EDITORIAL Revista Nº 17 – Enero 2023
AUTOR: Juan José Rodríguez Sendín. Médico, presidente de la Asociación Acceso Jsto al Medicamento.
Revista Nº 17 – Enero 2023
AUTOR: Antonio Pujol de Castro. Médico Interno Residente de Medicina Preventiva y Salud Pública en el Hospital Clínico San Carlos (Madrid). Presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) en 2019-2020 y secretario general en 2017-2019. Graduado en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid. Secretario de la Asociación de Residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública (ARES MPSP) desde 2022 y vocal de la Asociación por el Acceso Justo al Medicamento (AAJM) desde 2020 hasta la actualidad.
La relación entre la industria farmacéutica y los médicos es un tema complejo y polémico que ha sido objeto de debate en el ámbito médico y ético. La industria farmacéutica juega un papel importante en el desarrollo y distribución de medicamentos esenciales para la salud, pero también está en una posición única para influir en las decisiones médicas y la formación de los médicos.
Una de las principales preocupaciones éticas en la relación entre la industria farmacéutica y los médicos es el potencial conflicto de intereses (1). Los médicos a menudo reciben incentivos financieros de la industria farmacéutica, ya sea en forma de pagos, viajes o regalos, lo que puede influir en sus decisiones sobre qué medicamentos recetar. Esto puede llevar a la promoción de medicamentos costosos o innecesarios, en lugar de los tratamientos más efectivos y asequibles. Además, la industria farmacéutica a menudo financia la investigación médica y tiene un gran poder en la forma en que se presenta y se interpreta la información científica. Esto puede llevar a la publicación de estudios sesgados o a la ocultación de información negativa sobre sus productos. No solo eso, la relación entre la industria farmacéutica y los médicos puede tener un impacto negativo en la confianza del público en los médicos y en el sistema de atención médica en general. Los pacientes pueden percibir que los médicos están motivados principalmente por el beneficio financiero, en lugar de preocuparse por su salud.
El impacto de esta relación en la formación médica es significativo (2). Los estudiantes de medicina a menudo están expuestos a la influencia de la industria farmacéutica desde una edad temprana, ya sea a través de conferencias patrocinadas por la industria o mediante el uso de materiales de enseñanza financiados por ella. Esto puede sesgar su educación y su formación, ya que se presentan datos de una forma parcial y se oculta información crítica. Que los estudiantes de medicina y sus asociaciones reciban incentivos financieros de la industria farmacéutica, puede influir en su percepción de los medicamentos y en sus decisiones sobre qué tratamientos recomendar (3).
“La colaboración con la industria farmacéutica es necesaria y conveniente en la investigación, el desarrollo y seguridad de los medicamentos. Es contrario a la Deontología Médica solicitar o aceptar contraprestaciones a cambio de prescribir un medicamento o utilizar un producto sanitario.” Así dicta el punto 2 del artículo 23 del Código Deontológico Médico (4). Junto con otros puntos del mismo Código, se define un marco en el que la relación entre el médico y la industria farmacéutica es deontológicamente posible. Con muchos matices, pero posible.
No obstante, esta relación no es igualmente percibida por todo el colectivo médico. Mientras que las organizaciones de estudiantes de Medicina muestran un tajante rechazo a todo tipo de financiación por parte de la industria, los colectivos de médicos hacen gala de ostentosos congresos, encuentros y reuniones donde se puede ver por doquier los logos de sus patrocinadores. ¿Será que las nuevas generaciones no hemos recibido la formación adecuada sobre cómo relacionarnos con la industria y por eso la vemos con gran escepticismo? ¿Será que no conocemos los beneficios que puede traer y trae la relación con la industria farmacéutica?
Destaca ver lo claro que lo tienen los colectivos de estudiantes:
El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) hace referencia a la relación entre médicos e industria en sus posicionamientos de “Prescripción”(5), “Investigación con Medicamentos”(6) y “Relación con la Industria Farmacéutica”(7). En este último no solo muestran su rechazo a recibir financiación por parte de la industria sino que además instan “a las organizaciones médicas y al mundo médico en general a reflexionar sobre la citada influencia de la industria farmacéutica y a cambiar las fuentes de financiación de la formación médica en general y la formación continuada en particular”.
La Federación Española de Asociaciones de Estudiantes de Medicina para la Cooperación Internacional (IFMSA-Spain), es conocida por su proyecto “Farmacriticxs”, a través del cual ha dado a conocer durante varias generaciones de estudiantes el problema que supone la relación con la industria, especialmente durante el periodo formativo. Así lo recoge en su documento de posición “Patrocinio Zero” (8), donde declaran que “Como estudiantes, no estamos preparados para someternos a la publicidad, puesto que no se nos ha formado al respecto y materias cómo el “marketing farmacéutico”, “Uso Racional del Medicamento” y “prescripción responsable” no han sido incluidas en todos los planes de estudios médicos.” Estas declaraciones van acordes con algunos estudios (9) sobre la relación entre médicos e industria, entre los que se encuentra el realizado a oncólogos en Australia (10) donde se expone que mientras que el 66% de los participantes había recibido financiación para formación continuada por parte de la industria, solo el 31% había recibido algún tipo de formación sobre potenciales conflictos de interés.
Esta tendencia entre el estudiantado también existe fuera de España. La European Medical Students’ Association (EMSA) incluye en su reglamento interno (Internal Rules, 14.2 Exclusion) (11) que las fuentes de financiación excluidas son aquellas organizaciones cuyas políticas vayan contra los valores de EMSA, como las compañías de tabaco, alcohol, armamento y la industria farmacéutica. Incluso la International Federation of Medical Students Associations (IFMSA), la organización de estudiantes de Medicina más grande y longeva del mundo, rechaza en sus Principios sobre Patrocinios y Donaciones (12) las donaciones y regalos por parte de las industrias de fármacos, tabaco, alcohol, petróleo o armamento.
En el siguiente escalón de la vida del médico, la residencia, encontramos pocos ejemplos de asociaciones o colectivos. Se podrían barajar muchos motivos para la carencia de asociaciones de residentes: la residencia solo dura 4 años, 5 en algunas especialidades; en vez de ser 42.000 estudiantes (aproximadamente, 7.000 números clausus anuales por 6 años de carrera) con intereses comunes, son 32.000 residentes divididos en 49 especialidades, cada una con sus necesidades completamente distintas; la residencia tiene muchas nuevas exigencias, como jornadas laborales largas e intensas, guardias de 24 horas, etc. Todos estos motivos y muchos más llevan a que las agrupaciones de residentes existan como ramas de sus sociedades científicas análogas, o asociadas a vocalías de residentes en colegios de médicos y sindicatos.
Son destacables tres asociaciones de residentes independientes de sociedades científicas:
La Asociación MIR España (AME), nacida en 2020, no recibe financiación de la industria, pero tampoco ha tratado internamente este tema, por lo que en la actualidad no tienen postura sobre el mismo. De la Sociedad Española de Residentes de Psiquiatría (SERP) no hemos podido obtener información sobre su financiación, ni tampoco aparece declarada en su página web ni redes sociales. La Asociación de Residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública (ARES MPSP), en su Posicionamiento Ético de Financiación (13) rechaza la “Financiación privada de industria científico-sanitaria. Se rechazan donaciones, patrocinios y organizaciones de eventos.”
Este panorama cambia mucho al adentrarse en el mundo de sociedades científicas, sindicatos y colegios de médicos. Al adentrarnos en sus páginas web y redes sociales podemos ver todo un elenco de laboratorios. En la página web de alguna sociedad podemos ver hasta 14 laboratorios distintos como patrocinadores. En otra podemos ver que incluye a sus patrocinadores en el apartado de “Publicidad”. ¿Qué imagen da al público general este hecho? ¿Es suficiente con declarar los posibles conflictos de interés? En vez de limitarnos a declarar los posibles conflictos de interés, ¿no deberíamos evitarlos?
Una práctica habitual en los congresos médicos es que tengan un coste de inscripción tan elevado que sean inaccesibles. Ante esta situación, muchos residentes y médicos se ven “abocados” a buscar financiación por parte de la industria para poder asistir. Pero tenemos que plantearnos ¿es realmente necesario organizar un congreso tan caro? En muchos de ellos vemos ejemplos de lujo y exceso, quedando la ciencia y la formación en un segundo plano.
¿Es este método el único de organizar congresos? No. Vemos que el estudiantado de Medicina organiza congresos anuales de grandes dimensiones (entre 600 y 1000 asistentes) sin necesidad del apoyo de la industria farmacéutica ni de grandes cuotas (la inscripción suele estar entre 30 a 100€).¿Cómo lo hacen? La financiación tiene dos abordajes:
Existen algunas iniciativas interesantes como los “Congresos libres de humos” (14) de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC). En teoría, este tipo de iniciativa empodera a la asociación para poder organizar su propio congreso sin tener que depender económicamente de ninguna industria farmacéutica. Dar a conocer este tipo de iniciativas y fomentarlas entre el colectivo médico puede servir a otras sociedades para buscar formas más eficientes y éticamente menos reprochables de organizar sus eventos formativos.
Por otra parte, hace ya un par de años desde que varias asociaciones del ámbito sanitario entre las que se encontraba la Asociación Acceso Justo al Medicamento (AAJM) formaron la Comisión Promotora de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) “Medicamentos a un precio justo” (15). Uno de los temas que pretendía abordar esta ILP era el de la formación independiente, a través de la creación de un Fondo de Investigación y Formación Sanitaria del Sistema Nacional de Salud, el cual se financiaría a partir de todo ese capital que se dejaría de pagar a la industria al incluir en el Real Decreto Legislativo 1/2015, de 24 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios (16) la potestad por parte del Gobierno de la fijación del precio de los medicamentos y un criterio de transparencia y rendición de cuentas en la fijación de precios. Finalmente esta ILP, con la pandemia por medio, no consiguió su objetivo, pero aún hoy en día podríamos rescatar esta campaña.
En conclusión, sea como fuere, la industria farmacéutica tiene claros intereses comerciales. Puede que también obtenga una inmensa satisfacción al ayudar a la humanidad aportando un valor, pero desde luego esta ayuda no es altruista cuando supone una de las actividades comerciales que más dinero mueve en todo el mundo. Tal vez es momento de que el colectivo médico (incluyendo a todas las generaciones) nos sentemos y replanteemos los estándares éticos en cuanto a la financiación de la formación.
PS: mientras redactaba este artículo no podía dejar de pensar en cómo en Los Simpsons hacían crítica a la conflictiva relación entre el médico y la industria mostrando cómo en mitad de una escasez de medicamentos en la población por el alto precio, un médico defendía a la industria farmacéutica por televisión mientras hacía gala de joyas, chicas y vestimenta con el logo de Pfizer. https://www.youtube.com/watch?v=5IYTZ5hg5YU
(Temporada 16, capítulo 6).
Referencias:
1. Steinman MA, Shlipak MG, Mcphee SJ. Of Principles and Pens: Attitudes and Practices of Medicine Housestaff toward Pharmaceutical Industry Promotions. Am J Med. 2001 may;110(7):551-7.
2. Austad KE, Avorn J, Kesselheim AS. Medical Students’ Exposure to and Attitudes About the Pharmaceutical Industry: A Systematic Review. Vol. 8, PLoS Medicine. 2011.
3. Brody H. Pharmaceutical Industry Financial Support for Medical Education: Benefit, or Undue Influence? J Law Med Ethics. 2009;37(3):451-60.
4. Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM). Código de Deontología Médica [Internet]. 2011 [citado 2023 ene 24]. Available from: https://www.cgcom.es/sites/main/files/files/2022-03/codigo_deontologia_medica.pdf
5. Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM). Posicionamiento sobre Prescripción [Internet]. 2015 [citado 2023 ene 24]. Available from: https://www.ceem.org.es/2019/files/2019/11/Prescripcion.pdf
6. Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM). Posicionamiento sobre Investigación Biomédica y Acceso a Medicamentos [Internet]. 2016 [citado 2023 ene 24]. Available from: https://www.ceem.org.es/2019/files/2019/11/InvestigacionMedicamentos.pdf
7. Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM). Posicionamiento sobre Relación con Industria Farmacéutica [Internet]. 2021 [citado 2023 ene 24]. Available from: https://www.ceem.org.es/2019/files/2021/11/farmaindustria-jeem-uib-2021.pdf
8. Federación Española de Asociaciones de Estudiantes de Medicina para la Cooperación Internacional (IFMSA-Spain). Manifiesto Patrocinio Zero. [citado 2023 ene 24]; Available from: https://drive.google.com/file/d/1RNsoVbedD6ivv-Gb0R1hXsO3FRuxYtTH/view
9. Pokorny AMJ, Fabbri A, Bero LA, Moynihan R, Mintzes BJ. Interactions with the pharmaceutical industry and the practice, knowledge and beliefs of medical oncologists and clinical haematologists: a systematic review. Br J Cancer. 2022 ene 1;126(1):144-61.
10. Lee YC, Kroon R, Koczwara B, Haines I, Francis K, Millward M, et al. Survey of practices around pharmaceutical company funding for continuing professional development among medical oncologists and trainees in Australia. Intern Med J. 2017 ago 1;47(8):888-93.
11. European Medical Students’ Association (EMSA). EMSA Internal Rules. 2020 [citado 2023 ene 24]; Available from: https://docs.google.com/document/d/1h6QOIEycjvXqmE_dOz1RGb_3ugSVrrdxNCyR_aw9oAU/edit
12. International Federation of Medical Students’ Associations (IFMSA). IFMSA’s Principles for Corporate Support or Donations [Internet]. 2019 [citado 2023 ene 24]. Available from: https://ifmsa.org/wp-content/uploads/2019/06/Principles-for-Donation.pdf
13. Asociación de Residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública (ARES MPSP). Posicionamiento Ético de Financiación [Internet]. [citado 2023 ene 24]. Available from: https://drive.google.com/file/d/1iPyV11l-l6ZUNSYdBS2ulIYWZxNIbZ_j/view
14. Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC). Tweet SEMFYC sobre su congreso libre de humos [Internet]. Twitter. 2019 [citado 2023 ene 24]. Available from: https://twitter.com/semfyc/status/1127186939717853185?lang=es
15. Comisión Promotora ILP Medicamentos a un precio justo. Iniciativa Legislativa Popular Medicamentos a un precio justo [Internet]. [citado 2023 ene 24]. Available from: https://medicusmundi.es/storage/resources/attachments/5eba7f7349353_texto-completo-ilp-medicamentosaunpreciojusto.pdf
16. Real Decreto Legislativo 1/2015, de 24 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios [Internet]. Madrid: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; jul 25, 2015. Available from: https://www.boe.es/buscar/pdf/2015/BOE-A-2015-8343-consolidado.pdf
Revista Nº 17 – Enero 2023
AUTOR: Fernando Lamata
Revista Nº 17 – Enero 2023
AUTOR: Lee Fang
Revista Nº 17 – Enero 2023
AUTORA: Annalisa Merelli
Este artículo aborda reflexiones sobre un viejo conocido de nuestros lectores:. Humira. Este es un fármaco que ha proporcionado inmensos ingresos a Abbvie a los que esta empresa no está dispuesta a renunciar. Sus estrategias de Patent thicket han sido la norma para evitar la finalización de la patente.
Humira, un anticuerpo monoclonal utilizado para tratar la artritis entre otras afecciones, es el fármaco más lucrativo de la historia. Desde que ingresó al mercado en 2003, ha hecho que su fabricante tenga un ingreso estimado de $ 200 mil millones. Sus ventas de alrededor de $ 21 mil millones a nivel mundial en 2021 son superadas solo por las vacunas COVID de Pfizer y Moderna.
Una parte no despreciable del éxito financiero de Humira se debe al hecho de que disfruta de un monopolio en los EE. UU. Esto ha permitido a su fabricante, AbbVie, decidir el precio del medicamento, que se prescribe a más de 300.000 pacientes en los EE. UU. y alrededor de 1 millón en todo el mundo. En 2021, AbbVie aumentó el precio de Humira en casi un 10 %. El medicamento fue señalado por el Instituto de Revisión Clínica y Económica como uno de los seis medicamentos con aumentos de precios sin justificación.
Pero el bloqueo de AbbVie en el mercado está a punto de terminar, al menos en el papel. A partir de enero de 2023, varios medicamentos que contienen adalimumab, el nombre sin marca del componente activo de Humira, ingresarán al mercado y estarán disponibles a un precio más bajo que los $72,000 o más de Humira al año.
Sin embargo, es difícil saber qué tan rápido estos medicamentos, llamados biosimilares, podrán hacer mella en el mercado, sobre todo porque AbbVie, que depende de Humira para casi el 40 % de sus ingresos totales, ha sido extremadamente estratégica en la manipulación de ventajas legales. y estrategias de marketing para mantener fuera a Ç
Humira se administra por inyección.
Al igual que otros productos biológicos, Humira es un fármaco complejo de fabricar. El medicamento, que se administra por inyección, utiliza un anticuerpo sintético que se une a una proteína específica del cuerpo, lo que reduce la respuesta inflamatoria.
Cuando AbbVie lanzó Humira, había otros medicamentos disponibles para tratar algunas o todas las afecciones para las que se prescribe, en particular Remicade (infliximab, fabricado por Janssen) y Enbrel (etanercept, fabricado por Amgen). Pero Humira creció constantemente, comenzando con la artritis reumatoide y agregando año tras año nuevas indicaciones a la lista para las que se puede recetar. Actualmente está indicado para tratar más de una docena de dolencias.
Los productos biológicos, que se derivan de células vivas, son más costosos de fabricar que los medicamentos de molécula pequeña sintetizados químicamente. Por lo tanto, la mayoría de las empresas que se lanzaron a desarrollar biosimilares (esencialmente, genéricos biológicos) para adalimumab eran empresas farmacéuticas establecidas como Pfizer, Mylan, Boehringer Ingelheim y Amgen.
Estas empresas pudieron comercializar sus productos en Europa a partir de 2018, cuando expiró la patente de Humira. En aproximadamente dos años, absorbieron alrededor del 35 % del mercado europeo de Humira. Humira ya tenía un precio mucho más bajo allí que en los EE. UU. Antes de que entrara la competencia; se podía comprar en los Países Bajos y el Reino Unido, por ejemplo, por menos de una cuarta parte del precio en los EE. UU. Pero la llegada de competidores redujo aún más el costo del tratamiento, ya que los nuevos biosimilares tenían un precio hasta un 40 % inferior al de Humira.
En los EE. UU., la patente principal en realidad había expirado antes, en 2016. Sin embargo, AbbVie pudo mantener su dominio allí al explotar un truco exclusivamente estadounidense: la maraña de patentes.
¿Qué es la maraña de patentes?
La imagen lo dice todo: una maraña de patentes es un sistema denso de patentes superpuestas que están vinculadas a un producto. En la industria farmacéutica, las empresas los usan para evitar que otros fabriquen medicamentos comparables en el momento en que el ingrediente principal ya no está bajo la protección de 20 años que otorga la patente.
A principios de este año, la Iniciativa para Medicamentos, Acceso y Conocimiento (I-MAK), un grupo de defensa del acceso a medicamentos, descubrió que AbbVie había solicitado 312 patentes para Humira, con el objetivo de bloquear la competencia hasta 39 años. Se concedieron 166 de ellas.
De acuerdo con la ley de patentes de EE. UU., es posible solicitar lo que se conoce como una «continuación» de una patente existente, para cubrir incluso modificaciones leves de la fórmula original, de la potencia o nuevas aplicaciones. Esto crea familias de patentes basadas en una función principal, que terminan agregando años a la línea de tiempo original de la patente.
Debido a la continuación, así como a una barrera más baja para lo que se considera una innovación que vale la pena patentar, hay en promedio cuatro veces más patentes asociadas con medicamentos en los EE. UU. que en Europa. En el caso de Humira, son 6,4 veces más.
MAK descubrió que casi el 90% de las patentes asociadas con Humira se presentaron después de que la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) hubiera aprobado el medicamento, cuando era más seguro para la empresa probar modificaciones leves, solicitar una nueva patente y extender la duración de la protección.
A través de marañas, compañías como AbbVie fundamentalmente hacen imposible que los competidores ingresen al mercado, porque para hacerlo, los advenedizos tendrían que litigar una gran cantidad de patentes asociadas con los productos, lo que podría ser costoso y llevar mucho tiempo. Es por eso que 11 compañías farmacéuticas, la mayoría importantes, decidieron llegar a un acuerdo con AbbVie y aceptar lanzar sus productos a partir de enero de 2023, en lugar de ingresar al mercado antes y pagar regalías por las patentes que no acordaron.
“Es un caso en el que el sistema de patentes salió completamente mal”, dice Tahir Amin, fundador y director ejecutivo de I-MAK. En lugar de usarse para su propósito original, proteger los ingresos de la propiedad intelectual para fomentar la innovación, las marañas de patentes obtienen el efecto contrario. Detienen la innovación al disuadir a la competencia potencial de siquiera intentar ingresar al mercado.
Pero un caso que cuestionaba la maraña de patentes de Humira como una supuesta violación de la ley antimonopolio terminó con un tribunal federal de apelaciones en Chicago que confirmó la validez de las patentes, independientemente de su impacto en la competencia
La vida de Humira después de las patentes
A través de la acumulación de patentes y los acuerdos posteriores, AbbVie pudo extender su monopolio por unos siete años, durante los cuales generó $ 87 mil millones de sus $ 128 mil millones acumulados en ventas en los EE. UU. desde 2003.
Entonces, ahora que al menos 10 competidores están a punto de ingresar al mercado estadounidense en 2023, ¿ha terminado el reinado de Humira? Aún no.
Eso se debe a que AbbVie hizo algo más que protegió su posición en el mercado, esta vez mediante el desarrollo y la comercialización de fármacos. En 2016, la compañía lanzó una nueva formulación de Humira: alta concentración y sin citrato. Fue menos doloroso inyectarlo y funcionó tan bien como la fórmula original, tanto que se reemplazó todo el Humira disponible en el mercado.
Pero aunque la nueva formulación se aprobó en los EE. UU. en 2015, AbbVie no la lanzó al mercado hasta 2018, momento en el que la mayoría de los biosimilares de Humira, fabricados para competir con la formulación original, ya habían sido aprobados por la FDA. Por lo tanto, muchos de los biosimilares que ingresarán al mercado ya están algo obsoletos, ya que la nueva formulación de Humira representa una porción creciente del mercado.
AbbVie, que fue preguntada en ese momento durante una audiencia en el Congreso en mayo de 2021, sostuvo que no se debió a intenciones anticompetitivas, sino al hecho de que la nueva formulación requería una capacidad de fabricación diferente. Sin embargo, AbbVie pudo introducirlo rápidamente en Europa, sin demoras en la fabricación. Cuando se le preguntó sobre eso en la audiencia, el director ejecutivo de AbbVie, Richarg González, evadió la pregunta de si realmente había escasez de producción.
Los documentos de AbbVie revisados por el comité del Congreso mostraron que, ya en 2011, la comercialización de una fórmula de alta concentración se describió como una «defensa biosimilar», algo que el comité interpretó como la introducción de la formulación más alta con el objetivo específico de retrasar competencia de biosimilares. Y en una presentación para inversionistas de 2015, la compañía señaló que impugnar cualquiera de las patentes de Humira en un litigio llevaría de cuatro a cinco años.
Amjevita de Amgen, Hadlima de Samsung Bioepis
Los biosimilares que pronto estarán disponibles tienen diferentes puntos fuertes competitivos. Amjevita de Amgen, por ejemplo, tendrá la ventaja de ingresar al mercado el 31 de enero de 2023, seis meses antes que cualquier otro competidor. Se elabora únicamente con la formulación original.
Cyltezo, fabricado por Boehringer Ingelheim, es el único biosimilar que hasta ahora ha recibido la designación de la FDA de ser intercambiable con Humira, lo que significa que, a diferencia de otros biosimilares, se puede usar para surtir una receta de Humira. Pero a diferencia de Humira, no se puede autoinyectar y también está aprobado solo para la formulación original.
Hadlima, fabricado por Samsung Bioepis, es el único hasta ahora aprobado con la fórmula de alta concentración y sin citrato. Pero aunque se realizó un estudio de intercambiabilidad, los resultados no estarán disponibles antes de 2024, lo que significa que probablemente no podría obtener la aprobación de intercambiabilidad hasta 2025 como muy pronto.
El fabricante de medicamentos islandés Alvotech, que llegó a un acuerdo con AbbVie a principios de este año y se supone que ingresará al mercado el 1 de julio de 2023, comenzó a fabricar su biosimilar después de que la nueva concentración estuviera en el mercado. Por lo tanto, pudo realizar las pruebas para solicitar la aprobación de biosimilar y de intercambiabilidad en los EE. UU., que obtuvo en Canadá y Europa. Sin embargo, hasta ahora, no ha recibido ninguna aprobación en los EE. UU.: la FDA exigió a la empresa que corrigiera ciertos problemas con su planta de fabricación en Reykjavik para cumplir con sus estándares.
Tal como está, en 2023, el mercado estadounidense no tendrá un biosimilar intercambiable con Humira de alta concentración y sin citrato de AbbVie.
¿Húmira?
Eventualmente, se espera que los biosimilares provoquen una caída en los ingresos de Humira, aunque probablemente no tan rápido como sucedió en Europa, donde AbbVie perdió cerca del 40 % del mercado durante el primer año del lanzamiento de los biosimilares. El panorama de EE. UU., único en su opacidad de precios, la falta de un sistema de salud de pagador único y su omnipresente publicidad de medicamentos en revistas y televisión, hace que sea difícil para cualquiera predecir con confianza lo que sucederá el próximo año.
Gran parte estará en manos de los administradores de beneficios farmacéuticos, los intermediarios que negocian el precio de los medicamentos en nombre de las compañías de seguros y deciden qué versiones de un medicamento se pondrán a disposición. Podrían ahorrar mucho dinero comprando biosimilares en lugar de Humira, o mediante los descuentos que AbbVie podría ofrecerles para continuar cubriendo su medicamento, y solo transferir una parte de esos ahorros al seguro y a los pacientes.
Si bien es probable que algunos prescriptores y pacientes cambien a otro producto, otros evitarán los biosimilares y seguirán pagando por Humira. Aquellos que no tengan esta opción, por ejemplo, porque su plan de seguro solo cubre biosimilares menos costosos, podrían tener que adaptarse a una formulación diferente.
Qué se puede hacer’?
El 13 de diciembre, un grupo de accionistas de nueve importantes compañías farmacéuticas presentó solicitudes para que desarrollen estrategias de patentes que no limiten el acceso a los medicamentos para los pacientes, como se hace ahora. AbbVie es una de las empresas objetivo. La solicitud argumenta que «el enfoque actual de AbbVie somete a la empresa a riesgos de reputación y a mayores retrocesos regulatorios».
AbbVie no respondió a la solicitud de Quartz de un comentario al respecto y se negó a responder a nuestras preguntas sobre el precio y la patente de Humira.
En los últimos años, se han presentado múltiples proyectos de ley en el Congreso de los EE. UU. para abordar el presunto uso indebido de las leyes de patentes por parte de las compañías farmacéuticas, lo que encarece innecesariamente los medicamentos y dificulta que los pacientes accedan a ellos. Pero la legislación para cerrar las lagunas de la maraña de patentes aún no se ha aprobado.
Hay otros dos tipos de reformas que podrían ayudar a crear un entorno menos susceptible a la explotación por parte de las compañías farmacéuticas hambrientas de patentes. El primero es un mejor control de las solicitudes de patentes.
“La PTO [Oficina de Patentes y Marcas Registradas] de EE. UU. es parte del problema”, dice Amin de I-Mak. El listón de lo que cuenta como una invención es demasiado bajo, argumenta, lo que permite a las empresas hacer pequeños ajustes a un producto existente y patentarlo como si fuera uno completamente nuevo.
También se podrían realizar cambios en la forma en que se litigan las patentes. En la actualidad, cada patente se trata de forma independiente, incluso si es la continuación de una anterior. En cambio, las patentes podrían ser impugnadas en familias. Humira, por ejemplo, tiene alrededor de 15 familias de patentes. Si una de las patentes se disputa con éxito, quizás las otras en la familia (que son fundamentalmente iguales, salvo algunos pequeños ajustes) tampoco deberían seguir en pie.
De esa manera, el fabricante aún podría buscar todas las protecciones de patentes que desee, sin asustar a los competidores con la gran cantidad de patentes por resolver.
Revista Nº 17 – Enero 2023
AUTOR: Dean Baker
Revista Nº 17 – Enero 2023
Autor: José Carmona
En 2012, el hospital Sloan Kettering de Nueva York, uno de los centros de Estados Unidos más importantes en el estudio y cura para el cáncer, rechazaba incorporar el medicamento Zaltrap entre sus quimioterapias habituales. El motivo que esgrimía el presidente del comité de farmacia de la institución fue contundente y preocupante: «A causa del precio».
El precio de los medicamentos se ha disparado desde hace años y su crecimiento ha sido imparable y en muchos casos, incontrolable. Durante la pandemia del coronavirus se comprobó cómo, antes de la aparición de curas específicas y vacunas, medicinas que costaba producir apenas seis euros se vendían por 2.000 euros.
En España, desde 2014 el coste que asumen las consejerías de Sanidad ha aumentado consierablemente. Desde 2014, se ha pasado de gastar 9.627 millones de euros en total a 12.173 millones, según el último informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP). Un incremento del 26,45% en número absolutos.
Las comunidades donde el gasto en medicamentos es más alto es en Andalucía (2.191 millones de euros), Catalunya (1.665 millones), Madrid (1.494 millones) y Comunidad Valenciana (1.455 millones). A la cola, Navarra (153 millones de euros), La Rioja (78 millone) y Cantabria (166 millones). En mayor o menos medida, el aumento se ha producido en todas las regiones de España.