Author Archives: aajmadmin

Una industria farmacéutica pública: ¿para qué y cómo?

AUTOR: Javier Padilla Bernáldez.
Médico de Familia y Comunidad, máster en Salud Pública y en Economía de la Salud y el
Medicamento, diputado autonómico de Más Madrid.

Revista nº 22 de junio de 2023

La hora de lo público, también en la industria del medicamento.
 
La investigación biomédica es uno de los ámbitos más dinámicos de generación de conocimiento y aplicación del mismo a la mejora de la vida de la gente.  En el proceso que va desde la investigación básica hasta que un medicamento es administrado a un paciente intervienen multitud de actores diferentes que engloban fondos de inversión, empresas privadas, entidades reguladoras, fundaciones,…, y las instituciones públicas.
 
Sobre el papel de las instituciones públicas en el proceso de investigación, desarrollo e innovación biomédica se ha escrito mucho, y en el presente artículo se intentará desarrollar de qué manera lo público podría estar presente en la cadena de valor del medicamento mediante la participación dominante en un polo industrial farmacéutico. En resumen, este artículo tiene como objetivo dotar de algo de complejidad y concreción el eterno debate sobre la pertinencia de una industria farmacéutica pública.
 
En los últimos años, este ha sido un debate presente de manera creciente en diferentes contextos principalmente por dos elementos; por un lado, la complejidad creciente de muchas innovaciones tecnológicas que plantean la necesidad de rediseñar el modelo de innovación biomédica para garantizar que la solvencia económica del proceso investigador se alinea con las necesidades de la sociedad, por otro lado, porque tras la pandemia se ha visto cómo la existencia de estados fuertemente implicados en catalizar los esfuerzos investigadores tienen la capacidad para maximizar los éxitos de una investigación orientada hacia la superación de los grandes retos de nuestras sociedades.
 
Una parte importante de los discursos a este respecto han defendido una industria farmacéutica pública centrada en emular el papel del llamado “banco malo”, esto es, acumular los “activos tóxicos” y así limpiar el mercado de productos no rentables; bajo ese marco, la participación pública en la industria farmacéutica quedaría reducida a la fabricación de aquellos principios activos que no resulten comercialmente rentables para las empresas privadas, como forma de garantizar su abastecimiento y que no se interrumpa su presencia en el mercado. Esta es una perspectiva relativamente arraigada en parte del espectro político pero, desde la perspectiva del planteamiento de este artículo, sería insuficiente y profundamente errada.
 
Desde la perspectiva de la propuesta que se plantea en este texto, la incorporación de lo público en el ámbito de la industria farmacéutica tiene que partir de tres posiciones fundamentales: I) aspirar a estar presente en toda la cadena de valor del medicamento, II) tener la capacidad de introducir criterios de interés público como su principal guía de influencia sobre el objeto de lo investigado y sobre los mecanismos de fijación de precio y procedimientos de reembolso y III) alinear las necesidades de la población con los objetivos de las instituciones y las necesidades de las empresas del sector farmacéutico y biotecnológico.
 
En base a esto, las instituciones públicas han de emular el rol de Estado Emprendedor, como lo definiría Mariana Mazzucato, dotándolo de capacidad para ejercer un decidido liderazgo que guíe la investigación hacia la resolución de los grandes problemas de la humanidad y que se conjugue con la capacidad industrial necesaria para llevar a cabo la producción de los avances farmacéuticos y de productos sanitarios que hagan posible la mejora de la salud de la población a una escala local, regional, nacional y también global.
 
 
La mirada de lo público en la investigación alineada con el interés público.
 
¿Cuáles son los grandes retos en salud de las sociedades de la segunda mitad del siglo XXI? Esta es la pregunta que debe hacerse una institución que trate de intervenir en el ámbito de la I+D+i desde la certeza de que el bien común y el interés público han de guiar los esfuerzos públicos y privados en el ámbito de la investigación en salud.
 
El mercado ha mostrado que tiene fallos a la hora de generar incentivos correctos para impulsar la investigación en múltiples campos que impactan de forma notable en la salud y el bienestar de las personas.
 
Un ejemplo que encontramos de fallo de mercado en el cual el interés privado y el interés público no coinciden es en la investigación de tratamientos sobre enfermedades raras o poco frecuentes. Es decir, aquellas enfermedades que afectan solo a 5 de cada 10.000 personas y que al no tener el retorno económico que requiere la inversión, en múltiples ocasiones pasan a ocupar un segundo plano en materia de investigación.
 
Otro ejemplo que muestra esa falta de alineación entre los intereses públicos y privados es el relacionado con la investigación de nuevos antibióticos para hacer frente al reto que suponen las resistencias antimicrobianas. Al tratarse de productos que suelen generar resistencias, lo que limita la capacidad de uso y explotación del producto, rentabilizar ese producto se muestra difícil para una empresa.
 
Por ello, para dar solución a todos los desafíos en términos de salud pública a los que nos enfrentamos, es necesario diseñar políticas públicas que catalicen la inversión, la innovación y la colaboración entre una gran variedad de agentes: administraciones públicas, empresas, universidades, centros de investigación y ciudadanos.
 
Además de esta función, la presencia de lo público en la industria farmacéutica ha de servir para generar ecosistemas que lideren y dirijan la inversión biomédica de titularidad privada hacia ámbitos de investigación relevantes socialmente, generando un ente público con capacidad para acumular know how en los procesos de investigación y desarrollo biomédico pero también con ambición y generosidad para crear círculos virtuosos que hagan que esto redunde favorablemente en el tejido empresarial biomédico de los lugares donde se implante.
 
El contenido de la industria farmacéutica pública.
 
Para poder ir más allá de la mera idea de una industria farmacéutica pública que produzca lo que no quiere producir la empresa privada es necesario delimitar el campo de actuación de esta propuesta y hacerlo de manera que responda a unos propósitos fundamentales. Estos serían, en nuestra propuesta: I) desarrollar el rol público de liderazgo de la I+D+i biomédica, II) dotar de continuidad, viabilidad, eficiencia y seguridad a todas las etapas de la cadena de valor del medicamento, III) maximizar la ganancia de beneficio social derivado de la I+D+i biomédica y IV) hacer que todo el proceso repercuta positivamente en el territorio.
 
La propuesta que hemos desarrollado desde Más Madrid consta de 8 ejes fundamentales que serían los siguientes:
 
I) Industria de I+D biomédica pública.
 
Se trata de desarrollar una entidad farmacéutica de titularidad pública que investigue, desarrolle, fabrique y -en una segunda fase, y dentro de los límites marcados por la legislación europea- comercialice medicamentos y que ayude a generar un ecosistema de investigación e innovación farmacéutica sostenible, orientado a responder a las necesidades de salud pública nacionales y globales bajo principios de interés y participación pública, ciencia abierta y transparencia.
 
Una de las funciones clave de esta entidad es la de coordinar los esfuerzos de investigación preclínica y clínica de las diferentes instituciones públicas, así como desarrollar la capacidad industrial para garantizar la producción de los medicamentos desarrollados bajo titularidad pública.
 
Es fundamental que esto se haga cubriendo toda la cadena del medicamento, desde la investigación y desarrollo a la mejora de la transparencia y la rendición de cuentas, con el objetivo de asegurar el acceso a medicamentos asequibles y de calidad, promoviendo su uso responsable y cooperando a todos los niveles y actores para evaluar y reducir las barreras de acceso a medicamentos.
 
La propuesta de valor será a través de la creación de plataformas de ciencia e innovación abiertas y colaborativas, los modelos de licencias no exclusivas y la transferencia de conocimiento y tecnología que permitan la colaboración sinérgica de centros de investigación públicos y privados y el fomento de una red de pequeñas y medianas compañías biotecnológicas.
 
La empresa pública de I+D no debería centrarse, como hemos comentado con anterioridad, en productos de alto valor y baja complejidad, sino que ha de desarrollar líneas propias en ámbitos punteros sin los cuales es imposible entender el futuro de la farmacoterapia como pueden ser las tecnologías mRNA o las terapias celulares avanzadas.
 
 
II) Oficina de coordinación de ensayos clínicos y transferencia de conocimiento.
 
La creación de entidades específicas ha de ir de la mano del desarrollo de la normativa específica necesaria para que exista un marco territorial estable, con agilidad en la asesoría y toma de decisiones en el ámbito de los aspectos éticos de los ensayos clínicos y con una oficina de consultoría pública tanto en el ámbito jurídico como en el metodológico y el administrativo de cara a facilitar la realización y desarrollo de ensayos clínicos en nuestra región.
 
Además, las oficinas vinculadas a la gestión de ensayos clínicos han de tener dos campos de trabajo clave para asesorar a los diferentes actores de la investigación biomédica: I) la propiedad intelectual e industrial y II) la transferencia del conocimiento.
 
III) Producción de medicamentos y otras terapias desarrolladas bajo financiación e investigación de titularidad pública.
 
Uno de los objetivos de la industria farmacéutica pública ha de ser  dotarse de infraestructuras públicas y capital tecnológico e industrial suficiente para completar la cadena de desarrollo del medicamento, facilitando la producción dentro de una industria de titularidad pública, como ya ocurre en cierto modo con las Terapias Celulares Avanzadas (TCA) académicas que se producen in-house en algunos centros públicos. El ejemplo de las TCA en relación con tumores más frecuentes en la edad pediátrica es paradigmático del rol que pueden tener las instituciones públicas en el desarrollo de investigaciones desde el ámbito básico hasta la cama del paciente.
 
IV) Creación de un centro tecnológico para PYMES del ámbito biomédico, especialmente en lo relacionado con el ámbito del diagnóstico.
 
Existe una tendencia a pensar que solo lo público puede externalizar la ejecución de prestaciones hacia lo privado; sin embargo, hay ocasiones en las que lo público debe tener la capacidad de acumular la magnitud de conocimiento y operatividad como para poder asumir la externalización de procesos por parte de la empresa privada que, posteriormente, puedan repercutir favorablemente en la sociedad.
 
En el caso de los centros tecnológicos para PYMEs biomédicas, se trataría de lograr que estas pequeñas y medianas empresas con limitada capacidad de realizar desarrollos de I+D que precisen, puedan externalizarla al centro tecnológico público para, después, recibir el desarrollo obtenido, el cual contaría, como es lógico, con criterios de interés público en el caso de que pudieran ser elegibles para su utilización en el sistema público de salud (mejores condiciones de precio, prioridad en el abastecimiento, etc).
 
 
 
V) Gestión de un fondo público de capital semilla.
 
Se trata de reconocer que existen retos de investigación de tipo “high risk, high reward” (alto riesgo, alta recompensa) que precisan de inversiones más arriesgadas que puedan hacer florecer desarrollos farmacéuticos posteriores. En el caso de nuestra propuesta se plantea con la intención de financiar proyectos entre 100.000 euros y 1 millón de euros, a empresas ya consolidadas y, preferentemente, que colaboren con grupos de investigación de entidades públicas, haciendo que los desarrollos obtenidos a raíz de estas inversiones se realizarán bajo condiciones de propiedad intelectual que garanticen el retorno de la inversión bajo criterios de interés público.
 
Este tipo de iniciativas tiene especial capacidad para captar una mezcla de financiación pública y privada, así como de ir variando el modelo de fondo según los resultados que se vayan obteniendo.
 
 
VI) Creación de un hub de investigación, desarrollo e innovación en enfermedades raras.
 
Como se ha comentado anteriormente, las enfermedades poco frecuentes son el paradigma de patologías cuya investigación y capacidad para recibir fondos no suele alinearse con la capacidad de generar altas rentabilidades, como sí puede ocurrir en otros sectores del ámbito farmacéutico. Lo público ha de comparecer con fuerza en este ámbito, no solo generando nuevos productos, sino también trabajando para investigar y facilitar la investigación en el ámbito del reposicionamiento terapéutico de moléculas pre-existentes, que puedan alumbrar nuevas opciones de tratamiento especialmente en enfermedades que no lo tienen en la actualidad.
 
 
VII) Línea de atracción de empresas vinculadas a material sanitario y reconversión industrial.
 
La reconversión industrial hacia el sector biomédico y de producción de materias primas con el objetivo de garantizar la soberanía en la elaboración de productos básicos en el ámbito biomédico se ha convertido en un objetivo deseable, especialmente tras la evidencia postpandémica de la incapacidad de los países occidentales de ser autosuficientes en la producción de ciertos productos estratégicos. Para ello es preciso incentivar a algunas empresas para que puedan reconvertir su objeto industrial.
 
VIII) Transición ecológica de la industria farmacéutica y biotecnológica.
 
Por último, es preciso que las nuevas industrias que se desarrollen lo hagan alineándose con las necesidades de un mundo en crisis ecológica.Si bien el consumo energético directo de la industria farmacéutica no se plantea como un problema de especial relevancia en comparación con otras industrias, el impacto ambiental vinculado con los residuos generados sí es de mayor interés. Еs preciso desarrollar proyectos de investigación sobre cómo disminuir el impacto ecológico de la investigación, producción y distribución farmacéutica y biotecnológica.
 
 
El Polo FarmaNorte, hacer de lo discursivo una propuesta real.
 
Por último, esta propuesta no es solamente una enumeración de deseos teóricos sin aterrizaje concreto, sino que su impacto y necesidades también parten de un análisis de realidad.
 
En el caso que planteamos, denominamos a este desarrollo industrial “Polo Farmanorte”, por el lugar donde planteamos que se situara. Además, para el desarrollo de los ejes antes planteados, contaríamos con las siguientes inversiones y puestos de trabajo:
 
Inversión: 858,87 millones de euros de inversión total en 4 años, siendo 369 millones de dinero público.
Creación de puestos de trabajo: 1601 empleos directos y 2482 empleos indirectos en 4 años (con 112 directos y 1724 indirectos durante el primer año).
 
El rol de las instituciones públicas en la política industrial ha vuelto a ser un tema relevante en la agenda política y social. Liderar propuestas concretas que puedan tener su reflejo en proyectos realizables que mejoren nuestras sociedades es un reto ante el cual hemos de comparecer.
Gráfico, Gráfico de barras

Descripción generada automáticamente
–          inversión.
–          puestos de trabajo.
–          localización.
 
Concluyendo.
 
La política industrial está volviendo a cobrar relevancia en el ámbito de las políticas públicas y el sector sanitario no puede ser ajeno a esto. Es necesario que las propuestas que se realicen a este respecto abandonen la perspectiva acomplejada según la cual el sector público solo puede encargarse de aquellos aspectos no rentables de la I+D+i. y planteen una industria que tenga la capacidad para liderar los esfuerzos públicos y privados hacia lo que necesitan las sociedades y que lo haga con la mirada puesta en el futuro.
 

Claroscuros de la Moción del Comité COVID-19 del Parlamento Europeo

AUTOR: Fernando Lamata Contada Presidente de honor de la AAJM. (Artículo publicado el 29-06-2023 en su blog personal:  http://fernandolamata.blogspot.com/2023/06/claroscuros-de-la-mocion-del-comite.html

Revista nº 22 de junio de 2023

El Comité Especial COVID-19 del Parlamento Europeo (PE) ha emitido su Moción sobre la pandemia COVID-19: lecciones aprendidas y recomendaciones para el futuro (21/6/2023) (1). El informe ha sido aprobado por 23 votos a favor, 13 votos en contra y una abstención. Próximamente, el pleno del PE tendrá que votar su refrendo como Resolución.
 
El documento, de 95 páginas, contiene 617 puntos distribuidos en una introducción y cinco apartados: salud, democracia y derechos fundamentales, impacto económico y social, la UE y el mundo, y recomendaciones finales. Se han discutido más de 3.000 enmiendas y se ha llegado a un texto de compromiso en más de 300. Esto quiere decir que el texto no es homogéneo, ya que hay visiones diferentes que intentan encontrar un mínimo común denominador. 
 
1.       A mi me gusta (casi) siempre ver el medio vaso lleno… aunque a veces cuesta. Al leer este documento, y analizar lo que dice en relación con el acceso a los medicamentos, he tratado de encontrar los elementos positivos, que son los que quiero resaltar.
 
El Comité reconoce la insuficiente inversión en sanidad pública (sobretodo en Atención Primaria, Salud Pública, Salud Mental, dotación y condiciones de trabajo del personal sanitario, y formación continuada) (13, 56, 63, 116, 130-143) y se manifiesta en contra de los recortes en sanidad (55). Pide a los Estados Miembros (EEMM) que hagan “tests de stress” de los Sistemas Sanitarios para identificar debilidades (65, 587). Y recomienda a la Comisión y los EEMM que inviertan más en sanidad pública y servicios sociales (568). Esto es positivo.
 
Reconoce también la desigualdad en el acceso a medicamentos y productos sanitarios en la Unión Europea (UE) y a nivel global, siendo la falta de asequibilidad (precios altos) la primera causa de este problema (14, 302). Y plantea que los precios de los medicamentos deben estar basados en factores transparentes, como los costes reales de la I+D pública y privada, y deben ser justos (168, 277, 306). Ahora bien, ¿por qué la industria puede poner precios exageradamente altos a los nuevos medicamentos? La Moción ya apunta que el modelo de desarrollo y producción de medicamentos, dirigido por el mercado, “puede actuar en contra de la distribución equitativa y asequible” de los productos sanitarios (41). Y advierte de la necesidad de evitar la formación de monopolios y oligopolios (275). Es decir, el Comité del PE, de forma discreta, está señalando que los monopolios y oligopolios son la causa de los altos precios y de la falta de equidad. Sabemos que estos monopolios se otorgan por los Estados y de la UE a través de los Derechos de Propiedad Intelectual (DPI), en forma de patentes, secretos comerciales, etc. y de otras exclusividades (de datos, de comercialización), impidiendo la competencia de los genéricos y biosimilares que bajarían los precios. Sabemos también que la razón de conceder los monopolios a las compañías farmacéuticas es otorgar un beneficio extra a las empresas con la (supuesta) finalidad de financiar la investigación de nuevos medicamentos (“incentivos”). El problema es que, a lo largo de los años, los precios fijados han sido cada vez más abusivos (abuso de posición dominante), y las empresas han obtenido globalmente, cada año, cuatro veces lo que dicen que gastan en I+D. Un beneficio excesivo en la UE de más de 80.000 millones anuales (2, 3). Parte de ese exceso de beneficio lo destinan a marketing (más que a I+D), a recompra de acciones, compensaciones de los ejecutivos, etc. El Comité no aborda con claridad este problema, no lo diagnostica con precisión, y no aporta una solución eficaz. 
 
Ahora bien, reconociéndolo de forma indirecta, pide a la Comisión que realice un estudio piloto sobre el aprovechamiento de la inversión pública en I+D “para asegurar mejor acceso a medicamentos asequibles y crear un ecosistema de investigación dinámico y bien financiado” (68, 581). El Comité reclama también a la Comisión que invierta más en I+D (579), y añade que esa inversión pública debe adherirse al principio de ciencia abierta (586). E insiste varias veces en que las Administraciones Públicas deben exigir retornos al sector público por la financiación pública de I+D, y deben incluir en los contratos, subvenciones, etc., condiciones de transparencia, compromiso de transferencia de tecnología, disponibilidad suficiente (volumen de producción), asequibilidad (precios justos) e igualdad en acceso de los productos finales (80, 100, 156, 157, 170). Y añade también que la financiación pública en I+D debería apoyar la creación de centros abiertos de investigación y producción (181). Estos son aspectos positivos.
 
Por otra parte, la Moción propone que la Autoridad Europea de preparación y respuesta a las emergencias de salud (HERA) se convierta en Agencia, con financiación suficiente y capacidad legal para incentivar y co-desarrollar acceso equitativo y sostenible a productos médicos, y asegurar la transferencia de tecnología, incluso a productores en países de medianos y bajos ingresos (72, 73). Reclama asegurar el suministro de Principios Activos (570, 595). Apoya la creación de la Red europea de laboratorios de referencia (61). Apoya la propuesta de la Comisión para el proyecto EU FAB, una red de instalaciones de producción de vacunas y medicamentos que se pueda activar en caso de crisis (78). Recuerda, al mismo tiempo, que el Parlamento pidió a la Comisión y a los EEMM que estudiaran la posibilidad de crear una o más empresas farmacéuticas europeas sin ánimo de lucro (79) y reitera esta petición (162). Y pide a la Comisión y a los EEMM financiación a largo plazo para lograr una capacidad de producción y distribución adaptable de vacunas y otras herramientas (578, 596).
 
En un paso más allá, la Moción pide a la Comisión y los EEMM que creen una Infraestructura Europea pública para la I+D en salud, que pueda fabricar medicamentos de importancia estratégica, garantizando la seguridad de suministro y previendo desabastecimientos (169, 601), en línea con la propuesta del Panel STOA del Parlamento Europeo (4). Este sería, sin duda, un paso significativo.
 
La Moción apoya también la compra conjunta y la compra anticipada de vacunas y tecnologías sanitarias (185), garantizando la transparencia en esos procesos, asegurando que la responsabilidad por daños queda en los fabricantes y exigiendo precios justos (196, 275, 564). Finalmente, la Moción subraya el problema de los desabastecimientos (158) y pide crear una reserva de medicamentos esenciales (160, 602). Recomienda que la Comisión realice un estudio de las causas de los desabastecimientos (161, 282).
 
En el ámbito internacional, de Salud Global, la Moción reconoce que el “ACT Accelerator – COVAX” fue un mecanismo insuficiente para garantizar la equidad en el acceso a las vacunas y tecnologías sanitarias, sobretodo para los países de bajos y medianos ingresos (50, 51, 500). Considera también que para garantizar el suministro global se deben ampliar las capacidades de producción en todo el mundo, aumentando la producción local y regional en países de bajos y medianos ingresos, para lo que se debe fomentar la transferencia de tecnología y conocimiento (49, 515).
 
En ese sentido, insiste en que la UE debe participar activamente en la negociación de una suspensión temporal de determinados Derechos de Propiedad Intelectual en la Organización Mundial del Comercio (OMC) (525, 526, 552), para facilitar el acceso global a medicamentos y vacunas. Así mismo, en el Tratado de Pandemias de la OMS se debe asegurar suficiente financiación para I+D biomédica global (615), y un mecanismo vinculante de acceso a los beneficios, así como crear condiciones para otorgar licencias de I+D cuando haya sido financiada por los gobiernos, fomentar la transferencia de tecnología, y compartir los datos y conocimientos (derechos de propiedad intelectual).
 
Vemos aquí buenas intenciones, pero, sin embargo, no hay una exigencia rotunda para que, en la OMC, la Comisión defienda y acuerde la suspensión de los DPI en caso de pandemia.
 
2.       Y es que, aunque la Moción tiene aspectos positivos para mejorar el acceso a los medicamentos, también mantiene una serie de elementos negativos, demasiado importantes, que dificultan seriamente la resolución de algunos problemas que generan falta de acceso en los países de la UE y en el mundo.
 
Así, la Moción insiste en el relato habitual de la industria: “el sistema de protección de patentes incentiva a las empresas a invertir en innovación”. Aunque no evita reconocer que, “al mismo tiempo, la exclusividad puede conducir a una limitación de la oferta y del acceso a los medicamentos y productos farmacéuticos” (493).  Y añade que “en tiempos de crisis las autoridades deben estar dispuestas a intervenir en este sistema para garantizar el acceso a diagnósticos, prevención y tratamiento para todos”.
 
Es decir, al parecer, el Comité reconoce que la causa de la falta de acceso, altos precios, desabastecimientos, etc., son los monopolios que permiten a las empresas imponer los precios y decidir cuánto producen, dónde producen y a quién venden. Y por eso entiende que, en tiempos de crisis, de pandemia, los gobiernos deben intervenir, suspendiendo estos monopolios (DPI, patentes y otras exclusividades). Pero sigue afirmando, sin ningún fundamento, que el sistema de patentes es clave para incentivar la investigación. Y ese pre-juicio (determinado por la influencia de la presión de los altos ejecutivos de la industria), condiciona sus propuestas. De tal manera que el Comité, en su Moción, afirma que la revisión de la legislación farmacéutica europea debe continuar protegiendo adecuadamente los DPI, “para crear un ambiente favorable a la innovación”… y “para mejorar el acceso equitativo a medicamentos seguros, efectivos y asequibles” (585). Pero no se da cuenta de que estos dos objetivos son incompatibles: precisamente son los monopolios de las patentes los que bloquean el acceso a la innovación. Además, la primera afirmación no está demostrada. No está comprobado que dar enormes cantidades de dinero a las empresas a través de las exclusividades incentive la investigación. Antes de los monopolios en medicamentos había más investigación. Ahora, con monopolios, más del 70% de la I+D innovadora tiene financiación pública directa. Es falso que las patentes incentivan la I+D. Y desde luego es una financiación ineficiente, ya que, como vimos antes, con dinero público (a través de los servicios de salud) o de los pacientes, se paga cuatro veces lo que dice la industria que gasta en I+D.
 
La Moción no analiza esta cuestión, aunque pide a la Comisión que haga un estudio sobre el tema. Ahora bien, la Moción sí considera que compartir la Propiedad Intelectual y el know how, aunque sea en el marco legal actual, es clave para asegurar la producción en gran escala y la disponibilidad global (505). Sin embargo, su solución es la que propone la industria: respetar la propiedad intelectual, e incluir acuerdos de licencia voluntaria para aumentar la producción (521). Y pedir a los fabricantes que utilicen el COVID Technology Access Pool de la OMS (C-TAP) para compartir conocimientos y tecnologías en tiempo de pandemias (549). Los países de bajos y medianos ingresos, el Sur Global, ya comprobaron que esto no funcionó durante la pandemia. Y no funcionará. Por eso reclaman la inclusión en el Tratado de Pandemias de la suspensión de los DPI y la obligación de transferencia de tecnología y conocimiento mientras esté ocurriendo una crisis de salud internacional.
 
En el mismo sentido, cuando la Moción se refiere a la negociación del Tratado de Pandemias de la OMS, centra el foco en el refuerzo de los sistemas de información y control para predecir y monitorizar las epidemias (562). Se habla de refuerzo de la OMS y de su financiación, pero, al mismo tiempo, se apoya la creación de un nuevo fondo de pandemias, no en la OMS, sino en el Banco Mundial, y no como entidad multilateral, sino con participación de entidades privadas en su Consejo de Dirección (547), lo cual debilita a la OMS en su papel de coordinador de la prevención, la preparación y las respuestas a las emergencias en salud.
 
Resalta el papel de la UE durante la pandemia para donar vacunas, pero evita reconocer que el mantenimiento de los monopolios y oligopolios (DPI) provocó el aumento de precios (veinte a cuarenta veces por encima de coste de fabricación, totalmente injustificados ya que la I+D se financió con dinero público), la limitación de la producción y la selección de a quién se vendía, y que, como consecuencia, millones de personas en el Sur Global no pudieron acceder a vacunas y otras tecnologías médicas, mientras en el Norte acumulábamos diez dosis por persona. Con mucho menos del dinero que la UE gastó en vacunas se podría haber vacunado a todo el planeta si el precio hubiera sido el de coste real. A cambio, es verdad, los directivos y accionistas de las empresas farmacéuticas obtuvieron enormes beneficios (obtenidos del dinero público y de los pacientes): más de 200.000 millones de dólares, globalmente. Esto tampoco lo analiza el Comité. Por eso no puede dar respuesta al presidente de Sudáfrica cuando afirma que los países ricos (la UE) pusieron, por delante de la vida de las personas, los beneficios de las empresas. “Estuvimos rogándoles, y ustedes se negaron, votando en contra de que pudiéramos fabricar vacunas en nuestros países” (5). 
 
3.        En resumen, ¿está el vaso medio vacío o medio lleno?
 
Prefiero quedarme con la sensación de algo se avanza. Paso a paso. Es cierto que se mantiene el “dogma” de las patentes y los DPI, pero se defiende que la inversión pública tenga condiciones de transparencia, que la tecnología y conocimiento resultantes se transfieran a la C-TAP de la OMS, que los precios sean asequibles y la producción suficiente. Y se pide aumento de la financiación pública en I+D, y el desarrollo de una Infraestructura pública europea para la I+D y la fabricación de medicamentos. 
 
Decía Ernesto Sábato que “lo que importa no es la “realidad estricta” que algo contenga, sino aquella altura a la que apunta. Es gracias a ese imposible que nos elevamos por encima de todo lo posible. Es el entusiasmo el que nos mantiene vivos” (6, pág. 22).
 
Sigamos pues apuntando a la altura de lo imposible.
 
 
REFERENCIAS
 
(1)    https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/A-9-2023-0217_EN.html#_section1
 
(2)    Lamata F, Gálvez R, Sánchez-Caro J, Pita P, Puigventós F. Medicamentos, derecho humano o negocio. Díaz de Santos. 2017.
 
(3)    https://fundacionalternativas.org/publicaciones/monopolios-y-precios-de-los-medicamentos-un-problema-etico-y-de-salud-publica/
 
(4)    https://www.europarl.europa.eu/stoa/en/document/EPRS_STU(2021)697197
 
(5)    https://twitter.com/peoplesvaccine/status/1673689477624266752?t=97vMtS5Q92Wi2E8VPnINZg&s=03
 
(6)     Ernesto Sábato. España en los diarios de mi vejez. Seix Barral. 2004.
 

El CEO de Eli Lilly & Co., David Ricks, recibió una compensación estimada de 21 millones de dólares hasta el momento

¿Por qué deberían existir corporaciones farmacéuticas como Merck y Eli Lilly?

Estas corporaciones depredadoras tratan de presentarse como socialmente responsables, pero su modelo de negocios continúa lastimando a las mismas personas por las que dicen preocuparse.

Revista nº 22 de junio de 2023

OTRAS FUENTES

Richard Eskow

Common Dreams – 15-06- 2023. https://www.commondreams.org/opinion/big-pharma-merck-eli-lilly

Este artículo describe bien las formas de actuar de las grandes farmacéuticas como Merck o Lilly. Sobre la base del informe de Bernie Sanders. (disponible para su lectura en Informes y Documentos ) realiza una crítica demoledora. Con una posición clara: «si los «actores del mercado» no pueden proporcionar al público los medicamentos que se necesitan, ¿por qué deberíamos confiar nuestros medicamentos a los actores privados?
En la versión original en inglés pueden encontrarse excelentes vídeos con entrevistas con algunos de los profesionales consultados.
 
¿Cómo tienen los ejecutivos de Big Pharma el valor de mostrar sus rostros en público, y mucho menos amenazar con demandar al gobierno que les ha enriquecido con el tesoro y las vidas del público estadounidense? Los descubrimientos financiados por el Gobierno han dado a las compañías farmacéuticas como Merck y Eli Lilly gran parte, si no la mayoría, de su tecnología patentada. La actitud laxa del gobierno hacia la depredación y la criminalidad de las compañías farmacéuticas las ha enriquecido aún más.
 
Un informe reciente del personal del Comité Senatorial de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones (HELP) y su presidente, el senador Bernie Sanders, encontró que “el precio promedio de los nuevos tratamientos en los últimos 20 años que los científicos de los NIH ayudaron a inventar es de $111,000. más de diez veces el precio que llevó al NIH a introducir por primera vez una cláusula de precio razonable en 1989”.
 
Y, sin embargo, a la primera señal de que el Gobierno podría pedir algo a cambio, estas corporaciones muerden la mano que les da de comer. Desafortunadamente, es el pueblo el que sangra.
 
La grosera demanda de Merck y la grandilocuente amenaza de Lilly son solo los últimos recordatorios de que estas corporaciones se aprovechan de las vidas y la riqueza de las personas en los EE. UU. y en todo el mundo.
¿Cómo de rico es Merck? Su ingreso neto fue de $ 19 mil millones el año pasado, un aumento del 40 por ciento con respecto al año anterior. Su CEO recibió $18,469,835 en compensación total. En promedio, los altos ejecutivos de Merck recibieron más de $10 millones cada uno en 2022. Más de la mitad de ese dinero se otorgó en forma de acciones, lo que le dio a cada uno de los líderes de Merck un incentivo multimillonario para maximizar las ganancias sin importar el costo humano.
 
Y, sin embargo, estos altos ejecutivos no parecen avergonzados. De hecho, la corporación farmacéutica global está demandando al Gobierno de los Estados Unidos para evitar que negocie los precios de un puñado de medicamentos según lo permitido por la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) aprobada el año pasado.
 
Y, mientras se preparaba este artículo para su publicación, el jefe de Eli Lilly & Co. exhibió un desapego patológico similar de la necesidad humana. El director ejecutivo David Ricks amenazó con retener los medicamentos a las personas mayores y discapacitadas en Medicare a menos que se cumplieran sus demandas. Adoptando la empatía simulada de un gángster que retuerce el brazo, Ricks dijo que negarles medicamentos a estos pacientes sería “realmente triste para las personas que dependen de los beneficios del Gobierno, pero es una consecuencia que los actores empresariales del mercado utilizarán para conseguir limitar y restringir la aplicación de la ley …»
.
(Nota de ironía: Ricks, a quien se le pagaron $21,1 millones el año pasado, exigió la derogación de las disposiciones sobre drogas del IRA en una conferencia de inversión organizada por el sindicato mundial de bancos y crimen J. P. Morgan).
 
Eso no es «esto es el negocio como siempre’, es «una crisis de rehenes». Y plantea una pregunta diferente, una que Ricks sin duda preferiría que no preguntáramos: si los «actores del mercado» no pueden proporcionar al público los medicamentos que necesitan, ¿por qué deberíamos confiar nuestros medicamentos a los actores privados?
 
Recientemente entrevisté a Merith Basey, directora ejecutiva de Pacientes por Medicamentos Asequibles, una organización que hace un excelente trabajo en política de drogas. Basey comentó que el IRA es “un primer paso en la lucha contra el poder de las corporaciones farmacéuticas”. Se podría decir que es una respuesta de «vaso medio lleno» (o «jeringa medio llena»), pero tiene razón en que la ley podría responderá a la crisis de precios de los medicamentos. De hecho, las disposiciones de precios de medicamentos de la Ley de Reducción de la Inflación se encuentran entre las pocas características que realmente reducirían la inflación. Sin embargo, se diluyeron significativamente con respecto a las propuestas originales de los demócratas, que a su vez eran mucho más débiles que lo que se hace en naciones similares. Como observó correctamente Basey, EE. UU. es el único país desarrollado que no tiene un sistema integral para regular los precios generales de los medicamentos.
 
Los compromisos de la IRA se debieron en parte a los $ 16,4 millones y $ 15 millones gastados por Merck respectivamente en el cabildeo cuando se redactó la Ley, así como a los millones de dólares en contribuciones de campaña que los ejecutivos de Merck y Lilly prodigan habitualmente en ambos partidos. Y desde luego fue favorable a su interés  que 50 de los 57 cabilderos que merodeaban los pasillos del Congreso en 2021 por Merck fueran ex funcionarios del Gobierno; Pocas cosas son más persuasivas que una cara amistosa que ofrece dinero en efectivo.
 
Aún así, el Gobierno hizo algo. Las disposiciones de precios de medicamentos de la ley permiten que Medicare negocie los precios de solo diez medicamentos para comenzar, pero el gobierno podrá elegir el más costoso entre ellos y se pueden agregar más en los años siguientes. (Sin embargo, no hay garantía de que usará este poder de manera efectiva, razón por la cual Sanders dice que no aprobará más proyectos de atención médica del Gobierno hasta que la Administración publique su plan).
 
El precio de los medicamentos también representa una amenaza a más largo plazo para corporaciones como Merck: que el público verá cuán efectivas son estas negociaciones y querrá que se extiendan a todos los medicamentos y pacientes. Eso puede explicar el descaro absoluto de los ejecutivos de Merck, cuya demanda argumenta que negociar con el Gobierno, el mayor comprador de medicamentos recetados del país, es “equivalente a una extorsión”.
 
¡Extorsión! Los ejecutivos y la junta directiva de Merck, un grupo que incluye veteranos de la industria armamentística, capital de riesgo y una empresa consultora de evasión de impuestos, piensan que es injusto negociar precios con el pueblo estadounidense. Mientras tanto, la imprudencia de la empresa ha causado decenas de miles de muertes, muertes que plausiblemente podrían considerarse “homicidio involuntario” (es decir, causar la muerte mientras se actúa “de manera ilegal”).
 
En caso de que Vd tenga algún sentido residual de buena voluntad hacia Merck, permítame ayudarle con eso:
 
Merck vendió su analgésico Vioxx durante cinco años después de que las pruebas iniciales plantearon la posibilidad de que causara ataques cardíacos. Lo hizo. Cuando Merck retiró Vioxx del mercado, había causado aproximadamente 88.000 ataques cardíacos entre los estadounidenses. 38.000 de ellos murieron.
 
Según los informes, Merck hizo una «lista de resultados» de médicos a los que no les gustaba Vioxx, que incluía palabras como «neutralizar» y «desacreditar»; un correo electrónico interno decía de tales médicos: «Es posible que tengamos que buscarlos y destruirlos donde viven…».
 
Merck ocultó informes de disfunción sexual y otros riesgos de su medicamento contra la calvicie Propecia, incluida una «larga lista de informes de suicidio».
 
Merck se vio obligado a pagar 2.300 millones de dólares para liquidar los cargos de fraude fiscal.
 
Merck pagó $650 millones para llegar a un acuerdo por violar la Ley de Reclamaciones Falsas al sobrefacturar Medicaid.
 
Merck pagó 1,5 millones de dólares para resolver los cargos de violación de las leyes ambientales federales en sus instalaciones de fabricación de Pensilvania. Sus violaciones ambientales adicionales incluyen el uso de cloruro de metileno y carcinógenos animales probados como solvente en algunas drogas.
 
Merck pagó 688 millones de dólares para resolver las denuncias de que ocultó los malos resultados de los ensayos clínicos de Vytorin, un fármaco contra el colesterol.
 
Estas no son las personas más amables o más respetuosas de la ley.
 
Merck, como la mayoría de las corporaciones depredadoras, trata de presentarse como socialmente responsable, pero su modelo de negocios continúa lastimando a las personas por las que dice preocuparse. “Merck for Mothers” es un programa cuyo objetivo declarado es “ayudar a crear un mundo en el que ninguna mujer tenga que morir mientras da a luz”. ¿Qué pasa con las madres que murieron después de tomar Vioxx?
 
Merck retiró públicamente los fondos de los Boy Scouts en respuesta a la prohibición anti-gay de los scouts. Pero ¿Qué pasa con los homosexuales que no pueden pagar Isentress, un medicamento contra el VIH de Merck que cuesta más de $ 2,000 por mes? ¿Y qué pasa con todas las personas vulnerables que toman Januvia, el medicamento para la diabetes de Merck que se vende al por menor por un costo promedio mensual de $547? Como señaló Basey, aproximadamente un millón de beneficiarios de Medicare toman Januvia y la Parte D de Medicare ya ha gastado $ 17 mil millones en él, a pesar de que tiene quince años.
 
No, dice Merck, todavía no negociaremos.
 
Lamentablemente, Merck y Lilly no son atípicos en la  industria; son la norma.
 
Los ejecutivos de Merck no son los únicos que se benefician de su malversación. También lo son algunos miembros del Senado y la Cámara. No deberían; nadie debería Es dinero de sangre. Es ganancia sin honor.
 
Los ejecutivos de Merck deben recordar la propia historia de su empresa. Originalmente la subsidiaria de una empresa alemana, los activos estadounidenses de Merck fueron nacionalizados durante la Primera Guerra Mundial bajo la Ley de Comercio con el Enemigo. Puede que sea el momento de revisar nuestra definición de «enemigo». Al poner en peligro nuestras vidas y nuestra riqueza, estas corporaciones están poniendo en peligro nuestra seguridad nacional.
 
Lamentablemente, Merck y Lilly no son atípicas en la industria; son la norma. La grosera demanda de Merck y la grandilocuente amenaza de Lilly son solo los últimos recordatorios de que estas corporaciones se aprovechan de las vidas y la riqueza de las personas en los EE. UU. y en todo el mundo. Negociar el precio de los medicamentos es una gran idea, pero llega un punto en el que hablar con personas como estas equivale a negociar con terroristas.
 
Si estas corporaciones no pueden satisfacer las necesidades de salud del público, y la evidencia sugiere que no pueden, el gobierno debería eliminar a estos intermediarios antisociales y producir los medicamentos para el público por sí mismo.
 
(Zero Hour and Social Security Works, junto con muchas otras organizaciones políticas y de defensa, firmaron una carta abierta en la que pedían al Gobierno que revisara nuestro fallido sistema de drogas con fines de lucro).
 

Cómo Big Pharma manipuló el sistema de patentes

Se supone que las patentes de medicamentos expirarían en 20 años. Sin embargo, gracias a los trucos legales, por lo general lleva mucho más tiempo que eso.

Revista nº 22 de junio de 2023

OTRAS FUENTES

Ryan Cooper

The American Prospect – 06-06-2023. https://prospect.org/health/2023-06-06-how-big-pharma-rigged-patent-system/

Interesante artículo que aborda el tema de la utilización de patentes y exclusividades para mantener el monopolio e impedir. la aparición de genéricos más baratos. Es de notable interés su análisis de las diferentes tácticas y estrategias que la Big Pharma utiliza para conseguir este objetivo. Al mismo tiempo señala la dificultad y debilidad de las Agencias Reguladoras.

En marzo, la Oficina de Patentes de la India denegó una solicitud de Janssen Pharmaceuticals (una subsidiaria de Johnson & Johnson) para extender hasta 2027 su patente sobre su medicamento bedaquilina, que es en la actualidad el mejor tratamiento para la tuberculosis resistente a los medicamentos. La decisión se produjo gracias al trabajo de dos activistas, Nandita Venkatesan de la India y Phumeza Tisle de Sudáfrica, que presentaron una petición ante la oficina con el respaldo de Médicos Sin Fronteras y otras organizaciones sin fines de lucro.
 
Desde la perspectiva del gobierno indio, esta decisión fue una obviedad. La extensión de la patente no solo fue un intento obvio de J&J para asegurar unos años más de ganancias de monopolio merced a los pequeños e intrascendentes cambios que habían hecho en el medicamento, al mismo tiempo que la India tiene la peor carga de tuberculosis del mundo. Alrededor del 40 por ciento de su población es TB-positiva, y la mayor población de casos de tuberculosis resistente a los medicamentos de cualquier país. Un problema que empeoró mucho durante la pandemia de COVID-19, que interrumpió gravemente los esfuerzos para probar y tratar nuevas infecciones. Se estima que rechazar la extensión de la patente reducirá el costo del tratamiento con bedaquilina en la India de 46 $ al mes a 8 $, un gran beneficio para un país que todavía es bastante pobre.
 
Los Estados Unidos no tienen nada parecido a un problema con la tuberculosis. Pero tenemos una infección mucho peor de abuso de patentes por parte de las empresas farmacéuticas. En lugar de derribar a empresas como Johnson & Johnson, Mila Oficina de Patentes y Marcas (USPTO) de EE. UU. se ha inclinado con mayor frecuencia para permitir la máxima extracción de beneficios corporativos.
 
Una estrategia legal que utilizan las grandes farmacéuticas es presentar docenas o incluso cientos de patentes sobre el mismo medicamento. Un informe de la Iniciativa para los Medicamentos, el Acceso y el Conocimiento (I-MAK) de septiembre del año pasado investigó estas «marañas de patentes» en diez de los medicamentos más vendidos de Estados Unidos, y las revelaciones fueron asombrosas. Las empresas han obtenido un promedio de 74 patentes en cada uno de esos medicamentos. Aún más revelador, de las 140 solicitudes de patente de estos medicamentos (en promedio), dos tercios de ellas ocurrieron después de que el medicamento fuera aprobado por la FDA.
 
El objetivo es crear una gran disuasión legal para cualquier competidor genérico o biosimilar que pueda intentar entrar en el mercado cuando caduque la patente original. Incluso cuando un competidor podría tener el derecho legal de producir la formulación original de un medicamento, cortar el matorral de patentes requeriría millones de dólares en litigios y llevaría años.
 
Por ejemplo, AbbVie logró extender la protección de patentes de su medicamento para la artritis Humira por siete años adicionales. Presentó 312 patentes sobre el medicamento, un 94 por ciento después de haber recibido la aprobación de la FDA, y obtuvo 166 de esas patentes. Su patente original expiró en 2016, pero el resto de las patentes extendieron su control completo del medicamento hasta el primer trimestre de 2023. Como resultado, Humira fue el medicamento más vendido en el mercado de EE. UU. en 2021, con 17.300 millones de dólares en ventas, casi el doble que el segundo lugar Revlimid (un medicamento contra el cáncer). De todo el dinero que AbbVie ha ganado en Humira, alrededor de dos tercios (o casi 100 mil millones de dólares) llegaron después de que expirara su patente principal.
 
Para algunos, eso cuenta como un éxito rotundo. La elección del presidente Trump para dirigir la USPTO, de Andreu Lancu, socio del bufete de abogados de propiedad intelectual Irell & Manella tanto antes como después de dirigir la agencia es un dato llamativo. En un artículo de opinión reciente para Bloomberg Law, argumentó que el uso de patentes por parte de AbbVie «debe celebrarse».
 
Otra estrategia es «hacer ligeras modificaciones en la droga», afirma Robin Feldman, profesor de la Facultad de Derecho de la UC, San Francisco, que estudia el abuso de patentes, en una entrevista en Prospect. Al hacer pequeños cambios en las dosis, la formulación, el método de administración, etc., las compañías farmacéuticas pueden solicitar una nueva patente o una extensión de patente y extender su monopolio. Según su investigación, «más del 78 por ciento de las nuevas patentes no son medicamentos nuevos», dijo. Una táctica común es producir estratégicamente una forma de liberación prolongada del medicamento justo antes de que la patente original esté a punto de expirar, porque las empresas pueden recibir un derecho de exclusividad adicional de tres años bajo las reglas de «nueva investigación clínica».
 
Muchas de estas patentes son probablemente tonterías incluso para los estándares laxos de la ley de los Estados Unidos. En las raras ocasiones en que los fabricantes de genéricos han llevado a Big Pharma a los tribunales para impugnar la validez de la patente, han ganado alrededor de las tres cuartas partes de las veces , afirma Feldman. Pero, de nuevo, eso cuesta tiempo y dinero, algo con lo que las principales compañías farmacéuticas cuentan.
 
Otra estrategia es obtener exclusividad sin patentes. El gobierno otorga a las empresas que realizan ciertos tipos de investigación, como tratamientos para enfermedades pediátricas o tropicales, o que desarrollan medicamentos «huérfanos» para tratar enfermedades raras, derechos adicionales por tiempo limitado, como mantener la privacidad de sus datos o un monopolio en la comercialización. (El Congreso quería que se prestara más atención a estas áreas de enfermedad en particular, pero puede haber tenido demasiado éxito, ya que las empresas han acumulado recursos para desarrollar tratamientos para condiciones relativamente poco comunes que a menudo no son muy efectivas).
 
Por último, está la táctica de «pagar por retraso». Cuando las patentes u otras protecciones legales están a punto de expirar, las compañías farmacéuticas comúnmente toman sus enormes ganancias y ofrecen a los fabricantes de genéricos fuertes sobornos para mantenerse fuera del mercado, evitando así la competencia. La Comisión Federal de Comercio, que ha presentado algunas demandas contra esta práctica, estima que esta táctica por sí sola le cuesta al país 3.500 millones de dólares en costos de medicamentos más altos cada año.
 
Como de costumbre en asuntos de atención médica, EE. UU. es una situación atípica en las patentes de medicamentos en comparación con las naciones homólogas. Volviendo a Humira, AbbVie obtuvo 6,4 veces más patentes estadounidenses que en la Unión Europea, y sus patentes se agotaron en octubre de 2018 en el continente. Otros más de cuatro años de protección de patentes en el mercado de EE. UU. aseguraron 68 mil millones de dólares adicionales en ganancias al  monopolio.
 
Todo este escandaloso aumento de precios es una de las principales razones por las que la atención médica estadounidense es tan cara. Un estudio de 2018 encontró que el gasto en medicamentos representa alrededor del 15 por ciento del gasto en atención médica de los Estados Unidos, la fracción más alta de cualquier país rico y mucho más alta en términos absolutos porque nuestra atención médica es muy cara. En términos de dólares, gastamos alrededor de la mitad que Suiza por persona, más del doble que Francia y más de tres veces más que los Países Bajos. Eso se debe en gran medida a los medicamentos patentados hipercaros. Solo el 8 por ciento de las recetas estadounidenses son para medicamentos de marca, pero gracias a los precios extremos se alcanzan eses cifras. Gilead originalmente tenía un precio de su cura para la hepatitis C en 84 000 dólares, aunque más tarde se redujo un poco.
 
Por último, el sistema de patentes también proporciona un incentivo tóxico para las empresas farmacéuticas. La capacidad de extraer año tras año hiperbeneficios de un puñado de medicamentos de gran éxito empuja a las empresas a gastar mucho en modificación de medicamentos y en abogados que protegerán su monopolio de patentes en lugar de invertir en una investigación de medicamentos genuinamente nueva. En 2021, solo Keytruda representó el 48 por ciento de las ganancias de Merck; Eylea el 48 por ciento de las de Regeneron/Bayer; y Humira el 40 por ciento de las de AbbVie. La investigación de Feldman descubrió que una vez que una compañía farmacéutica comienza por el camino del abuso de patentes, tiende a depender cada vez más de este método a medida que pasa el tiempo.
 
Sin embargo, a largo plazo, ir por este camino podría resultar una estrategia arriesgada. Incluso en los EE.UU., las patentes se agotan con el tiempo, y el desarrollo de medicamentos es caro, lento y propenso al fracaso. Confiar en un medicamento para una parte tan grande de los ingresos podría fácilmente dejar a esas empresas retorcidas en el viento, especialmente si el Congreso aprobara la reforma de la propiedad intelectual.
 
¿Qué se debe hacer al respecto? Feldman sugiere que un simple paso sería aclarar el significado de «no obviousness» en la ley de patentes de los Estados Unidos. Para obtener una patente, uno debe demostrar que la invención es algo que requirió habilidad y esfuerzo para producir. Hay mucha legislación en esta área, así como un gran cuerpo de jurisprudencia, cuyos detalles están más allá del alcance de este artículo. Pero está claro que es demasiado fácil obtener una patente de medicamentos en este país, como lo demuestra por comparación la cantidad de patentes que se otorgan en la Unión Europea. En los EE.UU., las empresas pueden obtener patentes sobre ideas obvias del tipo como «una fórmula de liberación prolongada» que han sido bien conocidas durante décadas. La USPTO también podría estar mejor financiada; su pequeño personal a menudo se ve abrumado por la ventisca de presentaciones altamente técnicas de las compañías farmacéuticas. La FDA, que tiene muchos más especialistas médicos, también podría ser asignada para ayudar en esta área.
 
Otra idea más radical es un sistema de patentes «uno y hecho». Se prohibiría rotundamente a las empresas obtener más de una patente sobre el mismo medicamento. Serían capaces de elegir entre una patente normal, o una de las otras exclusividades mencionadas anteriormente, pero no más de una.
 
Hay al menos señales moderadamente alentadoras en el horizonte. Tanto el Plan de Rescate Estadounidense aprobado en marzo de 2021 como la Ley de Reducción de la Inflación aprobada el año pasado contienen una serie de reformas en los precios de los medicamentos. El primero permitió a Medicaid penalizar a las empresas que elevan sus precios por encima de la tasa de inflación, lo que llevó a Eli Lilly a bajar su precio de lista de la insulina; el segundo permite a Medicare negociar el precio de un número limitado de medicamentos recetados, con nuevos precios que comienzan a entrar en vigor en 2026.
 
Ahora, estas son reformas bastante pequeñas y lentas. Pero siguen siendo las mayores derrotas que las grandes farmacéuticas han sufrido en décadas. Los precios de los medicamentos (como el resto del sistema de atención médica) son simplemente tan escandalosos que incluso el desvencijado gobierno estadounidense está empezando a hacer algo al respecto. La reforma de las patentes es el siguiente paso obvio.
 
 

OMC: El Sur «emerge la apuesta» sobre el diagnóstico y la terapéutica de la COVID-19

Revista nº 22 de junio de 2023

OTRAS FUENTES

D. Ravi Kanth

Servicio de Información de TWN sobre cuestiones de salud del Tercer Mundo / Washington DC – 13-06-2023. https://www.twn.my/title2/health.info/2023/hi230604.htm

En este artículo se recogen las interesantes aportaciones del embajador de Colombia en la OMC, así como de los 65 miembros liderados por Sudáfrica e India que plantean de forma clara la necesidad de una alternativa a las licencias voluntarias con la extensión de la exención de la propiedad intelectual.

Este proceso de discusión en la Organización Mundial de Comercio se encuentra actualmente, durante este mes de junio, en plena fase de desarrollo con la oposición abierta, como señala el artículo, de aquellos países ricos donde las grandes farmacéuticas condicionan las posiciones de los gobiernos respectivos.

Colombia, junto con una gran mayoría de los países en desarrollo y menos desarrollados de la Organización Mundial del Comercio, «amplió la apuesta» para extender y aplicar rápidamente la Decisión Ministerial sobre el Acuerdo sobre los ADPIC alcanzado en la duodécima conferencia ministerial de la OMC (MC12) el pasado junio de medidas para el diagnóstico y la terapéutica de la COVID-19, según afirmaron  fuentes conocedoras del tema

En la reunión informal del Consejo de los ADPIC el 8 de junio, el número de países que solicitaron una decisión temprana sobre el párrafo ocho de la Decisión Ministerial MC12 sobre el Acuerdo sobre los ADPIC, ha crecido sustancialmente, afirmaron  participantes en la reunión.

, afirmaron participantes, que pidieron no ser identificadas.

El nuevo enviado comercial de Colombia

En la reunión del Consejo de TRIPS, el nuevo enviado comercial de Colombia, el embajador Mauricio Bustamante, reiteró «la extensión de la exención a la producción y el suministro de medios de diagnóstico y tratamientos contra la COVID-19».

Instó a los miembros a empezar a pensar en futuras pandemias, en línea con las discusiones que están teniendo lugar en otros foros.

El embajador Bustamante pidió que se intensificaran los esfuerzos para «establecer un mecanismo de «adopción inmediata » que permita que la exención se utilice en futuras pandemias, sin tener que comenzar a negociar todo desde cero en medio de una crisis».

Sugirió «permitir que este sea un instrumento que se pueda utilizar por defecto frente a una nueva crisis de salud que de lugar a una nueva declaración de pandemia por parte de la OMS, para que no se pierda un tiempo valioso en circunstancias que requieren velocidad y urgencia».

Al comentar sobre un tema asociado relacionado con el uso de licencias voluntarias para futuras pandemias en lugar de una exención, como sugirieron los opositores, el nuevo enviado comercial colombiano dijo con cierta firmeza que, desde la perspectiva de Colombia, «las licencias voluntarias pueden ser valiosas en algunos casos específicos, pero no son una respuesta global definitiva y no nos sirven a todos por igual».

El enviado comercial colombiano afirmó: «La experiencia de la pandemia nos mostró que, en situaciones de crisis, este no era el camino ideal».

Habló sobre las muy difíciles negociaciones a las que se enfrentó Colombia, debido «a los altos precios, en condiciones asimétricas y en competencia con sus socios y vecinos».

En este contexto, comentó: «Solo es razonable que las alternativas producidas localmente sean parte de nuestras conversaciones actuales sobre políticas públicas».

«Incluso a pesar de las posibles ineficiencias, está claro que en ciertas situaciones se requiere un mínimo de autonomía para resolver problemas agudos sociales y de salud pública, como el que ocurrió en el caso de la COVID-19», dijo el enviado comercial colombiano.

Al expresar su agradecimiento por el documento emitido por Suiza y México sobre la mejora del uso de licencias voluntarias, dijo: «De hecho, las licencias voluntarias no han sido una buena opción de política pública para que Colombia se prepare para crisis como la que estamos experimentando».

De hecho, la concesión de licencias voluntarias se ve afectada por varios problemas, agregó el enviado. Incluyen:

  • falta de información, ya que solo se utilizaron cuatro de las 138 licencias voluntarias (LV);
  • las LV incluyen cláusulas muy restrictivas para la exportación de los productos manufacturados, lo que los hace inviables para los países con mercados pequeños o medianos;
  • incluso las LV emitidas a través del Grupo de Patentes de Medicamento (Medicines Patents Pool) no fueron una solución para Colombia;
  • incluso  no han sido aplicables las licencias de Patentes que se están presentando en varios países.

Más importante aún, «los términos de negociación con el licenciatario son inherentemente asimétricos, no transparentes, y tienen efectos muy modestos en el precio, por lo que incluso en el mejor de los casos, la alternativa de licencia voluntaria presenta problemas significativos como una opción política», dijo Colombia.

No es de extrañar que «las licencias voluntarias para la producción de ciertos bienes estén llenas de limitaciones y dificultades», dijo el enviado comercial colombiano, y agregó que es por eso que apoyó la exención de vacunas y ahora apoya la simple extensión de la exención a la terapéutica y el diagnóstico, así como la existencia de un mecanismo de «disparador» que facilite las discusiones en el futuro.

Parece que el nuevo enviado comercial de Colombia, que aparentemente es un profesional médico, ha emitido una poderosa declaración contra el retraso en la extensión de la Decisión Ministerial MC12 sobre el Acuerdo TRIPS a los diagnósticos y terapias de COVID-19, dijeron personas familiarizadas con las discusiones.

En virtud del párrafo ocho de la Decisión Ministerial MC12 sobre el Acuerdo sobre los ADPIC (WT/MIN(22)/30), los miembros de la OMC están obligados a ampliar la decisión sobre las vacunas contra la COVID-19 al diagnóstico y la terapéutica contra la COVID-19.

Pero debido a los continuos obstáculos creados por algunos de los principales países industrializados que representan a las «grandes farmacéuticas», las posibilidades de una decisión temprana parecen algo sombrías, al menos hasta finales de octubre, cuando se espera que EE.UU. anuncie una decisión basada en las investigaciones de su Comisión de Comercio Internacional (ITC).

En este contexto, Sudáfrica, la India y muchos países en desarrollo señalaron el tema como su principal preocupación en la reunión informal del Consejo de TRIPS.

Varios defensores de la coalición de países en desarrollo que han estado presionando enérgicamente por una decisión basada en el párrafo ocho, comenzando con Sudáfrica y la India, e incluyendo a Colombia y otros países, concluyeron en un fuerte mensaje que enfatiza la importancia de los diagnósticos y las terapias de COVID-19 como herramientas críticas para luchar contra la pandemia.

Al parecer, los defensores argumentaron que la presencia de COVID-19 en varios países es motivo de preocupación y excluir estas herramientas vitales socavará la eficacia de la decisión que tiene como objetivo el acceso oportuno y asequible a vacunas efectivas contra la actual pandemia de COVID-19, dijeron las personas, que pidieron no ser citadas.

Los 65 defensores destacaron repetidamente la importancia del diagnóstico y la terapéutica, que dará como resultado un enfoque holístico para permitir a los países en desarrollo abordar esas barreras de la P.I. (propiedad intelectual) que impiden la expansión y diversificación de la producción y aumentan la accesibilidad a herramientas cruciales de COVID-19 que salvan vidas.

Anteriormente, los proponentes dijeron: «El resultado actual (Decisión Ministerial MC12 sobre el Acuerdo sobre los ADPIC) representa una decisión condicionada estrecha debido a las demandas de algunos miembros de la OMC, que requiere compromisos significativos por parte de los copatrocinadores que esperaban una mayor solidaridad entre los miembros de la OMC durante una emergencia de salud pública

En privado, varios países sostuvieron que la credibilidad de la OMC se ha visto manchada debido a la captura del proceso de toma de decisiones por parte de un puñado de países que representan los intereses de las «grandes farmacéuticas», dijeron las personas que preferían no ser identificadas.

Oposición al párrafo ocho

En la reunión informal del Consejo TRIPS, Suiza continuó oponiéndose a cualquier decisión sobre el párrafo ocho sobre la base de que no hay pruebas materiales que sugieran que los derechos de propiedad intelectual sean una barrera, una posición que también fue compartida por el Reino Unido.

La Unión Europea dijo que está lista para comprometerse con los proponentes para finalizar la decisión, mientras que los EE. UU. aparentemente proporcionaron un informe sobre sus investigaciones en curso del ITC, dijeron las personas, que prefirieron no ser citadas.

La presidenta del Consejo TRIPS, embajadora Pimchanok Pitfield, de Tailandia, indicó su continuo compromiso con los miembros en diferentes grupos/configuraciones.

Al parecer, la presidente informó de que no ha habido en absoluto cambios con respecto al párrafo ocho en los últimos tres meses.

Reiteró su intención de seguir trabajando para encontrar formas de superar las diferencias existentes. La embajadora Pitfield habló sobre sus reuniones con las delegaciones en los últimos dos meses.

Dijo que su informe indica claramente que el compromiso sustantivo en este tema será más constructivo una vez que los miembros hayan completado sus respectivos procesos de consulta nacional.

La embajadora Pitfield trató de conocer de los miembros si había voluntad de hacer un balance de los acontecimientos relevantes con las partes interesadas externas, como las organizaciones internacionales, la sociedad civil y el mundo académico, en particular sobre cómo abordar el párrafo ocho de la Decisión Ministerial MC12 sobre el Acuerdo sobre los ADPIC.

Dijo que, en general, las delegaciones apoyaban esta idea con el fin de recopilar aportaciones y compartir experiencias.

Se espera que la presidente, convoque una reunión periódica del Consejo de los ADPIC el 14 de junio, presente un informe claro sobre el camino a seguir en varias cuestiones, como la preparación para la pandemia y sobre las quejas de no infracción y situación de los ADPIC, dos cuestiones que se discutieron en la reunión informal del 8 de junio.

De acuerdo con la Decisión Ministerial MC12 sobre las quejas de no infracción y situación de los ADPIC (WT/MIN(22)/26), los ministros de comercio «tomaron  nota del trabajo realizado por el Consejo para los Aspectos Relacionados con el Comercio

De conformidad con la Decisión del Consejo General de 10 de diciembre de 2019 sobre «Las quejas de no manipulación y situación del PTRIP» (WT/L/1080), y le ordena que continúe su examen del alcance y las modalidades de las quejas de los tipos previstos en los apartados 1(b) y 1(c) del artículo XXIII del GATT de 1994 y haga recomendaciones a la 13a se acuerda que, mientras tanto, los miembros no iniciarán tales quejas en virtud del Acuerdo sobre los ADPIC».

Los ministros de comercio también emitieron una declaración bastante larga (WT/MIN(22)/31) sobre la respuesta de la OMC a la pandemia de COVID-19 y la preparación para futuras pandemias.

Algunos de los elementos importantes de la declaración son:

Con el fin de acelerar el acceso a las vacunas, terapias, diagnósticos y otros productos médicos esenciales contra la COVID-19, durante la COVID-19 y futuras pandemias, «alentamos la cooperación regulatoria, según corresponda, y el intercambio de información regulatoria de forma voluntaria».

Los ministros de comercio recordaron la Declaración de Doha sobre el Acuerdo sobre los ADPIC y la Salud Pública de 2001 y reiteraron que el Acuerdo sobre los ADPIC no impide ni debe impedir que los miembros tomen medidas para proteger la salud pública. «En consecuencia, al tiempo que reiteramos nuestro compromiso con el Acuerdo sobre los ADPIC, reafirmamos que el Acuerdo puede y debe interpretarse y aplicarse de una manera que apoye el derecho de los miembros de la OMC a proteger la salud pública y, en particular, a promover el acceso a los medicamentos para todos».

Los ministros de comercio reafirmaron que los miembros tienen derecho a utilizar plenamente el Acuerdo sobre los ADPIC y la Declaración de Doha sobre el Acuerdo sobre los ADPIC y la Salud Pública de 2001, que proporcionan flexibilidad para proteger la salud pública, incluso en futuras pandemias. «Recordamos la Decisión Ministerial sobre el Acuerdo sobre los ADPIC: WT/MIN(22)/30 y WT/L/1141».

Los ministros de comercio reconocieron que el aumento del nivel de preparación global para la COVID-19 y las futuras pandemias requiere un fortalecimiento de la capacidad productiva, científica y tecnológica en todo el mundo.

Los ministros de Comercio también reconocieron que dicha capacidad es fundamental para desarrollar soluciones a las crisis de salud pública más allá de la COVID-19, incluidas las relacionadas con el VIH/SIDA, la tuberculosis, la malaria y otras epidemias, así como las enfermedades tropicales desatendidas, y para diversificar las ubicaciones de fabricación. Los ministros de comercio reconocieron la importancia de facilitar las operaciones internacionales de los proveedores de servicios que participan en la producción y distribución de vacunas, terapias, diagnósticos y otros productos médicos esenciales contra la COVID-19, como la logística y los servicios de tran

Protección de la Propiedad Intelectual PI en el mundo postpandemico

Revista nº 22 de junio de 2023

OTRAS FUENTES

Jaume Vidal

HAI Health Action International – Junio 2023. https://haiweb.org/wp-content/uploads/2023/05/IP-Protection-in-a-Post-pandemic-World.pdf

Informe de Jaume Vidal, de Health Action International, donde se analiza de forma resumida la situación actual de la propiedad intelectual y las diferentes posiciones y alternativas que se han ido planteando. Finaliza con un apartado de recomendaciones de notable interés.

Introducción
 
La declaración de la Organización Mundial de la Salud de que «la emergencia sanitaria mundial de COVID-19 ha terminado» ha eliminado el sentido de urgencia que durante más de tres años dieron forma a las discusiones mundiales sobre salud. Como resultado de la pandemia, el tema de la propiedad intelectual (P.I.) y su influencia en el acceso a las tecnologías de salud fue ampliamente e intensamente discutido.
 
El apoyo obtenido para una propuesta de exención sobre ciertas partes del Acuerdo sobre aspectos relacionados con el comercio de la propiedad intelectual (TRIPS), la creación del Fondo de Acceso a las Tecnologías COVID-19 (C-TAP) y una serie de iniciativas nacionales y regionales destinadas a aumentar la producción de bienes de salud son solo algunos ejemplos de dónde las necesidades de muchos se situaron por encima de los beneficios y de los monopolios.
 
Varios procesos políticos que se dejaron de lado, se estancaron o incluso se detuvieron durante la pandemia se han reanudado, mientras que las iniciativas que se originaron en la respuesta a la pandemia han evolucionado o
 
Este resumen de política analiza algunas de las intervenciones diseñadas durante la pandemia de COVID-19 para contrarrestar el impacto del exceso de casos motivado por el uso de herramientas de protección IP. En segundo lugar, evalúa las recientes discusiones sobre políticas posteriores a la pandemia, a todos  los niveles, con respecto al papel de la P.I. en relación con el acceso a la innovación. Por último, establece varias recomendaciones sobre la gestión de la P.I. y los procesos políticos relacionados con el fin de mejorar el acceso a las tecnologías sanitarias.
 
ADPIC y Exención
 
La propuesta de exención de los ADPIC presentada por la India y Sudáfrica en octubre de 2021, en medio de  una pandemia mortal para la que, en ese momento, no había un tratamiento probado, colocó la relación entre la propiedad intelectual y el acceso a las tecnologías de salud en la zona superior de la agenda mundial de salud. El amplio apoyo que la propuesta recibió tanto en la Organización Mundial del Comercio (OMC) como en otros lugares era  producto de la insatisfacción, preocupación y desconfianza. En ciertos sectores del Sur Global, la sociedad civil y de la academia , hubo un profundo escepticismo sobre la capacidad del acuerdo TRIPS para proporcionar acceso a la innovación a cambio de la observancia y aplicación de la P.I.
 
La sensación de frustración que muchos sintieron se agravó por el acaparamiento literal de vacunas y otras tecnologías de salud que salvan vidas por la Unión Europea (UE) y otros estados miembros del G7, y en parte alimentó el impulso de la exención.
 
El resultado de las negociaciones de exención de los ADPIC no tiene todavía- un final aunque incluso el proceso pueda considerarse agotado. La  fecha límite de diciembre de 2022 llegó y se fue sin consenso sobre cómo ampliar la Decisión de los ADPIC acordada en la 12º Conferencia Ministerial de la OMC más allá de las vacunas para incluir el diagnóstico y la terapéutica. La decisión en sí misma nunca iba a tener un efecto consecuente en el acceso a las vacunas y pocos la llamarían una exención. Mientras que la decisión fue elogiada por algunos como una posibilidad que simplificaría y facilitaría el uso de licencias obligatorias, en la realidad añadió una capa burocrática a un proceso ya de por sí engorroso.
 
«La adopción de un texto de este tipo constituye un paso atrás en  la protección y promoción de la salud pública, no solo en pandemias y otras emergencias sanitarias, sino también en procedimientos en otros foros internacionales como la Organización Mundial de la Salud. También perpetúa un patrón de acuerdos de última hora, inmanejables  y engorrosos sobre IP y acceso a las tecnologías de la salud con la implementación del párrafo 6 de la declaración de Doha como ejemplo».
 
Preparación para la pandemia
 
Las deficiencias y los fracasos de la respuesta mundial a la pandemia, especialmente de mecanismos como COVAX y el Acelerador de Herramientas de Acceso a la COVID-19 (ACT-A), han sido reconocidos por una serie de grupos. La necesidad de un nuevo enfoque para la preparación y la respuesta a la pandemia se ha acelerado como consecuencia directa.
 
La propuesta del Presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, de un tratado internacional para codificar el compromiso internacional con una respuesta global efectivamente coordinada responde. A esta situación Algunos la enmarcaron como una respuesta a las demandas de anteponer el acceso a las tecnologías de la salud a las ganancias, especialmente cuando el apoyo público fue crítico para su desarrollo prioritario. Otros procesos, como las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) y las discusiones en torno a una plataforma de contramedidas sanitarias, tambiénse están llevando a cabo con el riesgo de superposición en algunas áreas y de abandonar otras.
 
Al igual que con las nobles promesas de la salud como bien público al comienzo de la pandemia, en estas primeras etapas de la discusión de un nuevo instrumento o convención internacional se mencionó la posible renuncia a los derechos de propiedad intelectual o de la aplicación de mecanismos de transferencia de tecnología más robustos (no gravados con la exclusividad de datos, por ejemplo). Esto, sin embargo, se eliminó en versiones posteriores del documento tras la insistencia de EE. UU., la UE y Suiza.
 
El proceso para reformar el RSI a través del Grupo de Trabajo sobre Enmiendas al RSI 2005 (WGIHR) también está siendo testigo de propuestas y contrapropuestas del Grupo Africano y otros que apuntan a una colaboración de investigación más estrecha y un mejor intercambio de  resultados frente a la necesidad de otorgar acceso a brotes y garantizar el flujo de productos sanitarios propugnado por la Comisión Europea
 
El organismo de negociación intergubernamental (INB) y el WGHIR están trabajando con el apoyo y la participación de la secretaría de la OMS y tienen diversos grados de transparencia y participación de la sociedad civil. No se puede decir lo mismo de la plataforma de contramedidas sanitarias, que, por ejemplo presentada por el G20, tiene escasa rendición de cuentas, se enfoca  principalmente en la seguridad sanitaria y no contempla la necesidad de medidas coercitivas para mejorar y garantizar el acceso a las tecnologías sanitarias, incluyendo poner las necesidades de salud por encima de las normas comerciales.
 
Regional
 
La revisión de la Estrategia Farmacéutica Europea es uno de los esfuerzos de salud más ambiciosos jamás intentados por la UE. En sus inicios, colocó la necesidad de medicamentos asequibles y mecanismos de suministro confiables en el centro de una revisión exhaustiva de la legislación farmacéutica, incluidos incentivos como la exclusividad de los datos.
 
Después de varias consultas y retrasos, el paquete presentado por la Comisión Europea para su consideración por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE en abril de 2023 incluía:
 
• La revisión de la legislación farmacéutica (Directiva + Regulación) ofrecería una combinación de incentivos vinculados a los objetivos de salud pública de acceso equitativo y suministro confiable de medicamentos. Tales incentivos incluirían exclusividad de datos adicional para empresas que lanzan productos en todos los estados miembros de la UE o desarrollan productos para necesidades médicas no cubiertas. También se otorgaría un período adicional de protección para la reutilización de medicamentos sin patente.
 
• Paquete de patentes con especial énfasis en el uso de licencias obligatorias (CL) y la optimización del régimen de certificados complementarios de protección  (CCP). Si bien el uso de licencias obligatorias se limitaría a un «mecanismo de último recurso»,  que se ejercería, después de las negociaciones para una  licencia voluntaria, a través de un nuevo instrumento a escala de la UE y atendiendo  a la demanda de la UE. En cuanto al CPC, la propuesta de la Comisión introduce una nueva figura: el CPC unitario que complementaría la patente unitaria y sería válido en los Estados miembros participantes.También se instituiría un procedimiento centralizado para la concesión de SPCS nacionales.
 
•   La recomendación del Consejo sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM) introduciría nuevos incentivos de atracción en forma de recompensas de entrada en el mercado de suma global o pagos de hitos.
 
Conclusiones
 
•   La propuesta de exención de los ADPIC, y los debates subsiguientes que condujeron a la decisión sobre los ADPIC de la 12a Conferencia Ministerial de la OMC, revelaron una profunda división dentro de la comunidad internacional con respecto al papel y uso de los mecanismos de protección de la P.I en relación con las tecnologías de la salud. La necesidad de nuevos enfoques es ampliamente reconocida por la mayoría de las partes interesadas.
 
•   Es profundamente preocupante que la cuestión de la gestión de la P.I. orientada a la salud no sea una parte sustancial de las discusiones sobre la preparación y la respuesta a la pandemia. El uso de las flexibilidades  de  los ADPIC en entornos que no sean de emergencia también debe ser aprobado en entornos internacionales y regionales.
 
•   Algunas de las propuestas emanadas de la Comisión Europea con respecto a la reforma de la Estrategia Farmacéutica Europea, como el establecimiento de normas para una licencia obligatoria en toda la UE, una mayor transparencia en la concesión de certificados de protección suplementaria y la disminución de los períodos de exclusividad de datos son, si se siguieran, pasos positivos.
 
Recomendaciones
 
•   • Se debe dar mayor visibilidad a los procesos del RSI y la  INB y se debe otorgar un mayor acceso a la sociedad civil de interés público para que las organizaciones de interés público puedan contribuir con su experiencia, incluida la transmisión de  demandas de las entidades del Sur Global. Además, los gobiernos nacionales deben rendir cuentas por las posiciones mantenidas en las negociaciones y su coherencia con las políticas actuales, los compromisos anteriores y los planes futuros en ámbitos no relacionados con la salud.
 
•   • Para garantizar un acceso más equitativo a las tecnologías de la salud durante las pandemias u otras emergencias sanitarias, las partes negociadoras en el INB deben acordar cláusulas vinculantes sobre la anulación de las normas de P.I. en caso de una declaración de emergencia de salud pública internacional.
 
•   • La revisión de la política farmacéutica de la UE y las iniciativas asociadas es una oportunidad histórica para colocar la asequibilidad de los medicamentos, la transparencia de los costos de I+D y el uso orientado a la salud de la propiedad intelectual en la agenda pública. Es fundamental que los legisladores, tanto a nivel de la UE como nacional, participen activamente en el escrutinio y el debate. La sociedad civil tiene un papel que desempeñar en la educación del público sobre la importancia de la legislación.
 
•   • En el panorama de la salud mundial posterior a la pandemia, las cuestiones de la propiedad intelectual seguirán siendo polémicas y necesitarán una discusión basada en la evidencia entre las partes interesadas de todos los grupos. La contribución de la sociedad civil a esta conversación es fundamental para garantizar el interés público. Las herramientas como el navegador de responsabilidades de ADPIC deben ampliarse para alcanzar su potencial y contribuir a  una mejor comprensión, a nivel nacional, del costo de una protección de P.I. demasiado estricta para el acceso a las tecnologías sanitarias.
 
•   • Los gobiernos deben ordenar a las organizaciones internacionales, incluidas la OMS, la OMC y la OMPI, que tomen medidas específicas para explorar la viabilidad de un instrumento o convención internacional que reconozca la condición de la terapéutica, las vacunas y el diagnóstico como bienes públicos mundiales en caso de una pandemia o una emergencia sanitaria.
 
•   Debería oponerse a la inclusión de incentivos adicionales basados en la propiedad intelectual en la Estrategia Farmacéutica Europea, como los TEV. Las salvaguardias para evitar el uso indebido y el abuso del sistema de patentes, especialmente en aquellos productos desarrollados con apoyo público y financiación, deben hacerse explícitas y aplicables.
 
(Nota de la CR. Las referencias y notas adicionales se encuentran disponibles para su lectura en el original en inglés)
 
 

Los gigantes farmacéuticos bloquean el acceso a las dosis de vacunas para la investigación

Revista nº 22 de junio de 2023

OTRAS FUENTES

  • Pfizer y Moderna impiden que los científicos utilicen sus vacunas actuales para la investigación. Estados Unidos debería actuar ahora para restablecer la competencia.

Zacharía Kafuko

The American Prospect – 03-07-2023. https://prospect.org/health/2023-07-03-pharma-giants-block-access-vaccine-research/

Recibí mi primera vacuna contra el COVID-19 el 9 de febrero de 2022. Como bioquímico molecular que había observado con avidez la respuesta pandémica desde sus primeros días, sentí que muy tarde. En los Estados Unidos, más del 75 por ciento de la población había recibido al menos una dosis; de hecho, ya se habían tirado millones de dosis.
 
Pero vivo en Zambia, donde menos de una sexta parte de la población había recibido una dosis. Cuando recibí mi primera inyección, la mayoría de mis vecinos, amigos y colegas seguían expuestos a la pandemia mortal.
 
Contrariamente a la percepción popular, esto no se debe a la ineptitud africana en la prestación de servicios de salud pública. Los países africanos destacan en la ejecución de campañas de vacunación eficientes, ya que la experiencia de prueba y error en el manejo de enfermedades tropicales significa que muchos gobiernos tienen sistemas de salud pública altamente competentes. A diferencia de muchos de nuestros homólogos occidentales, no nos vimos bloqueados por la desconfianza masiva hacia el stablishment médico. Simplemente carecíamos de las vacunas para administrar.
 
Dado que África carece de su propia capacidad de fabricación de vacunas y no podía permitirse el lujo de competir con los países ricos para comprar vacunas, nos vimos obligados a depender de la caridad de los EE.UU., Europa y otros países del Norte Global, que distribuyeron vacunas poco a poco, a veces justo antes de que expiraran.
 
Ahora, las compañías farmacéuticas occidentales continúan obstruyendo los esfuerzos para desarrollar la producción local de vacunas. Y lo están haciendo descaradamente justo en el corazón del mundo rico.
 
Las empresas farmacéuticas, que guardan celosamente su investigación, están bloqueando los esfuerzos internacionales para establecer una capacidad de producción independiente.
 
En abril, la administración de Biden anunció el lanzamiento del Proyecto NextGen, una iniciativa de $5 mil millones para acelerar la investigación de la vacuna contra el coronavirus, que se basa en el asombroso éxito del gobierno federal con la Operación Warp Speed. Pero debido a que Moderna y Pfizer no le siguen el juego ni proporcionan muestras de sus productos, los investigadores de las universidades y las empresas de biotecnología más pequeñas están desperdiciando meses y millones de dólares recreando la investigación.
 
Las compañías farmacéuticas, que guardan celosamente su investigación, están paralizando los esfuerzos internacionales para establecer una capacidad de producción independiente, tanto en los EE.UU. como en el extranjero.
 
Tomemos como ejemplo Afrigen, una empresa de biotecnología en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. La pequeña empresa de menos de 150 científicos es una de las 15 empresas en países de ingresos bajos y medianos (LMIC, por sus siglas en inglés) que trabajan para aplicar la tecnología de vacunas de ARNm al COVID-19 y a la miríada de otras enfermedades, como la tuberculosis, el VIH y la malaria, que causan mucho sufrimiento en el continente. Afrigen es parte de un esfuerzo más amplio para alejar a los LMIC de su total dependencia de los gigantes farmacéuticos occidentales.
 
Sin embargo, Afrigen está luchando para crear vacunas COVID-19 de próxima generación más asequibles sin las vacunas de ARNm originales para usar como comparaciones.
 
Pfizer y Moderna merecen reconocimiento por su trabajo en el desarrollo de vacunas que salvan vidas. Pero lo hicieron con un enorme apoyo del gobierno de los EE.UU., y ahora están retrasando el ritmo de la innovación.
 
Un informe reciente de la organización sin fines de lucro de defensa médica Prep4All muestra una de las razones por las que la industria farmacéutica se niega a proporcionar muestras de investigación: tienen miedo de la competencia. Esto es particularmente atroz viniendo de Moderna, cuya vacuna fue el resultado no solo de la propia innovación de la compañía, sino de miles de millones de dólares de fondos federales a través de Operation Warp Speed.
 
Es importante mantener la rentabilidad del desarrollo de vacunas para garantizar el ingenio en futuras crisis. Las compañías farmacéuticas desarrollaron vacunas que salvan vidas en un tiempo récord durante la pandemia de COVID-19, y sus incentivos creativos deben protegerse. Pero este motivo debe equilibrarse con la necesidad de innovación futura. Los titulares no deberían poder imponer costos altísimos a otros investigadores que buscan desarrollar nuevas herramientas de inmunización.
 
Moderna y Pfizer deben compartir viales de muestras de vacunas autorizadas para futuras investigaciones. Y hay un precedente para esto. En 2019, el Congreso reconoció lo absurdo de permitir que una empresa retenga productos solo para frustrar la investigación de otros y aprobó una ley, la Ley CREA, que ordenaba la distribución de muestras farmacéuticas para investigación bajo ciertas circunstancias.
 
Sin embargo, según Prep4All, los términos del contrato que rige la compra de las vacunas Moderna y Pfizer COVID-19 por parte del gobierno de los Estados Unidos aún le impiden desembolsar libremente su reserva. Al igual que el gobierno francés, debe obtener el permiso de las empresas.
 
Estados Unidos no está indefenso ante los contratos que firmó, en medio de una emergencia mundial, con los gigantes farmacéuticos. Washington tiene aún más influencia que los franceses. Tanto Pfizer como Moderna tienen su sede en los EE.UU. y ambos se han beneficiado enormemente del dinero de los contribuyentes. Si el gobierno de EE.UU. está dispuesto a jugar duro con las compras futuras, es probable que Moderna y Pfizer capitulen.
 
Durante la pandemia, EE.UU. compartió vacunas con países de ingresos bajos y medianos, lo que nos ayudó a inmunizar a nuestras poblaciones. Pero hasta ahora, Washington nos ha negado el apoyo mientras buscamos desarrollar la capacidad nacional para desarrollar y fabricar vacunas. Si la administración Biden se toma en serio la creación de buena voluntad diplomática en el mundo en desarrollo, debería enmendar la Ley CREATES para que esto sea posible.
 
Mejor aún, podría romper los términos del contrato, distribuir las vacunas a los investigadores y obligar a Moderna y Pfizer a explicar en los tribunales por qué el tamaño de sus márgenes de beneficio es más importante que las muertes por enfermedades infecciosas, hoy y en el futuro.
 
 

El acceso al medicamento: España en la Presidencia del Consejo de la UE

Ponente: Fernando Lamata Cotanda. Médico psiquiatra. Presidente Honor de AAJM
Moderador: Antonio Pujol de Castro. Médico Residente de Salud Pública y Medicina Preventiva. Secretario de ARES

Resumen: La iniciativa de la Asociación de Residentes de Salud Pública y Medicina Preventiva se plasmó en este ENCUENTRO  con Fernando Lamata donde se analizaron y debatieron las posibilidades que se presentan para la mejora del acceso a los medicamentos con motivo del la Presidencia Española del Consejo de Europa durante los próximos seis meses.
Como punto de partida la carta remitida desde AAJM al Presidente del Gobierno de España con este motivo
Antonio Pujol de Castro, en su doble condición tanto en ARES como en AAJM, contribuyó a la celebración del evento y la coordinación y moderación del mismo.

CARTA DE AAJM AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO

Privatización de la OMS y legislación farmacéutica de la UE sin ambición de cambio, inciden en los problemas del acceso justo a los medicamentos

Resumen: En el último número de laRevista AAJm se tratan aspectos que van desde la importancia de la financiación pública en el proceso de la obtención de fármacos, en la editorial, hasta la amenaza de privatización de la OMs en la conversación con Germán Velasquez.
Deficiencias en el acceso a medicamentos en las Residencias. Favoritismos empresariales y las deficiencias de la nueva legislación farmacéutica europea son  temas que se abordan en nuestros artículos originales.
Imprescindibles los contenidos de Otras Fuentes e Informes y Documentos.

https://accesojustomedicamento.org/https-ilp-medicamentosaunpreciojusto-org/

NOTA DE PRENSA

Es urgente una financiación pública en la investigación de nuevos fármacos y vacunas  con una producción pública que disminuya el gasto farmacéutico y logre un acceso justo a los medicamentos

AUTOR: Comisión de Redacción de la rAJM

EDITORIAL. Revista Nº 21 Mayo 2023

Hemos venido recogiendo en la revista AJM, diversos artículos e informes que señalan como los monopolios farmacéuticos generados por el sistema actual de propiedad intelectual  y las  patentes son la causa  de los altos precios de los fármacos. Como consecuencia inmediata, se está produciendo una profunda inequidad y falta de acceso a aquellos  medicamentos y vacunas necesarios para recuperar la salud a nivel mundial.

También hemos podido constatar, como desde las últimas décadas, el modelo de financiación y desarrollo de la investigación y de la producción de nuevos fármacos  implantado por la industria farmacéutica, está provocando una situación insostenible para los pacientes y un problema gravísimo para los gobiernos, incapaces de responder a unos precios excesivos, claramente abusivos.

Diversos autores, en informes y textos de notable valor y rigor científico, venían demostrando como los argumentos de la industria farmacéutica para sostener y justificar los altos precios, basados en el  alto coste de la investigación y en la necesidad de un retorno financiero suficiente para compensar adecuadamente  los riesgos asumidos e incentivar a los investigadores  son sencillamente parciales y falsos.

Efectivamente, en el desarrollo de nuevos medicamentos, por una parte se invierten cientos de miles  de millones de dólares de fondos públicos en la financiación de la I+D  y las compañías farmacéuticas suelen disponer, además de créditos y ventajas fiscales. A cambio de esta inversión pública los gobiernos y los ciudadanos no reciben en compensación apenas nada por las  sumas invertidas.

Pero lo fundamental es que, además de la financiación pública previa, el modelo de financiar  la investigación de la industria farmacéutica  que  ésta aplica y defiende denodadamente, consiste en la incorporación de  sobrecostes en los precios finales reales. Este mecanismo, sin control alguno, produce un gasto injustificado y provoca una presión insoportable sobre los pacientes y  los sistemas sanitarios públicos. ( En nuestro país pudimos experimentar la situación con los antivirales de acción directa para la Hepatitis C donde el conjunto del SNS estaba pagando más de, 10.000 e incluso 20.000 € por medicamentos cuyo coste de  investigación y desarrollo y fabricación era de  menos de 300 € por tratamiento.)

La pandemia de COVID-19  ha puesto de relieve de forma contundente y nítida la  situación  de precios insoportables y desorbitados. que ya estábamos observando en los tratamientos oncológicos, Car-T, medicamentos para enfermedades raras,  e incluso para medicamentos habituales como la insulina.

Hoy conocemos bien, como las vacunas y los tratamientos  para la pandemia se lograron fundamentalmente con fondos públicos. (La financiación pública, a través  de los NIH fue fundamental para las vacunas de ARNm.). Sin embargo y a pesar de ello,  las compañías farmacéuticas han utilizado  estos desarrollos realizados con financiación pública, tanto en las primeras fases, como incluso en las finales a través de los contratos de compra anticipada, para alimentar ganancias extraordinarias. Las siete principales empresas farmacéuticas de vacunas obtuvieron beneficios enormes de 90.000 millones de dólares en 2021 y 2022. (Como señala Marina Mazzucatto en un artículo recogido en este número Moderna pudo obtener más de &36.000  millones y su CEO, S. Bancel pudo enriquecerse exponencialmente.)

Los elevados precios han provocado una vergonzosa inequidad en la distribución mundial de vacunas y son los responsables de  millones de muertes innecesarias. Como señala Fernando Lamata en un artículo: “si se hubiera vacunado a todo el planeta al mismo ritmo que nos vacunamos en el Norte se habrían evitado unos 9 millones de muertos”.

Desde la OMS y en diferentes ámbitos  se ha subrayado la necesidad de que esta debacle no se repita nunca más.  ( Un ejemplo destacable es la carta firmada por más de 100  diferentes personalidades, algunas de las cuales no destacan precisamente por su vertiente solidaria,  donde se  afirma  que: “ La  especulación financiera de las compañías farmacéuticas y el nacionalismo vacunal no pueden ir por delante de las necesidades de la humanidad.” 

¿ Pero son  posibles y viables alternativas diferentes al modelo actual?

En un artículo recogido en esta revista  se señala como la inversión de 1.000 millones en gasto público en investigación provocaría un impacto de una reducción de 25.000 millones en los precios de los medicamentos, ( un retorno de la inversión de 25 a 1 )  si, como consecuencia de esta inversión pública,  los medicamentos fueran considerados como genéricos. Los autores  cifraban para el mercado de Estados Unidos un ahorro de  más de 400.000 millones de dólares  al año.

Durante este  tiempo hemos visto cómo, ante el abandono en el que los países de bajos y medianos ingresos se han encontrado durante la pandemia,  imposibilitados  para ofrecer a su población las vacunas imprescindibles por los altos precios y la falta de disponibilidad y el fracaso de mecanismos de enfoque caritativo como COVAX, se han visto obligados a desarrollar iniciativas de investigación y producción pública propia. Los ejemplos son numerosos y  se dan a diferentes niveles. Por ejemplo, nada menos que en EEUU, el Estado de California producirá y distribuirá insulina al precio del coste de producción. Biovac propiedad en parte del gobierno de Sudáfrica y socio de producción de Afrigen  son los responsables de la producción de vacunas genéricas de ARNm.

En el momento actual existe un consenso generalizado entre expertos de diferentes campos de la salud, fuera del ámbito de la industria farmacéutica y de sus poderosos lobbies de presión y think-thank  académicos y científicos acompañantes de su discurso, sobre la necesidad de modificar radicalmente un sistema  lesivo para la salud. Mariana Mazzucato propone de una forma clara la necesidad de cambiar el actual sistema de innovación de los medicamentos y señala como se deben modificar y establecer nuevas reglas sobre la propiedad intelectual, los precios y la fabricación de fármacos.

¿Qué ventajas y beneficios tendría la financiación pública de la investigación de nuevos medicamentos?

La financiación pública de la investigación permitiría obtener precios de los fármacos  al coste real de producción, evitando los sobrecostes actuales que impone arbitrariamente la industria farmacéutica. Además permitiría  redirigir las investigaciones a las necesidades reales de salud  detectadas. Un ejemplo notable es lo que está ocurriendo actualmente con  la investigación sobre  los antibióticos  imprescindibles para afrontar la resistencia bacteriana (RAM). La industria farmacéutica considera que no es un campo rentable y no está dispuesta a invertir en investigación salvo que se le proporcionen “incentivos”. Solicita  en la UE, nada menos que prolongar los periodos de exclusividad, monopolio, sobre determinados fármacos rentables para considerar la posibilidad de dedicar recursos económicos a esta tarea. Evidentemente, la lógica debería llevar a rechazar esta “ proposición indecente” y dedicar el dinero de los sobrecostes a  la financiación pública directa de la investigación.

En nuestro país,  un documento reciente [https://programa.masmadrid.org/#Comunidad%20de%20Madrid] realiza una propuesta inicial  para la Comunidad de Madrid consistente en la creación de una empresa pública de investigación de medicamentos y también con la posibilidad de incluir la producción de fármacos. En él, se propone: “ la creación de una entidad farmacéutica de titularidad pública que investigue, desarrolle, fabrique y comercialice  en la CAM medicamentos ”.

Sin duda, desarrollar, extender e impulsar este tipo de iniciativas u otras alternativas similares  a nivel estatal en nuestro país  puede ser una alternativa  útil y viable . Es necesario pues iniciar un camino que sin duda  se debe enmarcar también en propuestas  de desarrollo legislativo tanto en España como en la UE.

Mantener el sistema actual  seguirá originando desigualdad y falta de un acceso  y provocará los mismos resultados que hemos experimentado con la pandemia actual  en pandemias futuras y en el manejo terapéutico de diferentes  enfermedades. Es imprescindible eliminar la barrera de la propiedad intelectual e invertir en la financiación de la investigación con fondos públicos para garantizar una investigación abierta y una producción  suficiente, adecuada y descentralizada de los medicamentos y vacunas que precisen ciudadanos y pacientes.

Es el reto al que se enfrentan los sistemas sanitarios públicos  y la ciudadanía. Recuperar la consideración del medicamento como un bien social, no sujeto al mercado, exige un cambio radical del modelo actual