdote recurre a prácticas mágicas, a conjuros y el mago a oraciones y sacrificios”. Según indica, los monoteísmos han llevado a considerar la magia como un pacto diabólico, con el mal, y la religión como un pacto con dios, el bien. Claude Lévi-Strauss 4, por su parte, sostiene que nuestros antecesores identificados como salvajes, fueron capaces de establecer completas explicaciones de su mundo , atribuyendo lo inalcanzable a un pensamiento mágico opuesto a lo que podríamos llamar pensamiento racional. Una realidad imaginada, que da coherencia social al clan desde los inicios de las religiones, señala Durkheim 5, necesitada de interpretes o mediadores (magos, chamanes, hechiceros o sacerdotes), que el historiador israelí Yubal Noah Harari 6, sitúa siempre ligados al poder o ejerciéndolo directamente. La enfermedad era considerada como un castigo de los dioses, razón por la que los dioses o los mediadores con dichos dioses fueron simultáneamente los primeros médico-farmacéuticos. En casi todas las tradiciones: Dhanvantari, en la veda; Ching-Nong, en la china; Gilgamesch, en la sumeria; Imhotep, en la egipcia o Asclepio entre los griegos, son dioses y médicos, reyes, o médicos de los reyes.
Intentaremos
hacer una aproximación al caso de la triaca, como ejemplo de un producto del
pensamiento mágico. Inventado por un rey farmacólogo, desarrollado por el
médico de un emperador romano que se creía un dios, popularizado entre la corte
de otro emperador por Galeno, considerado durante siglos padre la Medicina. Se
tenia a la triaca como un remedio contra todos los males, pero sólo estuvo al
alcance de los poderosos y de los pocos que pudieron pagar su altísimo precio. Su
preparación, habitualmente pública y rodeada de gran solemnidad tenia todos los
componentes de un rito o una función teatral 7.
El
profesor Juan Esteva de Sagrera, nos introduce en la descripción: ”¿qué
decir de la triaca, un remedio que tenía más de cien ingredientes, de difícil
elaboración y elevado precio que dio lugar a un inmenso negocio en el que
destacaron los boticarios venecianos, los reyes del comercio?” 8.
La formula de la triaca, también conocida como electuario triacal grande o
mayor, se puede encontrar en todas las Pharmacopeas publicadas en Europa entre
los siglos XVI y XIX. Su principio activo más potente era el opio. El número de
simples utilizados varió con el tiempo, siempre por encima de 60, a cuyas
cantidades totales se añadía “el triple de miel de la mejor calidad y vino del
mejor en cantidad suficiente” 9.
El
inventor de la triaca fue Andrómaco, médico de Nerón 10. Lo que hizo
fue añadir carne de víboras al mitriado, antídoto contra los envenenamientos
desarrollado por Mitriades VI (120-63 aC.), rey del Ponto. Señala Javier
Puerto, académico de las reales de Farmacia y de Historia que “esta triaca con
víboras es la que pasó a la posteridad, acaso por el excelente eco que de ella
se hizo Galeno en su De Theriaca ad Pisonem” 11. En la corte
de Marco Aurelio, emperador de Roma entre el 161 y el 180, considerado un estoico,
todos tomaban triaca varias veces al día. Para prepararla fue llamado el
mismísimo Galeno 12. La académica de Farmacia María del Carmen
Francés Causapé, explica que la popularidad de la triaca a lo largo de los
siglos se debió a que, “al desconocerse la etiología de la enfermedad, la
pluralidad de sus ingredientes hacía que cada uno de ellos sirviera para luchar
contra las múltiples causas implicadas en el proceso morbo” 13.
La
triaca representa la panacea en el imaginario popular. A lo largo de los siglos
está presente no sólo en la terapéutica de los poderosos, sino también los
cuentos, las leyendas y hasta en los debates teológicos. Aparece en leyendas
artúricas como la de Tristán e Isolda, para curar la mordedura de un dragón
14. También en la tradición persa de Las mil y una noches, con su
presencia en los cuentos de Alí-Babá y los cuarenta ladrones y en el del
Príncipe Camaralzamán 15. En el ámbito musulmán, el médico
cordobés Ibn Yulyul, del siglo X, que se autodefine como seguidor de Galeno,
mantiene su empleo y es autor de un tratado sobre sus efectos beneficiosos 16.
Ibn Yuyul había sido alumno del monje Nicolás, traductor de griego que el
emperador de Bizancio había enviado a Abderramán III ,junto con el regalo de un
manuscrito iluminado de Materia Médica, de Dioscórides 17. En
el siglo XIII el teólogo belga Tomás de Catimpré compara la pasión de Cristo,
redentora de almas, con la triaca que cura males físicos 18; argumento
que será utilizado también por Calderón de la Barca en el siglo XVII en su
auto-sacramental El veneno y la triaca 19. En los Reinos Hispánicos renacentistas, el primer
boticario que escribió sobre la triaca fue Pere Beneti Matheu, miembro de una
antigua familia de especieros y apotecarios, en cuya obra Liber in examen
aphotecarium, dada a imprimir por su hijo en Barcelona en 1521, se habla de
los Cánones de Arnaldo, la triaca y el mitridato 20.
El
mayor esplendor de la triaca se dará en Europa en los siglos XVI y XVII, aupada
por los boticarios venecianos que controlaban en el comercio de sus componentes
simples traídos de oriente. “La triaca – puntualiza el profesor Javier Puerto-
representa el pensamiento mágico luego cristianizado; también aparece como la
concreción de un sentimiento de esperanza y, todos los sentimientos cuando
tienen un poso inconsistentemente mágico precisan de complejos rituales 11”.
Cuando en el siglo XIX esos ritos se van perdiendo y al final hasta se
publicita en la prensa farmacéutica, por parte de mayoristas, que la ofrecen a
las boticas 21, se inicia su lenta decadencia, aunque llega a
coexistir durante algunos años con los medicamentos de elaboración científica.
Sobre
el elevado precio de la triaca, hay constancia en tarifas oficiales de finales
de siglo XVIII, en donde se especifica que un “escrúpulo” (medida equivalente a
1,55 gramos) valía 16 reales 22. Teniendo en cuenta que el valor
adquisitivo en aquella época de un real equivaldría a 1,27 euros actuales en
España 23, y que el tratamiento día era de entre 2 y 3 escrúpulos,
tres ves al día, hablamos de hasta 144 reales cada 24 horas, en un periodo no determinado,
pero habitualmente muy dilatado. Un jornalero cobraba dos reales/día.
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. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . REFERENCIAS
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in Animals. Science.
DOI: 10.1126/science.1235824. Disponible en: https://science.sciencemag.org/content/340/6129/150.summary?sid=8953bb6f-833b-4b75-b0df-1637b7635e9d
2)
ARRIZABALAGA, Mariano Mateo. 2012. Fármacos y religión en la historia de las
religiones. Discurso leído en la sesión del 15 de noviembre de 2012 para su
ingreso como académico electo de la Real Academia de Medicina de Zaragoza.
Zaragoza. Real Academia de Medicina. 110 p. (58). Disponible en: http://www.ramz.es/WebRAMZ/archivos/Contestacion%20Mateo.pdf
3)
CARO BAROJA, Julio. 1961. Las brujas y su mundo. Madrid. Alianza
Editorial (4ª Ed. 1973). 382 p. (págs. 30 y 41).
4)
LÉVI-STRAUSS, Claude. 1964. El pensamiento salvaje. México. Fondo de
Cultura Económica (2ª r. 1972). Traducción de Francisco González. 416 p. (pág.
32).
5)
DURKHEIM, Emilio. 1912. Las Formas elementales de la vida religiosa.
Buenos Aires. Editorial Schapire (Edición de 1968). Traducción de Iris Josefina
Ludmier. (467 p). (págs. 35 y 49). Disponible en: https://sociologiaycultura.files.wordpress.com/2014/02/durkheim-emilio-las-formas-elementales-de-la-vida-religiosa.pdf
6)
HARARI, Yubal Noah. 2014. Sapiens. De animales a dioses. Madrid
Editorial Debate. Traducción de Joandomènec Ros. 494 p. Disponible en: http://biologia.utalca.cl/wp-content/uploads/2018/01/De-Animales-a-Dioses.pdf
7)
BETTINETTI, Giampiero. PITOTTO, Paolo. 2009. “Le marche della teriaca”.
Padua. Il Curioso. Nº 58. Año X. (48-51). Disponible en: https://www.complianceturin.it/ftp/articoli/Le_marche_della_Teriaca.pdf
8)
ESTEVA DE SAGRERA, Juan. 2009. “A modo de introducción o cordialero cordial”.
En Cordialero de libros y medicamentos. Homenaje al Dr. José María Suñé
Arbussà. Edición a cargo de Juan Esteva de Sagrera y Antonio González Bueno.
Madrid. Sociedad de Docentes Universitarios de la Historia de la Farmacia de
España. (págs. 3 a 6). Disponible en: https://sduhfe.files.wordpress.com/2015/09/cordialero.pdf
9)
AGUILON, Pedro Luis. 1844. Pharmacopea Española de la cuarta edición.
Madrid. Imprenta de Don Miguel de Burgos. 292 p. (págs. 74 a 77). Disponible
en: https://books.googleusercontent.com/books/content?req=AKW5Qadlei2G7rm3tyk-9OtUINGlbtwwvl7uaGMWfg7OqudODKZfBGgMfO8RfZOShXlGPD7UWaoqdV7pjV9svEtBqCHmYVSHjXCT6BzlXdz7AvU0QMC7rEvRHeAMMXY9_Qh7LnMA46qcBkJBOpIVmHC9J1FYmrYVztK-CsYSpAdZROAiG_PzOihHGto_pSwung_9Z0b-p
10)
CHIARLONE, Quintín – MALLAINA, Carlos. 1847. Ensayo sobre la historia de la
Farmacia. Madrid, Imprenta de D. Santiago Saunaque. 646 p. Disponible en: https://hdl.handle.net/2027/ucm.5311269808
11)
PUERTO SARMIENTO, Javier. 2009. La triaca magna. Discurso leído en la
sesión del 26 de febrero de 2009 para su ingreso como académico de número.
Madrid. Real Academia Nacional de Farmacia. 110 p. Disponible en: https://www.ranf.com/wp-content/uploads/academicos/discursos/numero/puerto.pdf
12)
FIGUIER, Luis. La ciencia y sus hombres. Vidas de los sabios ilustres desde
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(2ª). Tomo I. Traductor Pelegrín Casabó y Pagés. (p. 416, 418 y 433).
Disponible en: https://ia803105.us.archive.org/0/items/A044162/A044162.pdf
13)
FRANCÉS CAUSAPÉ, María del Carmen. 2009. Consideraciones sobre creencias,
farmacia y terapéutica. Discurso leído en la solemne sesión inaugural del
curso celebrada el 15 de enero de 2009. Madrid. Real Academia Nacional de
Farmacia. 78 p. (pág. 18). Disponible en: https://silo.tips/queue/consideraciones-sobre-creencias-farmacia-y-terapeutica?&queue_id=-1&v=1612760543&u=ODMuNDQuMjQuMjAw
14)
FRENZEL, Elisabeth. 1976. Diccionario de argumentos de la literatura
universal. Madrid. Editorial Gredos. Traducción de Carmen Schad de Caneda.
496 p. (págs. 464 y sig.)
15)
VALBUENA, Felicísimo. 2000. “La creatividad, medio para dejar de ser esclava:
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la Mil y una noches. Madrid. Cuadernos de Información y Comunicación.
Universidad Complutense. Nº 5. (99-140) (Págs. 101 a 104). Disponible en: https://revistas.ucm.es/index.php/CIYC/article/download/CIYC0000110099A/7380/
y GONZÁLEZ TREVIÑO, María Elena. 2007-2008. Los velos de Scherezada:
censura y seducción en las traducciones de las mil y una noches. México.
Anuario de Letras Modernas. Vol 14 (13-23). Facultad de Filosofía y Letras de
la Universidad Autónoma de México. (pág. 20). Disponible en: http://revistas.filos.unam.mx/index.php/anuariodeletrasmodernas/issue/view/43
16)
RUIZ VEGA, Paloma. 2015. “La farmacia galénica en el periodo árabe: el
medicamento en la Edad Media”. Revista Estudios
sobre Patrimonio, Cultura y Ciencias Medievales. Nº 17 (403-418). Disponible
en: http://www.epccm.es/index.php?journal=epccm&page=article&op=view&path%5B%5D=298
17)
ÁLVAREZ MILLÁN, Cristina. 2020. “Ibn Yulyul”. Diccionario Biográfico de
la Real Academia de la Historia. Madrid. Real Academia de la Historia.
Disponible en: http://dbe.rah.es/biografias/16533/ibn-yulyul
18)
ERRECALDE, Jorge Oscar. 2009. La evolución del medicamento en la historia.
Buenos Aires. Anales de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria. Tomo
LXIII. (327-342). (pág. 334). Disponible en: http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/27667
19)
VALBUENA PRAT, Ángel. 1968. Historia de la literatura española. (Vol.
2). Barcelona. Editorial Gustavo Gili (8ª). 774 p. (págs. 555 a 557).
20)
PUERTO SARMIENTO, Javier. 1994. “La farmacia renancentista y la botica de El
Escorial”. En, Actas del Simposium La ciencia en el Monasterio del
Escorial, celebrado del 1 al 4 de
noviembre de 1993. Dirección: Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla.
San Lorenzo de El Escorial. Ediciones Escurialenses. (págs..73 y 131). Ponencia
de Javier Puerto disponible en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2856416.pdf
21)
Publicidad dirigida a las farmacias sobre polvos compuestos para la preparación
de la triaca que “responden a la necesidad de simplificar las manipulaciones
farmacéuticas, ofreciendo a los profesores la ventaja de obtener el producto en
cualquier tiempo y con poco trabajo”, aparecen en la prensa especializada.
Puede verse un ejemplo en el periódico quincenal Los Avisos, del 20 de
noviembre de 1885, Nº 32. Año XI.
22)
Tarifa o regulación de precios de los medicamentos simples y compuestos que se
despachan en las boticas de estos reinos para el uso medico con arreglo a la
Pharmacopea de Madrid.
1790. Madrid. Imprenta de la Viuda de D. Joaquín Ibarra, impresor del Real
Protomedicado. (pág.25).
23)
MARTÍNEZ SEGURA, Pablo. 2020. “Valor de un real en la segunda mitad del
siglo XVIII”, en Siglos XVIII y XIX. Real Canal del Manzanares, historia de
un fracaso. Curso de Historia de España (24). Ayuntamiento de Madrid. Junta
Municipal del Distrito de Arganzuela. Centro de Mayores Casa del Reloj. (pág.
9). Disponible en: https://www.sanitikon.com/2020/12/curso-de-historia-de-espana-24-siglos.html y en https://centrosdemayoresdistritoarganzuela.blogspot.com/2021/01/t-voluntaris-historia_29.html