Diálogo entre Jaume Vidal y Fernando Lamata: “La fabricación pública de medicamentos en la UE, objetivo a medio y largo plazo”

Jaume Vidal – Fernando Lamata.

Revista Nº 23 Septiembre 2023


El 20 de septiembre, Jaume Vidal, asesor sénior de Políticas en Proyectos Europeos y coordinador las
relaciones con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el área de Acceso a Medicamentos
para Health Action International (HAI), desde Barcelona, y Fernando Lamata, presidente de honor de la
AAJM, desde Madrid, mantuvieron una vídeoconferencia organizada por esta revista. Ambos
expertos analizaron, fundamentalmente, las políticas de la Unión Europea (UE) de acceso justo a los
medicamentos y las perspectivas a medio y largo plazo -desde la óptica del realismo-, de la
investigación, desarrollo (I+D) así como la producción pública de medicamentos estratégicos en ese
ámbito. El vídeo íntegro de este encuentro se puede visionar en https://youtu.be/pjzvbB3tcWM
A continuación ofrecemos a nuestras lectoras y lectores una transcripción de lo tratado.

Fernando Lamata 
Buenos días querido Jaume, muchas gracias por aceptar la invitación a conversar con la revista AJM.
 
Jaume Vidal es una de las personas más activas en el campo de acceso a medicamentos en Europa y en el mundo. Nació en Barcelona, es graduado en Ciencias Políticas y especializado en Relaciones Internacionales. Cuenta con más de 20 años de experiencia en temas de salud pública, derechos humanos y acceso a medicamentos. Ha trabajado en diferentes organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a lo largo y ancho del mundo, desde Bogotá a Ginebra, Madrid, Washington y Ámsterdam. Actualmente es asesor sénior de Políticas en Proyectos Europeos y coordina las relaciones con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el área de Acceso a Medicamentos para Health Action International  (HAI), una organización sin ánimo de lucro independiente que lleva más de 40 años trabajando para mejorar y garantizar el acceso a medicamentos seguros eficaces asequibles y de calidad, para todas las personas en todos los lugares del mundo.  Asimismo es miembro de la Comisión Editorial de la revista AJM. 
 
Muchas gracias, Jaume por aceptar y querer ilustrarnos con tu conocimiento y tu experiencia en este campo. 
 
Me gustaría comenzar con un asunto que nos ha preocupado y ocupado a toda la humanidad recientemente, la pandemia de la COVID-19. Desde el punto de vista del acceso a medicamentos supuso un reto, un desafío y también oportunidad para afrontar este problema. Igualmente, hubo una oportunidad de hacer un debate público muy importante sobre el tema de patentes, que es un asunto oscuro y difícil de transmitir a la sociedad. Aquí, las propuestas de la India y Sudáfrica en la Organización Mundial de Comercio (OMC) para suspender las patentes de tecnologías COVID mientras durara la pandemia pusieron sobre la mesa esta cuestión. Quisiéramos conocer tu opinión sobre lo que supuso, los aspectos positivos y negativos, así como el balance que tú harías desde el punto de vista de acceso a medicamentos en la pandemia.
 
Jaume Vidal
Gracias Fernando, antes que nada, quiero agradecer la oportunidad de mantener este intercambio con vosotros. Creo que la pandemia de COVID tiene varias lecturas. En este sentido, como tú dices, hay un elemento de oportunidad y un elemento de desafío, pero también hay un elemento de fracaso. 
 
Fracaso de la capacidad de la sociedad civil de hacer llegar nuestro mensaje. Los movimientos a favor del acceso a medicamentos o tecnologías sanitarias se articulan, o cristalizan, en momentos claves, como por ejemplo: la crisis del VIH/sida en África y el acceso a los antirretrovirales,  o la crisis de la hepatitis C en el caso del Estado español. Es en estas estas situaciones en las que el tema de patentes vuelve a la palestra, y vuelve, en un sentido que para nosotros, los  que trabajamos en este tema, es algo muy interesante, porque ya no somos los de siempre hablando de lo de siempre, sino que forma parte de la discusión pública, de la conversación con  vecino o la charla con el  primo. La gente se da cuenta de que existen las patentes, y que estas tienen un impacto en el acceso a medicamentos. A este respecto, la pandemia ha sido una muy buena oportunidad para avanzar muchos temas en la agenda pública. Levantarlos de una manera que yo creo que tiene recorrido en el sentido de que  actualmente siguen su curso. Me refiero, sobre todo, a la gestión mancomunada de tecnologías sanitarias en el marco de la OMS (C-TAP), o la transferencia de tecnología mRNA desde Sudáfrica a otros puntos del planeta. 
 
Lo que comentas sobre la iniciativa de la India y Sudáfrica sobre la excepción del acuerdo ADPIC, es decir, interrumpir los derechos de propiedad intelectual sobre tecnologías sanitarias relacionadas con la COVID, creo que es interesante. En este proceso, que fue como de unos dos años, nosotros como HAI, y otras muchas organizaciones también, tanto a nivel europeo, como global, apoyamos esta demanda. Pienso que es uno de esos momentos para los cuales existe la sociedad civil. Digamos que para para movilizar intereses y para realmente intentar influenciar la agenda. Creo que es algo que logramos en esta ocasión. No conseguimos finalmente que se diera el cambio que queríamos, y que pienso que las poblaciones en los países desarrollo necesitan respecto al acceso de tecnologías sanitarias, pero logramos que la Comisión Europea tuviera que admitir que, en el momento actual, los intereses de las empresas farmacéuticas en territorio europeo están por encima de las vidas y dignidades de aquellas poblaciones que quedan más alla de las fronteras, lo cual me parece políticamente importante. 
 
Es necesario hacer una lectura de por qué durante la pandemia se dio ese patrón de exclusión en términos de acceso a tecnología sanitaria. Esto no nos viene de la COVID, viene de antes, del hecho de que no se estén fabricando vacunas en el continente africano, de que solo dos o tres compañías tuvieran el conocimiento para poder desarrollar las vacunas efectivas, el tema de los derechos de propiedad intelectual… Y, en ese escenario, tenemos todo un espacio/panorama/paisaje de desigualdad. Por eso la pandemia hizo tanto daño. 
 
Imagínate un gobierno que le dice a su población: hay vacunas, pero no os las damos porque tenemos que darlas primero a las enfermeras de Senegal o a los doctores de Bangladesh. Como se vende esto a una población que esta harta de restricciones y imitaciones varias en su vida cotidiana ¡Esto es fuerte! ¿Cómo tiene que ser el discurso para que se entienda la equidad en el acceso? 
 
 
Fernando Lamata
Sí, tienes razón, hay, por lo que señalas, aspectos positivos, hay una reflexión de cómo se movilizaron situaciones. Hay otro negativo, por ejemplo, que no fuimos capaces de lograr ese ese acceso equitativo universal, priorizado por las necesidades de los más vulnerables del mundo, pero sí hubo el avance en la Unión Europea en la distribución equitativa en países tan desiguales como Bulgaria, Alemania, Grecia o España. Creo que ese es el claroscuro de lo que estabas comentando. 
 
Centrándonos ahora en la Unión Europea, en los meses pasados, en abril de este año, la Comisión Europea lanzó su propuesta de modificación de la legislación farmacéutica en medicamentos. Me gustaría conocer tu opinión, tu valoración, sobre si da respuesta a las necesidades de cambio en materia de precios, transparencia, accesibilidad, seguridad, desabastecimientos, o si se queda corta ¿Dónde habría que reforzar o qué es lo que habría que intentar frenar?
 
 
Jaume Vidal
Pienso, antes que nada, que es una iniciativa ambiciosa. Eso hay que reconocérselo a la Comisión, y creo que es ambiciosa porque es un paquete realmente grande. Ha sufrido algunos retrasos antes de ser presentada en el mes de abril, y, ahora, estamos en el periodo de discusión en el Parlamento Europeo, etcétera. A ver, el tema es que hay distinguir la reforma de la estrategia farmacéutica, entre el  paquete dedicado a la resistencia antimicrobial, que ha ido al Consejo de la Unión Europea y ha sido aprobado, y, otro paquete, sobre propiedad intelectual que incluye la reforma de las licencias obligatorias en situaciones de emergencias que incluye una propuesta de una licencia obligatoria para todo el territorio europeo, algo muy  ambicioso. En relación con la estrategia, por primera vez, se pone el elemento de asequibilidad y acceso al medicamento en el centro de la discusión, lo cual es muy positivo y, realmente, refleja un cambio de mentalidad, después de haber visto que tenemos medicamentos excesivamente caros, y tenemos, también episodios de desabastecimiento de medicamentos. Esto ha hecho que realmente los gobiernos pongan presión para esta respuesta. Para mí, hay un tema de la estrategia que me parece un poco discutible, en el sentido de que a veces parece que sea más una estrategia de desarrollo  industrial (relocalización manufacturas). Hay una corriente fuerte de pensamiento/opinión en el ámbito comunitario de regresar la manufactura a Europa, especialmente dejar de depender de la materia prima y los  principios activos de la India y de China. Esta estrategia sirve para sentar las bases, pero hay otros elementos muy interesantes como un intento de racionalizar los incentivos, que me parece básico/fundamental. Tenemos incentivos para las enfermedades raras, para los medicamentos huérfanos, certificados de protección suplementaria… En el territorio europeo tenemos lo que se llaman ADPIC-plus, en el sentido de que vamos más allá de las demandas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esta propuesta no va a eliminar esos incentivos, pero es un paso adelante para racionalizarlo. Se pone un límite, sobre todo, al elemento de la exclusividad de datos que algunos autores como Ellen ‘t Hoen han demostrado que de hecho, era el principal obstáculo para la accesibilidad/permitir uso a las flexibilidades previstas en el acuerdo ADPIC. Ahora mismo estamos en la en la discusión, en la negociación, nosotros nos estamos centrando mucho en el tema de la licencia obligatoria. Es interesante que un español, Adrián Vázquez, de Ciudadanos, sea el responsable de este de este dossier en el comité JURI, se ha puesto en contacto con la sociedad civil, digamos, para para recibir nuestro input, lo cual es que es muy positivo.
 
Otros elementos muy importantes son los llamados vales transferibles de exclusividad, que están teóricamente  destinados a estimular el desarrollo de nuevos antibióticos. Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de COVID, tenemos también otra pandemia menos visible pero de consecuencias tangibles, que es la resistencia microbial. Un problema del que podríamos hablar durante horas. Este nuevo instrumento, daría un año de exclusividad regulatoria, que pueden utilizar en/transferir a otros medicamentos. Es un poco como el dos paso adelante un paso para atrás. Lo que es aquí importante, como estabas tú diciendo anteriormente, es que como consecuencia de la pandemia el marco de discusión ha cambiado un poco. Los temas que anteriormente sólo las ONGs  o los activistas planteábamos en los márgenes, las licencias obligatorias, o las flexibilidades, ahora forman parte del debate y de la agenda. Es decir, que lo piden los gobiernos, que se preguntan ¿cómo hacemos para obtener licencias obligatorias? Ahí también el tema es claro. La industria lleva diciendo, desde que yo tengo memoria, “que si se acaban las licencias obligatorias o que si se frenan las patentes se acaba la innovación”. Es como el cuento que le explico a mi hijo sobre la historia del lobo. Ustedes han estado diciendo que se amenazaba la innovación durante los últimos 15 años, mientras han obtenido unos beneficios récord. Consecuentemente, el tema está más cerca de nuestras posiciones y lo veo bien por el hecho de que ahora los miembros del Parlamento Europeo acuden a la sociedad civil para recibir otro punto de vista. Me parece muy significativo. 
 
 
Fernando Lamata
Sí, coincido contigo en que ese planteamiento. La Unión Europea cambia algunas dinámicas de esa inercia que veníamos teniendo de política pro-industria o pro-ejecutivos de la industria. La industria no es buena ni mala, es necesaria, pero es negativa la extralimitación que a veces hacen los ejecutivos de la industria abusando de beneficios excesivos. Es verdad, como has apuntado, que en la en los distintos documentos hay ese ritmo de dos pasos adelante y uno atrás, en el sentido de que los incentivos siguen centrándose alrededor del monopolio, de las exclusividades, de dar más tiempo de monopolio para que la industria fije sus sobreprecios y aumente sus beneficios. No hay, el intento de otras posibilidades. Recientemente, en la Oficina Europea de Patentes se acaba de confirmar la patente de Gilead para Sofosbuvir, a la que se habían opuesto Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras y AIDES ¿Qué alternativas ofrecen las organizaciones como HAI a esos famosos incentivos del monopolio de la patente como si fuera la única manera de financiar la investigación, qué alternativas planteáis, cuáles son posibles y realistas en el corto medio y largo plazo?
 
 
Jaume Vidal
Hay varios temas. El gran asunto aquí es la desvinculación de los gastos en investigación y desarrollo, de los del precio final del medicamento. O sea, lo que se llama de-linkage, el trabajo que han hecho Knowledge Ecology International y James Love en particular sobre este tema merece ser valorado. Es un poco la combinación de lo que son los mecanismos de pool  y de push, a través de premios o del compromiso de compras de ciertos volúmenes de producto.
Las alternativas existen en el papel, pero está costando mucho realmente llegar a consolidar estos mecanismos alternativos de innovación. La propiedad intelectual forma parte inherente a la economía de mercado, algo que se ha se ha ido acentuando cada vez más en lo que llamamos economía del conocimiento. Nosotros lo que decimos es “no estamos contra la propiedad intelectual, lo que sí que estamos es contra el abuso y el uso fraudulento”.
 
Veamos. Yo creo que el caso de Sofosbuvir, en el que tienes a la Autoridad Europea de Patentes diciéndote ante la demandad de varias ONG de invalidar la patente que la innovación no es un requerimiento para tener una patente, lo que estamos viendo es un premio no merecido, una patente frívola que no está realmente justificada. 
 
Una prueba de la importancia del os DPI en el ámbito farmacéutico es como la  compras, adquisiciones y fusiones de empresas farmacéuticas se hace en base a la cartera de patentes que tienen. Me parece importante ese matiz que haces al decir que las industrias no son ni malas ni buenas, son actores económicos, y luego, hay comportamientos de estas industrias que son nocivos para el mercado y el consumidor y es algo que la Comisión Europea también está mirando mucho. Es muy interesante, por ejemplo, cómo la Autoridad de la Competencia busca limitar acuerdos entre empresas llamadas de marca y las de genéricos, los acuerdos para entrar en un mercado, o los acuerdos para retrasar la entrada de un medicamento genérico. Por otro lado, en la sociedad civil, surgen nuevas organizaciones para responder a los nuevos desafíos. Por ejemplo, en Holanda tenemos una iniciativa para conseguir mayor transparencia en las empresas farmacéuticas que busca mayor transparencia en los precios, en los contratos. Tenemos organizaciones como DNDi que hace 20 años que está desarrollando medicamentos sin utilizar mecanismos de mercado, y yo creo que esto es importante. Porque, por ejemplo, lo de la oposición de patentes no es no es ir a pegar carteles, es un  trabajo que requiere un conocimiento y constancia, y el hecho de que esta vez no haya salido bien no quita que fuera una muy buena iniciativa. Pienso que el tema de Sofosbuvir  fue el globo sonda que hizo la industria farmacéutica en 2015, sobre hasta dónde están dispuestos los gobiernos a pagar por un medicamento. Y,  desde entonces, ese es el mínimo, y continúan subiendo. Ahora tenemos medicamentos que están alcanzando casi el millón de euros. En este sentido y con respecto a la estrategia farmacéutica me gustaría recomendar el trabajo que está haciendo una organización española, Salud por Derecho, sobre la excepción hospitalaria en el marco de la renovación de la estrategia farmacéutica europea, en los tratamientos experimentales como el CAR-T que los hospitales públicos están desarrollando, como el Hospital Clínic en Barcelona. 
 
 
Fernando Lamata
En efecto, hay una dinámica interesante en las organizaciones por acceso a medicamentos, como la oposición a las patentes, que no es únicamente pegar carteles. Es también promover organizaciones que buscan la transparencia como tú has subrayado en artículos y en intervenciones. Es muy fácil que se abuse de esa posición dominante de las patentes y exclusividades en medicamentos, y por eso los gobiernos tendrían que estar muy atentos. La autoridad de la competencia, que mencionabas antes, si analizara cada expediente, cada precio que exige la industria por un nuevo medicamento, seguramente lo tendría que invalidar por abuso de posición dominante, pero, claro, no tiene medios, no tiene capacidad para ver todos los expedientes y solamente estudia aquellos que se denuncian por alguna organización como la vuestra. Por tanto, es una dinámica que es interesante, porque se está moviendo, vemos que hay alternativas como tú has indicado. Se están definiendo en documentos, algunas se están ensayando, pero desde luego hay que seguir en esa presión. Abriendo un poco el foco, vamos al ámbito internacional. Se está discutiendo ahora el posible tratado de pandemias y el nuevo reglamento sanitario internacional. La Unión Europea participa en esos debates que afectan al mundo, y en este momento, España es la que ocupa la presidencia de la Unión Europea ¿Qué conoces de estas discusiones Jaume, qué crees que debería impulsar la presidencia de la Unión Europea en este debate tan importante?
 
 
Jaume Vidal 
Claro, esta es una de las cosas que estábamos comentando sobre las consecuencias positivas de la pandemia. Creo que es esta voluntad y este reconocimiento de que hay que hacer algo para mejorar la preparación y, sobre todo, para para asegurar una respuesta efectiva y equitativa. Nosotros hemos estado siguiendo este proceso desde el principio, desde que lo propuso el Consejo de la Unión Europea. Es relevante que hay un papel de Europa en ese sentido. Pero seguimos moviéndonos en un espacio muy pequeño sin transparencia y las negociaciones no están llegando a la opinión pública, y eso es una mala señal. Es inevitable la clara división entre los intereses de unos y las necesidades de otros, indiscutiblemente, lo que ocurre en toda en toda negociación, pero en este caso es un poco más flagrante.  Porque cuando tenía unas negociaciones del “Waiver” (exención de patentes y otros derechos de propiedad propuesto por Sur Africa e India ) sobre el acuerdo ADPIC, se les dijo a los países en vías de desarrollo “no os preocupéis que luego vamos a hacer otro tratado y todo esto se va a solucionar”. Estamos ahora negociando el tratado  y los temas de propiedad intelectual están quedando fuera por petición europea y estadounidense principalmente. Necesitamos que cláusulas explícitas que garanticen un reparto de los beneficios o de los resultados de la investigación sean discutidos. También hay un cronograma muy ambicioso de tener el texto preparado para su aprobación para mayo del año que viene. El tema es que, si te fijas, hablamos de la pandemia en pasado y, entonces, el sentido de urgencia que había hace seis meses o un año ha desaparecido. Al mismo tiempo, es una oportunidad para seguir hablando de estos temas. Pero en términos concretos aquí hay tres opciones: una, que se consigua un tratado vinculante con condiciones fuertes sobre presupuesto público para invertir en investigación y desarrollo, y acceso a tecnologías sanitarias entre toras medidas  tenemos así un texto bueno, un documento que firman pocos países; dos, un texto que no dice nada y firman la mayoría de los países; o tres, que no haya acuerdo . Ahora estamos moviéndonos entre el segundo y el tercer resultado, lo cual es preocupante. Vale, me parece interesante que estamos revisando el reglamento sanitario internacional, que, de hecho, es el único elemento que tenemos para protegernos de las pandemias que es vinculante. El problema es que cuando se desató la pandemia los estados decidieron no seguir las medidas que debían haber seguido. Evidentemente cerrar tus fronteras tiene consecuencias, pero me parece interesante que estos dos procesos están en paralelo y, al final, van a estar interrelacionado para ver siempre como una vinculación del uno con el otro con el peligro que esto supone en términos parálisis o falta consenso efectivo para enfrentar la próxima pandemia.
 
El papel de  España, tú me puedes corregir, es que creo que desde hace cinco años hay un cambio de política claro y, que, realmente, se quiere incidir y participar en salud global, con presencia en organismos internacionales, pero, sobre todo, presencia en las discusiones. Siempre en el marco de la Unión Europea, pero intentado marcar perfil propio. En el caso actual de la Presidencia española, el problema es que esta Presidencia llega en el peor momento posible, es decir, el Gobierno puede tener muchas ideas pero es complicado políticamente implementarlas o presentarlas. Se encuentra en un impasse, en una provisionalidad. Desgraciadamente no hay muchas presidencias que sean favorable al tema de acceso a tecnologías sanitarias, y esta era una que podía ser realmente muy buena a nivel de las cosas que ha estado empujando. Por ejemplo, hay que recordar que el Gobierno español, a través del del CSIC, fue uno de los primeros, sino el único, que cedieron tecnología al C-TAP para la gestión mancomunada de tecnologías para el COVID. En el mismo sentido, el Gobierno español, cuando hubo la resolución de OMS transparencia el 2019, estuvo en la batalla públicamente enfrentándose a Alemania, y ahora mismo en el tema de la pandemia a nosotros nos consta que la posición del Gobierno español es diferente a la posición de la Comisión Europea. Posición de la Comisión Europea que está siendo contestada por muchos Estados miembro, lo cual también es muy interesante, es diversidad de agendas. Desde mi punto de vista, lo que estamos discutiendo no es tanto un acuerdo pandémico, estamos hablando de la nueva gobernanza de la salud global, yo creo que este es el tema.
 
 
Fernando Lamata
Quisiera un último apunte por porque se nos termina el tiempo. Me refiero, en esa gobernanza global, al papel de la OMS, que es una organización que se crea hace 75 años y ha cumplido un papel importante en la en la defensa del acceso a la atención sanitaria en el ámbito global, pero hay quien dice que está debilitada, que la financiación se empezó a recortar y empezó a depender de entidades privadas, que le ha faltado pulso en esta gestión de la pandemia ¿Cómo ves túel papel de la OMS, su reconstrucción, su papel hacia el futuro, tiene realmente futuro, o ya no puede cumplir sus objetivos?
 
 
Jaume Vidal 
Mi opinión es que a la OMS le estamos pidiendo demasiado. No puede vigilar pandemias, mirar el medio ambiente, evaluar los determinantes sociales de la salud, trabajar en investigación y desarrollo, analizar la resistencia antimicrobial, etc.  Pero claro, sino los gobiernos van pasando resoluciones, mandatos para que la Organización haga esto,… La financiación es clave. La financiación de la OMS tiene más o menos el presupuesto, lo leí en alguna parte, no sé si será completamente cierto, que el Departamento de Bomberos de la ciudad de Chicago. Lo que están haciendo los estados es no es aportar fondos al presupuesto general, sino a proyectos específicos que controlan ellos. Tenemos lo que en inglés es pet projects. Por ejemplo, para España, si el tema que interesa mucho es salud sexual y reproductiva dedica dinero a él. El problema es lo que puede decidir la propia OMS a nivel de crisis y emergencia. En el COVID, la OMS va a hacer lo que le dejen los gobiernos. Si tienes un gobierno que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que dice no podéis investigar el origen de esta pandemia, la acción de la OMS queda limitada. Es necesario, también, ser un poco honestos: la OMS se ha dormido en los laureles, ahí hay un déficit de agilidad, de capacidad, para responder a las distintas cuestiones. Lo que sí funciona de la OMS, por ejemplo, es el mecanismo de precalificación de medicamentos para países que no tienen capacidad regulatoria. El tema de codificación no lo hace nadie más que la OMS, pero si además empezamos requerirle los objetivos desarrollo sostenible o los de estrategia de salud global estamos haciendo requerimientos por encima de sus capacidades. 
 
Nosotros, lo reconozco, vamos empujando a la OMS para que aborde temas de propiedad intelectual. La OMS no quiere, porque sabe que ahí tiene un conflicto con la OMC, y, con la OMPI. Es ahí donde se sitúa la importancia, de lo que tú llamas, fuentes privadas. La realidad es que sin la Fundación Bill y Melinda Gates ahora mismo no habría OMS, y, es un problema, porque esta gente tiene una agenda. 
 
Nosotros hemos recibido dinero de Open Society durante muchos años, pero se ha retirado de Europa, y es una decisión legítima pero tiene consecuencias para la capacidad de la sociedad civil de participar y contribuir al debate y discusión públicas. 
 
Pero claro, ¿qué pasa si Bill y Melinda Gates deciden que la OMS ya no cumple sus expectativas? Esta tendencia es culpa de los gobiernos, pero, al mismo tiempo, ¿cómo van a plantear los gobiernos a sus parlamentos medidas tales como vamos a dar cinco millones de euros a la OMS si, al mismo tiempo, la Agenda 2030 es calificada por un sector político como una estrategia de dominación? Recapitulemos sobre lo que está ocurriendo. La OMS nace hace 75 años como una promesa de soluciones, y ahora algunos, desde la marginalidad principalmente, la ven como una amenaza.
 
 
Fernando Lamata
Pienso que lo que planteas es una necesidad de gobernanza global. La herramienta principal es la OMS, pero tiene estas debilidades y estas coyunturas. Sin embargo, necesitamos esa u otra herramienta similar que se debiera construir, lo que requiere el consenso de los gobiernos. 
Creo que, desde esta perspectiva, el papel de las organizaciones como como HAI es importante, para marcar las necesidades y las líneas por donde debería avanzar más allá de lo que estén planteando los gobiernos.
 
Una última cuestión. Por el interés que podría tener para los oyentes. Me refiero a estas iniciativas de Unión Europea sobre transferencia de tecnología, incluido el panel STOA del Parlamento Europeo favorable a la  creación de una infraestructura europea de medicamentos para investigación y desarrollo hasta la fase de comercialización. A este respecto, también citabas antes el trabajo de Salud por Derecho y su iniciativa para que el CAR-T tenga una investigación y desarrollo a hasta fase de comercialización en los hospitales, con precios justos, con precios ajustados a los costes. Iniciativas que me parece que tienen recorrido, que cuentan con apoyos dentro del Parlamento y dentro de los gobiernos ¿Cómo lo ves?
 
 
Jaume Vidal
Las veo muy interesantes. Lo mismo pienso sobre una iniciativa de sociedad civil para organizar una conferencia a principios de 2024 sobre este tema. Refleja la necesidad de que haya un Instituto Salk europeo, para la producción de vacunas. La diferencia se encuentra entre lo que yo creo y lo que yo sé que es posible. Como comentábamos suena en varios gobiernos la estrategia farmacéutica de regresar a la manufactura europea. Recordemos que hasta hace relativamente poco, en la década en los setenta y ochenta del siglo pasado, había producción pública de medicamentos en países europeos. En Italia, creo que también en España; y ahora también Francia está volviendo a producir antibióticos porque hay escasez en el mercado. Creo que es factible. El tema es el siguiente paso. Hay algunos autores italianos que han trabajado mucho este tema, pero ¿cómo saltamos del papel a la realidad? Aquí hay dos preguntas que son muy importantes. Primera, cómo garantizamos el retorno de la inversión pública en I+D, es decir, si tenemos un gasto público importante ¿cómo hacemos que repercuta socialmente en acceso a medicamentos? En segundo término, se encuentra  la industrialización, lo que sería la reindustrialización, algo que debería ser fácil de vender a la opinión pública puesto que estamos hablando de generar empleo y oportunidades económicas. Pero la economía de mercado también tiene ideología y, en ese sentido, está claro que hay una oposición. Lo primero sería decir qué medicamentos, qué tecnologías sanitarias queremos producir, y dirigirnos a ello. Hacer un proyecto piloto. La cuestión está clara. De momento, la gente que apoya esta iniciativa pertenece a corrientes políticas muy específicas, pero se necesita que sea todo el mundo el que esté a favor. Bien, poco a poco. También veo en los Estados Unidos iniciativas públicas de empezar a producir medicamentos. En pocas palabras, puede llevar cierto tiempo, pero yo creo que sí. Nosotros lo apoyamos. Asimismo, quiero recordar que en noviembre se va a celebrar en La Haya, en Holanda, una reunión global sobre el fomento de la producción local, que igualmente me parece muy interesante. Hay casos ya en Indonesia y en Tailandia con empresas farmacéuticas grandes de titularidad pública, que pueden ser un modelo. Me parece que este es el primero de esos objetivos. A largo a largo plazo lo veo factible, pero va a ser complicado. 
 
 
Fernando Lamata
Muchísimas gracias Jaume, ha sido un placer conversar contigo. Da gusto tener una persona amiga trabajando en este campo tan importante en el que se juega la vida de las personas y en el que estás teniendo incidencia. He comprobado, en las reuniones con distintas organizaciones internacionales, como estás liderando en muchos casos estas iniciativas. Te lo agradezco de corazón y también que hayas participado en esta conversación. 
 
 
Jaume Vidal
Yo quiero agradecéroslo a vosotros. Es muy grato tener estos intercambios, sobre todo, Fernando, con gente como tú. Sin ejemplos no somos nada. Es muy muy interesante este diálogo intergeneracional y cómo vamos a levantarlo y sumando. En todo caso, muy contento de poder colaborar siempre que pueda con vosotros. Muchísimas gracias. 
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