OTRAS FUENTES. Revista nº 41 Septiembre 2025
Marion Courtassol.
Le Nouveau paradigm. 22-09-2025. https://lenouveauparadigme.fr/lexplosion-des-prix-des-medicaments-menace-lacces-aux-soins/

Este artículo, describe desde un análisis de la situación francesa del elevado precio de los medicamentos y su repercusión sobre el sistema de salud, la necesaria utilización de mecanismos (que conocemos ampliamente en otros artículos publicados en AJM), como la transparencia, la utilización de licencias obligatorias, etc.
Su conclusión, es la ineludible necesidad de una producción pública de medicamentos como forma de garantizar un acceso universal a medicamentos y vacunas.
El caso del anticancerígeno Keytruda, estudiado por el UFC-Que Choisir, ilustra un modelo farmacéutico financiarizado que socava la sostenibilidad del sistema de salud y el acceso equitativo a la atención. Cada vez más actores se oponen y proponen soluciones para proteger las drogas de la especulación y los intereses privados.
En 2024, el sistema francés de seguros de salud gastó más de 2.000 millones de euros en Keytruda, el medicamento contra el cáncer más vendido del mundo, un producto estrella de Merck. Esta cifra, revelada en un estudio reciente de UFC-Que Choisir, representa más del 5% de todos los reembolsos de medicamentos en Francia. Con un valor nominal por tratamiento que alcanza los 70.000 euros por paciente al año, cabe preguntarse cuánto tiempo seguirá la sanidad pública financiando sin límites las prácticas especulativas de las grandes farmacéuticas. Y, sobre todo, ¿cuánto durará el sistema sanitario antes de colapsar?
La UFC señala que los descuentos negociados por el Estado, es decir, las reducciones de precio obtenidas de las farmacéuticas a cambio del reembolso de la Seguridad Social, están protegidos por secreto comercial. Esto excluye, en la práctica, cualquier control democrático. Sin embargo, estimaciones independientes sitúan el precio justo de Keytruda entre 52 y 885 euros. Entonces, ¿qué se financia realmente: la innovación médica o las operaciones financieras que la acompañan? La asociación de consumidores también cita el caso de Zolgensma, un fármaco de terapia génica utilizado en el tratamiento de la atrofia muscular espinal infantil (AME). Una sola inyección cuesta nada menos que dos millones de euros, a pesar de que se desarrolló en gran medida gracias a la investigación pública.
Desabastecimiento de medicamentos vitales
Estos grandes éxitos farmacéuticos no son neutrales. Consumen considerables recursos en detrimento de hospitales, personal sanitario y equipos. Para absorber estos costes, el gobierno impone recortes en genéricos y biosimilares, lo que debilita la producción local y fomenta el desabastecimiento. A finales de 2024, casi 400 medicamentos no estaban disponibles en Francia, incluyendo tratamientos vitales.
Frente a esta tendencia, UFC-Que Choisir no está sola. En Francia, el Tribunal de Cuentas ha advertido sobre el aumento descontrolado del gasto en medicamentos innovadores contra el cáncer. Asociaciones de pacientes como la Liga contra el Cáncer han denunciado los precios excesivos que amenazan el acceso equitativo a la atención médica. A nivel europeo, varios países han optado por unir fuerzas para negociar juntos, mientras que el Parlamento exige mayor transparencia. La Organización Mundial de la Salud enfatiza que los precios reflejan la capacidad de pago de los sistemas de salud, más que el valor terapéutico real. ONG como Médicos Sin Fronteras también señalan que este enfoque excluye a millones de pacientes en todo el mundo.
Debates en torno a un centro farmacéutico privado
Se han presentado varias propuestas. La transparencia de los precios reales de las patentes debe convertirse en la norma, no en la excepción. Es necesario negociar a nivel europeo para reequilibrar el poder con los gigantes de la industria. Las licencias obligatorias previstas por el derecho internacional deben utilizarse en cuanto los precios se vuelvan excesivos. Debe iniciarse la reubicación estratégica de la producción de medicamentos esenciales para asegurar el suministro y restablecer la soberanía sanitaria.
Entonces, ¿por qué no mirar más allá con la creación de un centro farmacéutico verdaderamente público, capaz de garantizar la investigación, la producción y la distribución de tratamientos esenciales, libre de lógicas especulativas? Dicha estructura permitiría la planificación democrática de la política farmacéutica y garantizaría el acceso universal a las innovaciones terapéuticas.