La exención de la propiedad intelectual de las vacunas una reivindicación mundialmente compartida

AUTOR: Ramón Gálvez Zaloña Médico neurólogo. Comisión de Redacción de la revista AJM.

Revista AJM Nº 3 MAYO 2021

El momento actual con la necesidad urgente de conseguir la imprescindible inmunización de toda la humanidad para terminar de forma definitiva con la pandemia causada por COVID-19 esta caracterizado por la presentación de forma prácticamente diaria de informes, documentos y posicionamientos de todo tipo de instituciones públicas y organizaciones civiles con gran repercusión mediática. La coyuntura es vital y como se resuelva será clave para el futuro de la salud de la humanidad. Por esta razón desde la Comisión de Redacción de AJM decidimos redactar un número fundamentalmente destinado a exponer a nuestros lectores los rasgos principales y las principales alternativas y propuestas. En un intento de aproximarnos a la realidad difícil y compleja que vivimos hemos incluido reflexiones desde diferentes perspectivas. generales internacionales, europeas, de nuestro propio país y finalmente desde las iniciativas de las organizaciones organizaciones sociales y ciudadanas. Deseamos que este número sea útil en este empeño.

La Administración Biden y su propuesta. Un movimiento sísmico en el tablero de la propiedad intelectual de las vacunas COVID-19

El presidente de EE.UU Biden, rompiendo de alguna manera con su pasado legislativo (1), se comprometió a apoyar un cambio de las reglas de propiedad intelectual para la producción de las vacunas COVID-19, afirmando que «es la única cosa humana que se puede hacer en el mundo». A continuación y ya en plena crisis humanitaria en la India, un comunicado de prensa de la administración Biden, a través de la representante comercial de Estados Unidos, Katherine

Tai :fue la expresión pública de una modificación importante en el posicionamiento tradicional de EE.U: «Esta es una crisis de salud mundial, y las circunstancias extraordinarias de la pandemia de COVID-19 exigen medidas extraordinarias», para continuar señalando «La administración cree firmemente en las protecciones de la propiedad intelectual, pero al servicio de poner fin a esta pandemia, apoya la exención de esas protecciones para las vacunas COVID-19».

Esta declaración ha sido elogiada por grupos de interés público, y notablemente destacada por los medios de comunicación, como un paso adelante en la posibilidad de adoptar acciones de emergencia sobre las patentes para garantizar el acceso universal a las vacunas.

Sin embargo, la declaración de Tai tiene unos límites claros. Solamente, mencionó las vacunas COVID y evitó respaldar una exención más amplia, como la propuesta por India y Sudáfrica que cubriría «kits de diagnóstico, vacunas, medicamentos, equipos de protección personal y ventiladores». En su declaración, también advirtió, de manera preventiva, que las “negociaciones tomarán

tiempo dada la naturaleza basada en el consenso de la OMC y la complejidad de los temas involucrados”.

Entramos en un proceso complejo, pleno de tensiones, que brindará sin duda a las empresas farmacéuticas fabricantes de vacunas que ya han expresado su absoluto rechazo, una oportunidad notable para limitar y/o rechazar la exención final de las vacunas Covid-19

Para analizar y profundizar en esta situación nueva que abre algunos caminos, es necesario revisar el recorrido de las patentes de medicamentos y vacunas e intentar aproximarnos a identificar cuales son los determinantes que intervienen de forma decisiva en su trayectoria Veamos de forma resumida algunos de ellos que el lector puede ampliar y completar en los artículos de este número

Los antecedentes inmediatos: Monopolios, precios y patentes

La utilización por los gobiernos de las denominadas «flexibilidades» de los ADPIC de la Declaración de Doha (2), que teóricamente conceden el derecho de aplicar una exención a las patentes y así permitir su producción abierta (con el pago de regalías), se ha enfrentado, en el

pasado reciente, a demandas judiciales extraordinarias desde las empresas farmacéuticas y a rápidas represalias comerciales y económicas agresivas utilizando los acuerdos comerciales bilaterales y regionales (Tratados de Libre Comercio TLC )

Esto no ha variado en la actual pandemia. Gilead por ejemplo ha amenazado con demandar al gobierno de Ucrania ante la posibilidad de aplicar una licencia obligatoria para Remdesivir

Desde la AAJM hemos planteado la necesidad de revisar el actual modelo de monopolio de las de patentes que está provocando un serio problema de muy altos precios de los nuevos medicamentos, limitando seriamente el acceso y comprometiendo severamente los presupuestos de los sistemas sanitarios públicos (3).

La respuesta a la pandemia de COVID-19: la estrategia de producción y distribución de vacunas

Hace aproximadamente un año surgió Access to COVID-19 Tools Accelerator (ACT-A) (4). El objetivo propuesto era proporcionar una respuesta global a la pandemia y acelerar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a las pruebas, medicamentos y vacunas para COVID-19.

Esta idea se desarrolló en un proceso cerrado liderado por McKinsey & C, el Banco Mundial, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Alianza Mundial para las Vacunas y la Inmunización ( GAVI ), la Coalición para la Promoción de Innovaciones en la preparación de Epidemias (CEPI ), el Fondo Rotatorio de la OPS y la OMS,.

ACT-A plantea una estrategia de trabajo con cuatro áreas fundamentales: diagnóstico, terapéutica, vacunas y sistemas de salud. El Fondo para el Acceso Global a las vacunas ( COVAX ) (5) se convirtió desde el comienzo en el centro de la atención de expertos y analistas. Su objetivo: entregar 2 mil millones de dosis de la vacuna COVID-19 para fin de año, fue resaltado como una esperanza para la humanidad. El resultado previsto sería suministrar durante 2021 vacunas para al menos el 20% de la población de cada país participante, para las personas de mayor riesgo y así evitar infecciones y fallecimientos.

Sin embargo, pronto quedó claro que esta meta se encontraba obstaculizada y seriamente limitada por las realidades políticas, los intereses de los países ricos y de

las empresas productoras de vacunas y la falta de profundidad y ambición del propio proyecto.

Efectivamente, ACT-A, de la que surge COVAX, se corresponde con un modelo de salud global dominado por el lenguaje de la industria farmacéutica que utiliza los mismos instrumentos, que antes de la pandemia, para intentar conseguir que lleguen las vacunas a los países de bajos y medianos ingresos. Sigue, por tanto, el planteamiento tradicional planteado por GAVI para la distribución de las vacunas antes de COVID. Efectivamente, GAVI actúa con una estrategia de compra de vacunas a través de UNICEF, que recibe financiación a través de donaciones, donde predomina una perspectiva de ayuda y por tanto no de un acceso justo y equitativo.

Un enfoque en el cual la financiación aportada para conseguir las vacunas responde a un modelo de ayuda internacional que depende de la voluntariedad y benevolencia de los donantes ricos. Esta forma de plantear la inmunización frente a enfermedades infecciosas y epidémicas provocaba ya ven el pasado reciente, serios problemas e insuficiencias en la distribución de vacunas en los países de bajos ingresos.

Un modelo en el que predomina la oferta y no la demanda de toda la humanidad. En una situación de pandemia mundial en la cual está implicada toda la humanidad la utilización de un esquema de trabajo similar estaba condenada al fracaso. Se precisaba una actuación inmediata y urgente que asegurara la producción y distribución de vacunas a todos los seres humanos y el modelo adoptado no puede producir los resultados que teóricamente se proponían.

El desarrollo inmediato de los acuerdos de compra anticipada ( ACÁ) de los países ricos, colateralmente a COVAX, ha sido el siguiente factor desencadenante de una insuficiencia manifiesta de la producción de vacunas COVID-19. Los países ricos han acumulado vacunas con las empresas fabricantes, antes de obtener las aprobaciones de uso, logrando un acceso prioritario, una vez iniciada la producción. Como resultado, la mayor parte de la capacidad de fabricación de vacunas en el mundo está comprometida con el cumplimiento de estos acuerdos de compra anticipada (ACÁ). De esta forma miles de millones de dosis en los próximos meses y años, están ya sujetas a acuerdos cerrados que disminuyen de forma absoluta la posibilidad para adquirir vacunas.de aquellos otros países

carentes de financiación suficiente para negociar ACÁ. Los países de ingresos altos se han asegurado coberturas poblacionales de dosis de vacunas superior al 200% que se extienden, no solamente a las existencias disponibles ahora, si no también a las futuras.

Los países de ingresos medianos han quedado excluidos de estos acuerdos o han tenido que afrontar serias dificultades. Un buen ejemplo de las duras negociaciones a las que se ven abocados estos países, cuando quieren desarrollar acuerdos de compras bilaterales, son las condiciones abusivas a las que les somete la industria farmacéutica, como han señalado Brasil, o Argentina. Durante las negociaciones bilaterales, se impone a los países latinoamericanos la exigencia de garantías de pago adicionales, utilizando para ello activos estatales, como edificios civiles y públicos, edificios de embajadas, o hasta el agua de los glaciares.

En los países más pobres, al momento de finalizar este texto, menos del 1% de las personas ha recibido una sola dosis de vacuna.

Como consecuencia se está produciendo un reforzamiento notable de las desigualdades en la distribución de vacunas a nivel mundial y por lo tanto de la prolongación de la pandemia y sus riesgos de aparición de nuevas variantes de la enfermedad.

Esta realidad fue reconocida por la OMS en enero de este año 2021, en palabras de su Director General (6) que realizó un llamamiento cargado de ansiedad: » Hasta el presente se han administrado mas de 39 millones de dosis de vacunas en 49 países de altos ingresos. solo se han administrado 25 dosis en un país de bajos ingresos. No 25 millones ,no 25 mil, sólo 25.». Y continuó afirmando: » el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico » Explica de forma nítida en su alocución, cómo bajo un lenguaje de acceso equitativo, en realidad los países ricos y las empresas farmacéuticas han dado prioridad a los acuerdos bilaterales de compra «sorteando» a COVAX. ( En 2020 se habían firmado 44 acuerdos bilaterales y en el propio mes de enero otros 12).

El problema en el diseño de COVAX, está posiblemente causado como apunta Balaji (7) en que » sus arquitectos clave están profundamente enredados en el régimen global de propiedad intelectual (PI) en el corazón del apartheid de vacunas que se está desarrollando.”.

Los monopolios que crean las patentes en torno a necesidades vitales, como las vacunas COVID-19, no solamente obligan a precios por encima de los costes de producción, si no que evitan que otros posibles fabricantes produzcan vacunas e impiden aumentar la capacidad de producción y distribución de las vacunas a toda la humanidad .La PI, continúa afirmando el autor anteriormente citado: «ha creado una situación en la que se prevé que gran parte del mundo no esté vacunada hasta 2024, mientras que muchas fábricas con capacidad para producir vacunas no pueden hacerlo»

Sin embargo, como señala Thomas Piketty (8), es preciso salir de esta noción neocolonial de ayuda internacional, dirigida por la buena voluntad de los países ricos, bajo su control y pasar a una lógica de derechos, solidaridad y justicia. ( Piketty ha propuesto como alternativa un impuesto sobre el patrimonio del 2% para financiar bienes de salud pública mundial). Evidentemente, la posición relevante de Gates en el seno de COVAX está muy lejos de este planteamiento. El filántropo, hasta ahora claro defensor de las patentes, incluso cuando la situación actual de emergencia para la humanidad le ha obligado a reformular y ampliar su discurso, añadiendo al argumento de la bondad de las patentes como impulsoras de la investigación y desarrollo, la dificultad de producción por la existencia de pocas fábricas disponibles. También añade Gates, como señala Lee Fang, (9) la «inseguridad de compartir la información crítica necesaria» para permitir que las vacunas se produzcan más ampliamente. En una intervención reciente en Sky News a la pregunta directa del periodista sobre si las restricciones de patentes serían útiles respondió con un rotundo no. Para a continuación añadir: «Bueno, hay un número limitado de fábricas de vacunas en el mundo y la gente se toma muy en serio la seguridad de las vacunas. » Tampoco tiene inconveniente en afirmar que el retraso en la entrega de vacunas a los países de ingresos bajos y medios, ha sido más corto de lo esperado. «Por lo general, en la salud mundial, se necesita una década entre el momento en que una vacuna llega al mundo rico y el momento en que llega a los países pobres».

La exención de la propiedad intelectual de las vacunas COVID-19 y el aumento de producción de vacunas.

El debate actual sobre las vacunas COVID-19 se centra en la cuestión de las exenciones de los derechos de propiedad intelectual y la transferencia de conocimiento y tecnología para conseguir un aumento sensible de la producción de las dosis de vacunas.

Este es el problema que tiene la OMC. La petición de exención, planteada inicialmente por India y Sudáfrica, patrocinada también por otros 60 países en desarrollo, el grupo de África y el grupo de países menos desarrollados, hoy se ha extendido de forma

generalizada con el apoyo de decenas de organizaciones de la sociedad civil, expresidentes, primeros ministros, premios Nobel miembros del Parlamento Europeo y de los parlamentos nacionales, líderes religiosos, etc.

Como iniciábamos en el comienzo de este texto, la administración del presidente estadounidense Biden, probablemente forzada por este consenso mundial. ha expresado su opinión a favor de una exención de la propiedad intelectual, abriendo un camino y unas expectativas hasta ahora impensables y provocando una brecha con algunos gobiernos occidentales (Suiza, Alemania , Japón y Reino Unido entre otras naciones) y el apoyo de países como España .

La mayoría de las organizaciones sociales y de la ciudadanía están de acuerdo en que las condiciones de la pandemia justifican plenamente una exención. Los millones de muertes y la enorme cantidad de vidas amenazadas por el virus y el sentimiento compartido de humanidad avalan esta decisión. Las vacunas son un bien público, un bien común de la humanidad. La seguridad del conjunto de los seres humanos depende en última instancia de la de todos los demás.

En esta pandemia ha sido la inversión pública de los gobiernos la que ha posibilitado la investigación y el desarrollo de vacunas y ha financiado de forma masiva la producción lo cual sin duda proporciona aún más razones, si cabe, para la aplicación de licencias obligatorias

Nos encontramos con tres posibles alternativas para aumentar la producción. En primer lugar la renuncia explícita a los derechos de propiedad intelectual, dejando de forma abierta la disponibilidad de tecnología y conocimientos. En segundo lugar la concesión de licencias obligatorias de patentes lo que supone, una suspensión temporal del derecho de exclusividad del titular sobre una patente, permitiendo la producción, uso, venta o importación del producto o proceso patentado, por un tercero, sin la necesidad de su consentimiento, y pagando al titular los derechos por su uso. Por último las licencias voluntarias, acuerdos que las empresas propietarias de las patentes establecen con otras empresas para la producción con las compensaciones económicas correspondientes. En este caso el ejemplo es el acuerdo de AstraZeneca con él Serum Institute de la India para la fabricación y exportación de su vacuna.

La formulación optima sería la primera, que de alguna forma, se proponía en Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID-19” (C-TAP), la iniciativa que propuso Costa Rica al comienzo de la pandemia. Con este planteamiento se pretendía lograr que “las vacunas, las pruebas, los tratamientos y otras tecnologías sanitarias relacionadas con la lucha contra la COVID-19 estén al alcance de todos”. Costa Rica propuso un repositorio, un «pool» que “deberían incluir derechos presentes y futuros en invenciones y diseños patentados, sí como derechos en datos de prueba, el denominado saber cómo, líneas celulares, manufactura, test de diagnóstico, dispositivos, medicamentos o vacunas”. El objetivo de dicha iniciativa era lograr el acceso libre o licencia de uso al conocimiento para cada país miembro. Sin embargo esta iniciativa fracasó de forma absoluta por la falta de incorporación tanto de países como de empresas farmacéuticas. Por lo tanto como alternativa real solo queda la posibilidad de aplicar la exención de la propiedad intelectual.

Un punto que, sin duda, es necesario abordar es la fabricación de las vacunas. La consideración de la no viabilidad de la producción de vacunas por fabricantes alternativos se ha convertido en en un argumente utilizado por la industria y sus portavoces. Según este planteamiento no existirían posibilidades reales siendo la capacidad de fabricación global limitada. Pero esto no es cierto Buranyi (10),

comenta la existencia de una gran capacidad de fabricación preparada para producir vacunas si se obtuvieran la autorizaciones necesarias Como ejemplo cita, a Biolyse una empresa canadiense de Ontario, capaz de producir millones de dosis de vacunas para exportar a personas en el Sur Global. Sin embargo su petición ha sido rechazada tanto por AstraZeneca como por Johnson & Johnson. Fulton vicepresidente de la empresa declara en el texto citado «Si hubiéramos comenzado esto el año pasado, ya podríamos haber enviado millones de dosis». “Se supone que esto es como un esfuerzo en tiempos de guerra, todos juntos. Pero ese no parece ser el caso “

Biolyse ha establecido contactos con otros fabricantes, como por ejemplo, la también canadiense Pnuvax y un productor de Bangladesh Incepta para formar un consorcio y fortalecer así su oferta. Como estas empresas, existen otras que podrían iniciar sus actividad si se les transfiriera el conocimiento y la tecnología, en un plazo no mayor de 6 meses. Ejemplos de posibilidades similares tenemos en nuestro país como Biofabri del grupo Zendal en Galicia, capaz de trabajar con Novavax en la producción de la vacuna; los laboratorios farmacéuticos Rovi que realizan el llenado de viales de Moderna o Insud Pharma en Azuqueca de Henares (Guadalajara), que encarga del llenado y empaquetado de viales de la vacuna AZD1222 de AstraZeneca.

BIOLYSE PHARMA

Retornando al principio: la influencia de la posición de la Administración Biden y la decisión de la OMC

La actual Directora General de la OMC ( desde el 1 de marzo) Nkosi Okongo-Iweala, economista respetada en los ámbitos

financieros internacionales, anteriormente Directora Gerente del Banco Mundial y exministra de Finanzas del gobierno de Nigeria y también directora de la Junta de GAVI y copresidente de COVAX, planteó en su primera intervención pública (11) que la OMC «debe desempeñar un papel más enérgico para minimizar o eliminar las restricciones a la exportación que obstaculizan las cadenas de suministro de productos y equipos médicos».

Sus comentarios, sobre la propuesta de India y Sudáfrica, subrayaron la responsabilidad de los miembros de la OMC de rechazar el nacionalismo y el proteccionismo de las vacunas. Como estrategia alternativa propuso lo que denominó una «tercera vía » para ampliar el acceso a las vacunas, facilitando la transferencia de tecnología en el marco de las normas multilaterales con un núcleo básico de acuerdos con las farmacéuticas sobre la base de las licencias voluntarias.

Como comenta Germán Velásquez, asesor especial sobre políticas y salud del South Center, «su declaración está en contra de la propuesta de India y Sudáfrica» Su posición, trata por tanto de estimular las licencias voluntarias y los acuerdos voluntarios con los fabricantes, rechazando el sistema de licencias obligatorias y las flexibilidades del ADPIC.

De forma contraria y sensiblemente diferente a este análisis de Velasquez fue la reacción del portavoz de la Federación internacional de asociaciones y fabricantes de productos farmacéuticos Thomas Cueni que agradeció el mensaje positivo de la Directora General, reiterando que el «cuello de botella» de la producción era la falta de ingredientes activos y en ningún caso las patentes tenían algún papel en la falta de producción de vacunas ¿ Como puede mover esta posición de la OMC la nueva actitud de la administración Biden?

El poder de los grupos de presión farmacéuticos en EE.UU, que canalizan dinero de forma ingente para influir en los miembros del Congreso americano, puede alterar las buenas intenciones de Estados Unidos.

Es improbable que el apoyo de la administración de Biden a la exención pueda además por sí solo conseguir una modificación sustancial, mientras la UE, el Reino Unido y Australia no sigan su ejemplo. Francia y Alemania han expresado su rechazo. Pero en mayo comienzan las negociaciones donde los grupos de presión liderados por la industria farmacéutica en su conjunto intentarán limitar sustancialmente aquellos acuerdos que disminuyan el poder de decisión y los beneficios de las compañías farmacéuticas.

Un elemento reciente interesante y positivo ha sido el texto del Panel de Expertos Independientes que empezaron a trabajar en mayo de 2020. a través del encargo de la Asamblea Mundial de la Salud al Director General de la OMS para que iniciara una revisión imparcial, independiente y exhaustiva de la respuesta sanitaria internacional al COVID-19 y de las experiencias y lecciones aprendidas y formulara recomendaciones para mejorar las capacidades para el futuro. El Director General encargó a S.E. Ellen Johnson Sirleaf y el Rt Hon. Helen Clark un informe. LAs autoras han presentado las conclusiones del informe que presentarán a la Asamblea Mundial de la Salud en el, próximo mes de junio. (La lectura de su contenido es altamente recomendable en su conjunto).

En el ámbito de la producción y distribución de vacunas, el informe propone que la OMC y la OMS convoquen a los principales países productores y fabricantes de vacunas para lograr un acuerdo sobre licencias voluntarias y de transferencia de tecnología para las vacunas COVID-19 (incluso a través del Fondo de Patentes de Medicamentos (MPP)). Establece a continuación de forma rotunda que si las acciones no ocurren dentro de los tres meses siguientes debería entrar en vigencia de inmediato una exención de los derechos de propiedad intelectual en función de los ADPIC Clark señaló en la presentación del informe que el «modelo actual de

desarrollo y entrega» de vacunas, tratamiento y otras herramientas de salud «no es adecuado para su propósito» y es necesario pasar de un modelo basado en el mercado a uno basado sobre bienes públicos globales.

Este documento refuerza aún más la exigencia de llevar adelante la exención de las patentes e iniciar de forma inmediata un modelo nuevo que asegure y garantice que las vacunas Covid -19 estén disponibles para toda sin excepción¡iones la humanidad

Nos encontramos pues, como comentá_ bamos al principio, en semanas cruciales donde la determinación y la fuerza de las organizaciones civiles y sociales pueden ser claves para modificar las posiciones de ls gobiernos y conseguir que estos asumen su condición de líderes obligados a conseguir la inmunización de todas las ciudadanas y ciudadanos del mundo

Referencias bibliográficas

1.- David S, Bragman W, Perez A. «Will Joe Biden Betray His Big Pharma Friends?». Jacobin, 5 April 2021 https:// www.jacobinmag.com/2021/05/vaccinewaiver-biden-pfizer-moderna-patent 2.- Declaración relativa al acuerdo sobre los ADPIC y la Salud Públic OMC (DOHA, 2001). https://www.wto.org/spanish/ tratop_s/trips_s/healthdeclexpln_s.htm 3.- Lamata F, Gálvez R. «Monopolios y precios de los medicamentos: un problema ético y de salud pública». Fundación Alternativas nº 202/2019 27/06/2019. https://www.fundacionalternativas.org/ laboratorio/documentos/documentos-detrabajo/monopolios-y-precios-de-losmedicamentos-un-problema-etico-y-desalud-publica 4.- The Access to COVID-19 Tools (ACT) Accelerator World Health Organisation https://www.who.int/initiatives/actaccelerator 5.- COVAX: Colaboración para un acceso equitativo mundial a las vacunas contra la COVID-19. https://www.who.int/es/ initiatives/act-accelerator/covax 6.- Alocución de apertura del Director General de la OMS en la 148 reunión del Consejo Ejecutivo 18 de enero de 2021. OMS. https://www.who.int/es/director-general/ speeches/detail/who-director-general-sopening-remarks-at-148th-session-of-theexecutive-board 7.- Balaji Aishu. «COVAX Protects the Vaccine Apartheid Status Quo”. Jacobin, 05/09/2021. https://jacobinmag.com/ 2021/05/covid-covax-vaccine-apartheidwto-trips-intellectual-property-ip 8.- Thomas Piketty : “La crise du Covid-19, plus grave crise sanitaire mondiale depuis un siècle, oblige à repenser la notion de solidarité inter nationale». Le Monde, 10/4/2021. https://www.lemonde.fr/idees/ article/2021/04/10/thomas-piketty-il-fautrepenser-l-ensemble-du-systeme-economiqueinternational-en-termes-de-droits-pour-lespays-pauvres_6076257_3232.html 9.- Lerner S, Fang L.»Factory owners around the world stand ready ro manufacture Covid-19 Vaccines» The Intercept, 29/4/2021. https://theintercept.com/ 2021/04/29/covid-vaccine-factoryproduction-ip/ 10.- Buranyi S. «The world is desperate for more Covid vaccines – patents shouldn’t get in the way» The Guardian, 24/4/2021. https://www.theguardian.com/ commentisfree/2021/apr/24/covidvaccines-patents-pharmaceutical-companiessecrecy 11.- Zarocostas J. New WTO leader faces COVID-19 challenges. Lancet. 2021 Feb 27;397(10276):782 https://doi.org/ 10.1016/S0140-6736(21)00507-9 12.- The Independent Panel for Pandemic Preparedness & Response «COVID-19: Make it the Last pandemic». https:// theindependentpanel.org/wp-content/ uploads/2021/05/COVID-19-Make-it-theLast-Pandemic_final.pdf

Comparte en tus Redes