Carta al editor

Roberto José Sánchez Sánchez.

Presidente de NoGracias.

Revista Nº 31 JUNIO 2024

He leído con interés el artículo titulado “La red oscura que las multinacionales farmacéuticas ocultan tras los pagos a profesionales sanitarios” de Ángel María Martín, publicado en el número 30 de su revista. Se trata del trabajo más completo de caracterización de los pagos a profesionales sanitarios por parte de la industria farmacéutica que se haya publicado en España hasta el momento.

Constituye un aporte original a través de análisis de fuentes secundarias que se traduce en un avance significativo en el conocimiento del objeto de estudio que nos ocupa: la influencia de la industria en la prescripción, autorización y evaluación de medicamentos. El magistral tratamiento de datos, cruce de variables y documentación gráfica nos viene a dibujar un mapa completo del estado de la cuestión. Al hilo del artículo cabe probablemente realizar algunos comentarios y remarcar algunas ideas.

1) En primer lugar me ha agradado que el artículo de por sentada la hipótesis de que el dinero genera influencia. Creo que ninguna persona bien pensante duda de esto en la actualidad, pero afortunadamente ya no es una cuestión de creencias sino que existe abundante evidencia empírica al respecto.

2) Los pagos a profesionales por parte de la industria no son fenómenos aislados, sino que adolecen de carácter sistémico. Como tal están rutinizados e institucionalizados.

3) Este sistema prima la eficiencia. Existe un diseño piramidal de influencia secuencial, con importantes pagos a agentes clave que influyen sobre los demás profesionales a los que para reunir en una audiencia hay que procurarles pagos anecdóticos.

4) El sistema apunta a los prescriptores, pero también, y cada vez más, a los decisores. Este fenómeno ya lo hemos documentado ampliamente en NoGracias y cabe reparar en profesionales clave que recibieron importantes pagos en el pasado y ahora ocupan cargos en la Administración. Ya no reciben dinero porque están sujetos a escrutinio público, pero trabajan en la lógica de las industrias porque han accedido a esos cargos para tal fin.

5) La actuación de las empresas opera en una lógica internacional y la concentración del mercado en una decena de ellas se expresa mediante un dominio de posición.

6) De la estrategia del año 2000 en adelante que consistía en universalizar el uso de medicamentos a renovado target bajo la definición laxa de variados factores de riesgo, sobre todo cardiovascular, se ha pasado a fijar la atención en unos pocos medicamentos y una lista exigua de enfermedades cuyo tratamiento se enfocará mediante medicamentos de muy alto costo. De ahí los pagos cada vez más selectivos, con profesionales clave que reciben un porcentaje alto del total de transferencias de valor.

7) A lo publicado siempre hay que añadir lo que profesionales reciban a través de Sociedades Científicas, ya que no conocemos el desglose de los importes que estos grupos reciben. Es algo sobre lo que hemos llamado la atención también siempre desde NoGracias.

8) Los sistemas de transparencia, control y evaluación que tiene la Administración a tal respecto son escasos e ineficaces. La falta de regulación no revela desinterés sino precisamente el interés de que las cosas sucedan en este sentido.

9) Las posibilidades de que este fenómeno sea enfrentado son también, por lo visto hasta ahora, escasas. La prueba es que cabría esperar que un día después de la publicación de este artículo los cimientos del sistema sanitario se quebraran y una crisis de reputación lo amenazara. Nada pasa porque todo está diseñado para que nada pase. Queda solamente poco menos que hacer que, como el meme de Michael Jackson, sentarse a comer palomitas y a ver la película de cómo la industria con su influencia va corroyendo poco a poco el sistema y la confianza en torno a éste. Luego los profesionales sanitarios se rasgan las vestiduras y expresan su indignación más o menos fingida cuando los pacientes se echan en brazos de las pseudociencias o las teorías conspiranoicas.

10) Aun reiterando las alabanzas al artículo comentado cabe reparar en que la comprensión honesta del fenómeno de la influencia pasa por reconocer que la simple constatación de las cifras no provoca modificaciones relevantes ni en la conciencia ni en el comportamiento de los actores. Es lo que se podría denominar una “anestesia de cifras”: son ya tan disparatadas y reiteradas las cantidades que se reciben que ya “no nos hacen daño”. Este fenómeno se inserta también en un contexto institucional y administrativo: vemos tanta podredumbre y corrupción en tantos ámbitos de la Administración y de la vida social que ya un poco más… Hace falta algo más para activarnos y, aunque no es sencillo proponer el qué, me parece claro que un primer paso es la identificación de los profesionales sanitarios que reciben esas grandes cantidades para tener una información completa. Como siempre dice la industria a través de sus profesionales pagados: nosotros solamente informamos de los productos, para que los profesionales cuenten con toda la información y decidan con su criterio. Pues justamente lo mismo: queremos solamente la información completa. Si el artículo comentado se despedía prometiendo que publicaría los nombres si los 10.000 lectores de la revista lo pidieran: aquí va la primera petición de las 10.000. 9) Me han encantado las expresiones que acuña el autor y que ha creado para ponerle palabras a conceptos o clasificaciones: “lluvia de pagos”, “KOL con dueño”, “KOL diamante, oro, plata y bronce”… son mis favoritas. Los rigores del activismo no están reñidos con la estética ni con lo literario. Gracias.

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