El incremento anual crónico del gasto en medicamentos: un reto para la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud

EDITORIAL. Revista nº 37, Marzo  2025

Juan José Rodríguez Sendín.

Ex presidente de la Organización Médica Colegial y de la AAJM.

Introducción

El crecimiento continuado del gasto en medicamentos siempre superior al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de España, representa un desafío fundamental para la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS). La combinación de nuevos medicamentos de alto coste, una demanda creciente y un sistema de regulación insuficiente basado en un modelo de patentes abusivo, han llevado a un aumento del gasto que amenaza la equidad en el SNS y la accesibilidad a los medicamentos necesarios. La reciente aprobación del Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS) podría suponer un cambio disruptivo al acelerar el desarrollo de nuevas moléculas y reducir los costos de investigación. Sin embargo, sin una reforma adecuada en las políticas de precios y un cambio en el actual modelo de patentes, estos avances podrían resultar inasumibles constituyendo un riesgo añadido para la sostenibilidad del SNS, generando inequidades en el acceso a la innovación terapéutica.

Entre los factores que impulsan el crecimiento del gasto en medicamentos destacan la aparición de nuevas moléculas y terapias avanzadas dirigidas al tratamiento de enfermedades raras, oncológicas y neurodegenerativas . Muchas de estas terapias, aunque innovadoras, tienen precios desproporcionadamente altos en relación con su beneficio terapéutico real y en ocasiones escasa o nula eficacia. Además, la exclusividad de las patentes prolonga la falta de competencia y retrasa la llegada de versiones más accesibles.

El aumento en la esperanza de vida ha generado una mayor demanda de tratamientos para enfermedades crónicas, lo que incrementa la presión sobre los recursos sanitarios y el gasto en medicamentos. A esto se suma la creciente prevalencia de enfermedades asociadas al envejecimiento, como el Alzheimer y otras patologías neurodegenerativas, que requieren tratamientos continuos y costosos.

El auge de la medicina de precisión ha permitido la creación de tratamientos específicos para subgrupos de pacientes, lo que mejora la eficacia de los tratamientos, pero también incrementa los costos de investigación y comercialización. Si bien estas terapias prometen resultados más efectivos, su alto costo dificulta su rápida incorporación en los sistemas de salud pública.

Las consecuencias económicas y sociales mas significativas de todo ello son en primer lugar la presión sobre el Sistema Nacional de Salud obligando a desviar recursos de otras áreas esenciales, como la atención primaria y la prevención, lo que compromete la calidad asistencial. Además, las comunidades autónomas, responsables de la gestión sanitaria, enfrentan dificultades para financiar los crecientes costos, generando desigualdades regionales en el acceso a tratamientos. La falta de un mecanismo de compensación equitativo entre regiones agrava estas disparidades.

No menos importante es la inequidad que provoca en el acceso a medicamentos ya que los elevados precios de las nuevas terapias pueden generar situaciones de racionamiento implícito, en las que el acceso a determinados tratamientos se ve restringido por criterios de eficiencia económica, más que por necesidad clínica. Esta situación puede derivar en retrasos en la disponibilidad de medicamentos innovadores en el sistema público, beneficiando solo a quienes pueden permitirse costearlos de manera privada.

El aumento del gasto farmacéutico se traduce en una mayor carga económica para los pacientes, ya sea a través de copagos o por la necesidad de recurrir a la sanidad privada para acceder a ciertos tratamientos. Afectando especialmente a las familias con rentas más bajas y más desfavorecidos, En algunos casos, los altos precios de los medicamentos fuerzan a las familias a asumir deudas o a limitar otros gastos esenciales para costear tratamientos.

El papel del Espacio Europeo de Datos Sanitarios

La creación del EEDS podría representar un cambio en el modelo de desarrollo de fármacos al proporcionar acceso a una gran cantidad de datos clínicos, lo que reduciría los tiempos y costos de investigación. Sin embargo, sin una regulación efectiva sobre los precios de los nuevos medicamentos y una revisión del actual modelo de patentes que monopoliza el acceso a la innovación, el SNS podría no estar en condiciones de asumir los costos derivados de la aceleración en la aparición de nuevas moléculas. Es fundamental establecer criterios claros sobre el uso de estos datos para evitar que se conviertan en una herramienta exclusiva para la maximización de beneficios privados en detrimento del acceso universal a los tratamientos.

Para un modelo de SNS justo y sostenible es imprescindible reformar el modelo de patentes que explota la industria farmacéutica, buscando mecanismos que permitan equilibrar la incentivación de la innovación con un acceso más equitativo a los nuevos tratamientos. Se deben promover licencias obligatorias y modelos de innovación abierta que reduzcan el impacto financiero sobre los sistemas de salud públicos. También es fundamental reducir el tiempo de exclusividad de patentes cuando las investigaciones se financien con fondos públicos.

El SNS y en suma el Estado no puede entregar sin condiciones los datos sanitarios de los españoles para su explotación, ni tampoco venderlos al mejor precio, porque supondría a la larga infringirse un daño irreparable Debe exigir a cambio la coparticipación en los beneficios de los datos sanitarios estableciendo condiciones que beneficien y no perjudiquen a los pacientes y al SNS.

En lugar de vender los datos de salud de los ciudadanos a la industria farmacéutica y tecnológica, se debe garantizar que los beneficios derivados de su uso se reinviertan en el sistema de salud público, asegurando precios accesibles y financiación sostenible para los nuevos tratamientos. Una posible solución sería la creación de un fondo común en el que los ingresos generados por el acceso a estos datos sean destinados a la reducción del coste de los medicamentos esenciales.

La adopción de un modelo de negociación de precios debe ser centralizada y basado en resultados, lo que permitiría que los costos de los medicamentos se ajusten a su eficacia real en la población, evitando pagar por tratamientos de alto coste con beneficios marginales. Este modelo debe ser impulsado a nivel europeo para fortalecer la posición negociadora de los sistemas de salud frente a la industria farmacéutica.

Se deben establecer límites de precio para los nuevos medicamentos basados en evaluaciones de coste-efectividad, asegurando que la innovación no se convierta en un obstáculo para la accesibilidad. Además, se requiere mayor transparencia en la fijación de precios y una regulación más estricta para evitar prácticas de sobrevaloración injustificada.

Incentivar y promover alternativas más asequibles, como los medicamentos genéricos y biosimilares, son claves para reducir el gasto en fármacos sin comprometer la calidad asistencial. Para ello, es necesario eliminar barreras regulatorias innecesarias y fomentar programas de apoyo a la industria de medicamentos genéricos en Europa.

La UE debe crear un fondo europeo de innovación sanitaria, un mecanismo de financiamiento supranacional podría contribuir a la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos sin que el coste de la innovación recaiga exclusivamente en los sistemas sanitarios nacionales. Este fondo debería financiar terapias dirigidas a enfermedades raras y patologías desatendidas, priorizando aquellas con mayor impacto social.

Conclusión

El crecimiento imparable del gasto en medicamentos plantea un desafío crucial para la sostenibilidad del SNS. La creación del EEDS ofrece oportunidades para mejorar la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos, pero también puede agravar el problema si no se establecen mecanismos adecuados de control de precios y accesibilidad. La solución no pasa por vender los datos sanitarios de los ciudadanos, sino por garantizar que los beneficios derivados de su utilización sean compartidos con el sistema de salud público. Asimismo, es fundamental reformar el modelo de patentes para evitar que siga siendo un factor determinante en la inaccesibilidad de los medicamentos. Solo a través de una regulación efectiva, políticas de precios justas y modelos de financiación sostenibles se podrá garantizar que la innovación terapéutica beneficie a todos los ciudadanos sin comprometer la viabilidad del sistema sanitario.

Comparte en tus Redes